Ciudad de México.- El poder no se presume ni se comparte: ¡se ejerce!; este es un viejo principio de la política en México que parecía olvidado, pero la presidente Claudia Sheinbaum Pardo lo retomó con maestría.
Señalada de tener un liderazgo débil, de estar acotada por el expresidente López Obrador y rodeada de funcionarios heredados que le sembró su antecesor; con un legislativo que no necesariamente responde a sus instrucciones o deseos; la presidente Sheinbaum Pardo no tenía mucho margen de maniobra. Pero paulatinamente, con mucha habilidad política y no poca ayuda de sus aliados, viene desarticulando algunos liderazgos que de pronto le hacían sombra o trataban de llevarle la contraria; algunos hasta se atrevían a promover a los suyos para gubernaturas u otros cargos electorales. El caso más reciente es el del coordinador de los senadores de Morena, Adán Augusto López, quien de ser una de las figuras más poderosas de la 4T, ahora está metido en un serio problema luego de que su secretario de seguridad pública en Tabasco, al que él nombró y apoyó, Hernán Bermúdez Requena está acusado de ser el líder del grupo criminal “La Barredora”, un brazo operativo del Cártel Jalisco Nueva Generación que opera en Tabasco. Adán Augusto López, como coordinador de los senadores de Morena, ha jugado en contra de algunas instrucciones presidenciales: fue uno de los que operó para que Rosario Piedra Ibarra repitiera en la Comisión Nacional de Derechos Humanos cuando no era la favorita de Palacio; también fue uno de los operadores para que la Ley Anti nepotismo y No reelección se relegara en su aplicación hasta el 2030. Adán Augusto López fue quien movió sus contactos para que la senadora Andrea Chávez iniciara una campaña de salud en Chihuahua con camiones que le facilitaba el empresario Fernando Padilla Farfán, algo que detonó en una crisis para la Senadora Chávez pues aceptó la comisión de un delito electoral y al final, por sugerencia de la misma presidente Sheinbaum Pardo, terminó quitando su imagen de las unidades. Ese era como el primer aviso para Adán Augusto López. Pero lo que realmente terminó como una gran crisis para el Coordinador de los Senadores de Morena, fue la orden de aprehensión en contra de Hernán Bermúdez Requena, un funcionario de Tabasco que desde el 2006 tenía como antecedente ser señalado de asesinar a una persona, lo cual no impidió lo nombraran secretario de Seguridad Pública y desde ahí fundar y dirigir al grupo criminal “La Barredora”. Cuando al poder conviene, asuntos de esa envergadura se manejan con discreción y prudencia, no se hace estridencia y todo se lleva bajo una cortina que oculta las investigaciones. Pero aquí no sucedió de esa manera. Si bien la orden de aprehensión se giró desde el 14 de febrero del 2025, justo cuando Hernán Bermúdez huyó a Panamá; el hecho de que la Secretaría de la Defensa Nacional confirmará la emisión de una orden de captura en colaboración con la Interpol hace apenas unos días, no puede considerarse algo meramente casual o derivado de una imprudencia cometida por los militares. Soltar una información de esa naturaleza, que vincula a un personaje tan poderoso como Adán Augusto López con el ahora prófugo de la justicia, no sucede si no hay el visto bueno de la Presidencia de la República. Por eso Adán Augusto López no da la cara; porque entiende perfectamente que el golpe vino desde dentro, que este escándalo que ahora lo envuelve no solamente es un tema policiaco o judicial, es también un evento de gran impacto político que desarticula y pone en entredicho su imagen como funcionario público, pero también su liderazgo. Sabe que por un escándalo de esta naturaleza puede dejar la codiciada coordinación en el Senado y que sus esfuerzos políticos por trascender no están severamente dañados, también resiente la pérdida de poder político y de influencia. Por eso, la misma presidente Claudia Sheinbaum le pide que salga a explicar su relación con Hernán Bermúdez, lo conmina a dar la cara y que se enfrente a los cuestionamientos de los medios de comunicación. La presidente Sheinbaum Pardo le está pidiendo que se inmole en la propia hoguera que el encendió; ante eso, Adán Augusto López opta por esconderse, guarda silencio, calcula sus movimientos y se mantiene a la expectativa, pero a estas alturas las ondas expansivas de la crisis salpican a todos a su alrededor. La presidente Sheinbaum Pardo simplemente ejerció el poder y eliminó a uno de esos rivales que se disfrazan de aliados, pero que son altamente peligrosos por la perversidad con la que acciona.