El días pasados, la presidenta del Comité Directivo Estatal del PAN publicó en sus redes sociales una reunión que sostuvieron la gobernadora Maru Campos con los posibles candidatos de su partido Marco Bonilla, Jesús Valenciano, Gilberto Loya y César Jáuregui, todos ellos a excepción de Daniela Álvarez mencionados para competir por un puesto de elección en el 2027.
La reunión, previo al tercer informe de gobierno de la mandataria estatal llevaba sobre todo el claro mensaje de unidad, de que sólo juntos pueden sacar la elección dentro de dos años, ante el embate constante de los morenistas que buscan en Chihuahua terminar con los pocos bastiones que le quedan al panismo.Sin duda muchos pueden pensar que los tiempos están adelantados, pero la realidad muestra que urge iniciar un proceso rumbo al 2027 de una manera muy distinta a cualquier elección que se ha jugado en la entidad.
De entrada hay que decir que en estos momentos para algunos es más importante definir cuál será el carril por el que se correrá, antes de pensar en el jinete… una decisión que dista mucho de lograrse sólo con una reunión de buenos deseos y jurando una lealtad que debe confirmarse con los hechos. Acción Nacional viene de su peor derrota en los últimos años de una elección federal, luego de haber mantenido el poder por dos sexenios del 2000 al 2012, y la alianza a la cual se aferró en el año pasado con su eterno enemigo político, el Partido Revolucionario Institucional son muestras claras de que urge replantear su actuación política.Para los panistas más críticos, la crisis del PAN es la más grave que ha enfrentado desde su fundación hace ya 86 años y demandan profundos cambios que le devuelvan su viabilidad electoral.
Hace poco se dio a conocer parte del diagnóstico interno que se realiza al interior de este partido a nivel nacional, donde quedó muy claro que existe una narrativa sin mayor impacto en la población, ajena a la nueva realidad social, pero sobre todo, alejada de los postulados que siempre enarboló este instituto político. Para la gobernadora estatal, Maru Campos esta realidad no le es ajena, de hecho hay que recordar que después del descalabro electoral de la elección del 2024, ella fue nombrada parte del grupo de análisis para ver los errores en que cayeron, esperemos que así como este análisis también se presenten soluciones. Ahora bien, no se está descubriendo el hilo negro, pero ya se habla de una urgente renovación, cambiar el discurso, replantear un modelo de partido ganador, y cercano a la sociedad.Si a nivel nacional se habla de la urgente necesidad de una profunda renovación de su estructura organizacional, de igual manera se debería ya estar trabajando en lo local, porque la elección del 2027 ya está encima, porque ha quedado claro que existe una débil participación de la militancia.
Desde luego que el lograr una mejor organización interna le permitirá conectar mejor con la sociedad, con el electorado, porque “la identidad doctrinal y programática del partido por momentos luce confusa, cuando no diluida. Además, el PAN ha mostrado una falta de profesionalización en sus estrategias electorales”, dice el documento publicado en varios medios de comunicación, incluida esta casa editora. Sin duda nos encontramos frente a una sociedad muy cambiante, mas demandante, pero también más informada, por lo que las acciones debe ser muy contundentes, las plataformas muy claras y desde luego las o los candidatos mejor preparados, porque ha quedado claro que la competencia se ha tornado muy complicada frente a un aparato gubernamental con una permanente campaña dogmática. La verdad es que el PAN debe entrar también a su cuarta transformación, y no sólo para que sigan en el poder, sino para ofrecernos a los mexicanos una opción viable, porque en las democracias debe haber contrapesos, y hoy es lo que falta en México. Varios analistas señalan que las dirigencias, y claro la militancia de Acción Nacional debe enfrentar varios retos, que van desde definirse entre ser un partido doctrinario y dogmático, aunque esté condenado a no crecer tanto o apostarle a competir contra otros en el terreno de la ambigüedad ideológica; y por qué no también en romper toda práctica clientelar o que asume la política como la organización social de abajo hacia arriba mediante herramientas tradicionales de la política mexicana.Es cierto, en Chihuahua para el panismo ha sido de vacas gordas, pero no siempre la burocracia es buena consejera, sobre todo al momento de exigir lealtades y compromisos, por lo que se debe atender muy bien cómo se va a jugar, antes de pensar de quien dirigirá el barco de la sucesión.