Decía el famoso y querido personaje político, Luis Donaldo Colosio, en alguno de sus notables discursos, lo siguiente: “Surgimos de una Revolución que hoy sigue ofreciendo caminos para las reivindicaciones populares. A sus principios de democracia, de libertad y de justicia es a los que nos debemos. Los ideales de la Revolución Mexicana inspiran las tareas de hoy. La Revolución Mexicana, humanista y social, nos exige y nos reclama. La Revolución Mexicana es todavía hoy nuestro mejor horizonte”.
Su mensaje sigue vigente, aún cuando han pasado ya más de treinta años. Estas palabras, quizá le llegan al corazón, -mas directamente-, a quienes le conocieron o que lo apoyaron, siendo presidente del PRI Nacional o como candidato a la Presidencia de la República en 1994, o que simplemente, son seguidores de su ideario político (no necesariamente priistas). Aunque deberían llegarnos por igual a todos los compatriotas.Es precisamente en estos días, en los cuales las y los mexicanos nos sentimos orgullosos de pertenecer a este gran país, en que conmemoramos el Aniversario ciento quince del inicio de la Revolución Mexicana; que se están suscitando en el territorio nacional, una serie de manifestaciones, marchas, encuentros y desencuentros.
Esa gesta heroica buscaba encontrar soluciones a favor de las legítimas demandas del pueblo oprimido, opacado y reprimido; cansado de la dictadura porfirista -algo parecido a lo que ocurre ahora-. En aquel momento (1910), las y los mexicanos deciden tomar las armas contra el mal gobierno. Se señala como objetivo político obtener el respeto al voto y la no reelección, toda vez, que Díaz se había reelecto en varias ocasiones. A los campesinos se les debía dotar de tierras para su cultivo, mediante restitución, ya que se las habían arrebatado por parte de los hacendados y compañías extranjeras. Por su parte, los obreros lucharían por mejorar sus condiciones laborales, en cuanto a salario, tiempo de jornadas, protección en todos sus derechos, además de pedir educación para sus hijos. Otra grave circunstancia que se presentaba en la época dictatorial, era la incorporación obligada de los hombres al ejército federal. En el aspecto eminentemente político, la revolución planteaba la destitución de Porfirio Díaz Mori y la creación de mecanismos que propiciaran la justicia social y la democracia. Un documento que le da forma a los ideales revolucionarios es la Constitución de 1917; ahí se consagran los derechos de las y los mexicanos, sólo como ejemplo: el derecho a la educación, el derecho al trabajo, el derecho de posesión de las tierras, la libertad de creencias, la libertad de expresión, la relación entre gobernantes y gobernados. Mismo, al que Morena y sus aliados, le “han metido mano”, para violentar todas y cada una de las garantías que ya habíamos logrado obtener. Como resultado del liderazgo de grandes hombres y mujeres visionarios, -en ese entonces-, poco a poco el país fue tomando un rumbo hacia la estabilidad; con el triunfo de la revolución, se consolidan diversas instituciones, como IMSS, Infonavit, PEMEX, CFE, UNAM, entre otras. Dándole viabilidad a la vida comunitaria y a una sociedad, que si bien, seguía teniendo carencias, al menos contaba con lo indispensable para su desarrollo y progreso. Considero que, esta es la ocasión propicia y el momento justo, para reflexionar sobre el desmantelamiento que el actual gobierno federal ha hecho de las instituciones que tanta sangre, lucha, trabajo y esfuerzo nos ha costado a todas y todos construir. Como para que la mal llamada cuarta transformación, esté acabando con todo. Estamos en el punto de inflexión, para que nos unamos, nos pronunciemos y exijamos. Que sea esta, una Re-evolución. Lo que está pasando ahora, deberá servir para cambiar el estado de cosas; para mejorar las condiciones del campo abandonado; para lograr una educación de calidad y no ideologizada para nuestros hijos; para generación de empleos en los que no solo se suba el salario mínimo, sino que se optimice el poder adquisitivo de la clase trabajadora. Ya es momento, de hacer un llamado a la nueva Revolución. Mometo de una revolución pacífica. Momento de una revolución de las ideas. Ya es momento…Esa gesta heroica buscaba encontrar soluciones a favor de las legítimas demandas del pueblo oprimido, opacado y reprimido; cansado de la dictadura porfirista -algo parecido a lo que ocurre ahora-.
