La semana pasada expusimos aquí sobre la marcha de la supuesta generación Z, que había surgido de las profundidades del anonimato en las redes sociales, obviamente inflada y financiada por la derecha y la oposición mexicana, en donde adelantamos que las juventudes demostrarían qué tan manipulables podrían ser, y lo demostraron, no lo son.

Tan no lo son, que el pasado sábado la cantidad de jóvenes que participaron en las distintas marchas en varias ciudades de México, fueron de manera destacada, los menos, o casi nulos, no se diga la marcha que se realizó aquí en la ciudad de Chihuahua, donde vimos el resurgimiento de aquella comedia llamada “FRENA”, en su mayoría de adultos mayores y religiosamente conservadores, que están en todo su derecho de manifestarse en contra de lo que quieran e incluso de manifestarse con consignas cristeras tal como sucedió, donde gritaban “viva Cristo rey”, algo que se respeta pero, no tienen ningún significado para las actuales juventudes, en su mayoría distanciados de la iglesia.

Los pocos jóvenes que se presentaron tanto aquí como en la Ciudad de México, en su mayoría pertenecientes a grupos de la derecha, con conocimiento político y casi podemos asegurar que allegados al PAN o al PRI, también con todo el derecho a manifestarse, lo aplaudimos, porque en la izquierda la lucha social y por la democracia, las calles siempre fueron el campo de cultivo para los cambios, eso sí, nosotros siempre de forma pacífica, nunca realizamos ni un solo acto de violencia, ni agresión ni si quiera daños a edificios públicos.

Entonces, podemos concluir que esa virulencia de la que fuimos víctima dos semanas atrás en redes sociales, de generar una supuesta percepción de inconformidad y malestar generalizado, de miles de cuentas que compartían las convocatorias y videos realizados con inteligencia artificial en la que se invitaba a manifestarse contra el gobierno de morena e incluso a quemar el Palacio Nacional, no se vieron reflejados en la realidad en la manifestación del 15 de noviembre.

La derrota moral de la manifestación del 15 de noviembre se puede afirmar al recordar que en aquella “marea rosa”, en la que el PRIAN y los sectores vinculados a la vieja burocracia del Instituto Nacional Electoral (INE), salieron a defender los privilegios de la cúpula de ese instituto, lograron llenar el zócalo capitalino, incluso algunas varias calles más cercanas al centro de la Ciudad de México, pero en esta ocasión, ni eso lograron, en mucho por la violencia desatada por un grupo de encapuchados que llegaron con herramientas pesadas y se fueron directo contra la policía que resguardaba el Palacio.

Y es que no solo fue una mentira el que se tratara de “jóvenes” quienes impulsaban esta protesta, también fue una mentira el que se tratara de una manifestación “apartidista”, porque además de que se vieron los mismos personajes de la oposición de siempre, es que también de forma descarada políticos del PRI, PAN y PRD se manifestaron y convocaron a los jóvenes a esta marcha, con las mismas consignas de siempre, no se diga de los influencers que de la noche a la mañana comenzaron a generar contenido político contra el gobierno o de ese joven de los principales “voceros” de la marcha, que se decía apartidista y que resultó cobrar más de dos millones de pesos con el PAN.

Fue tal el fracaso de esta marcha que días después tuvieron que salir en medios de comunicación y redes sociales a decir que habían sido tan “exitosa”, que miles de personas mayores se habían sumado, no se diga de las imágenes con inteligencia artificial, fotografías alteradas o recordadas en el zócalo para que se viera “lleno”, o lo burdo que son las cuentas que compartieron fotografías de manifestaciones de morena o de otros eventos donde sí se veían las calles llenas, deplorable y patético.

Y para rematar, en su realidad alterna, se convocó a una segunda marcha este pasado 20 de noviembre, el mismo día y a la misma hora que se realizó el desfile de la Revolución Mexicana, lo que a todas luces fue una provocación y un riesgo debido a que se repitieran los actos violentos del 15 de noviembre, en esta nueva marcha no aparecieron ni una décima parte de los que marcharon en la primera manifestación, en la UNAM ni un alma se presentó a esa marcha, simplemente se desinflaron.