-Amor a la nómina de otra jueza de acordeón
-Siguen diferencias entre magistrados -Maru y Bonilla, muy cerca de las grandes empresasHace unos días, al comienzo de la semana pasada, una columna de humo que salía del Cereso de Aquiles Serdán, pudo ser apreciada en los alrededores, al menos durante algunos minutos. Fue el resultado, nos reportan hasta ahora, de un incendio intencional en el interior del penal, rápidamente controlado.
No habría alcanzado dimensiones mayores el hecho de no ser porque, a partir de entonces, comenzó a fortalecerse la versión de que, a punta de billetes y algunos golpes discretos y precisos, el grupo del Cártel de Sinaloa emergente en Chihuahua, conocido como “Los Cabrera”, tomó casi todo el control de la prisión estatal. Primero, aseguran los expertos en seguridad penitenciaria, los primeros caídos de dicha organización, entre finales del año pasado y comienzos del actual, “compraron” un módulo para ellos solos. No querían, supuestamente, mezclarse con los locales de “La Chapiza” ni “La Mayiza”, ni con “Los Cholos”, otras caras del mismo cártel, fracturado profundamente desde mediados de 2024, con el traslado de Ismael “El Mayo” Zambada a Estados Unidos; menos querían compartir espacios con “linieros”, “empresarios” ni cualquier otra banda de las conocidas como las dominantes en el estado. Luego comenzaron a avanzar. Hoy dominan los módulos seis, 17 y 19 del reclusorio, nos aseguran, y han establecido alianzas con “La Mayiza” local, de la que finalmente forman parte, aunque con sus ramales de Durango, no con los de Chihuahua, donde manda de manera directa el “Mayito Flaco”, sucesor de “El Mayo”. El estilo de dominio del grupo, dicen, no es el de la violencia, que comúnmente manejan todos los demás. Convencen “por las buenas”, por lo general, o sea que con dinero, tanto a autoridades como a las cabezas de los otros bandos. Así han tomado la posición de Aquiles Serdán y, calladitos, también la cárcel estatal de Parral. En Juárez, supuestamente, avanzan de forma acelerada en el siempre conflictivo y explosivo Cereso 3, lo que hace suponer que las detenciones contra ese grupo posiblemente estaban bien calculadas para penetrar las prisiones, que son en realidad los centros de comando de las organizaciones delincuenciales. En la operación de “Los Cabrera” para el “Mayito Jr” hay muchas explicaciones de su alianzas de grupos criminales en varios puntos del estado, como la Gente Nueva del Tigre de Cuauhtémoc. Incluso, versiones apuntan que algunos “linieros” que operan de Camargo a Ojinaga andan en coqueteos para cambiar de camiseta. Su avance es tal que, según los que conocen al detalle el mapa criminal, nomás “Los Salazar” asentados en Guazapares y Chínipas y “Los Jaguares” de Madera, todavía no son “Mayos”, pero el resto de células del cártel de Sinaloa ya están agrupadas alrededor de “Los Cabrera”. Imposible entender los acomodos sin fuertes patrocinios oficiales desde la Guardia Nacional y/o el Ejército, sobre eso comienzan a soltarse las especulaciones.***
El caso de la jueza María del Rosario Berjes, electa para un juzgado penal de primera instancia, es uno de los más especiales que produjo la reforma judicial, que no previó el retiro por renuncia de los titulares.
La juzgadora, a las horas de asumir el cargo, decidió que prefería ser secretaria proyectista de la Segunda Sala de lo Penal, al mando de otra recién electa, Claudia Cristina Campos Núñez, por lo que, con la mano en la cintura, aventó el mallete ante el Órgano de Administración Judicial y el Congreso del Estado, instancias que ahora analizan la procedencia de su dimisión. Privilegiada en uno de los acordeones del PRIAN judicial, igual que su amiga la magistrada que la invitó al otro cargo, optó por olvidarse de la “votación popular”, quizás porque paga más el cargo de secretaria de sala o tal vez porque se cansó de trabajar casi 20 años como jueza. Con su decisión mostró su repudio al cargo de juzgadora, pero mucho amor a la dorada nómina judicial; de paso, puso en un brete el deficiente entramado jurídico de la reforma que dizque vino a democratizar al aparato de justicia, aunque en realidad sólo le dio una revolcada política al mismo. A pesar de que el Poder Judicial terminó convertido en una maraña de intereses políticos, peor a la anterior, ¿no hay alguien con el suficiente control y oficio para evitar que los juzgadores, de primera instancia y magistrados, sigan ridiculizándose a sí mismos y obstaculizando la función judicial? ¿A nadie le importa que el Poder Judicial siga hundido en los escándalos, olvidándose de plano de su función sustancial de hacer justicia?***
Sobre la misma línea de la justicia, las diferencias entre magistrados del Tribunal Superior siguen profundizándose, ante la escasa y poco eficiente operación política demostrada en este proceso de reconfiguración del Poder Judicial.
Ayer algunos de los juzgadores estaban a la expectativa de una supuesta reunión “secreta” a la que había convocado el magistrado Gerardo Acosta, la cual estaba programada para realizarse en Camargo, en el rancho del exdiputado priista José de Jesús “Chuchi” Sáenz Gabaldón. En días pasados, discretos encuentros entre jueces de todos los ramos, otros magistrados y personal directivo del TSJE, también levantaron polvo porque los equipos políticos todavía no están del todo definidos, pero especialmente porque hay personajes que tienen rivalidades añejas o desconfianzas al por mayor, lo que impide la marcha natural de los asuntos de la justicia. En ese campo minado de deslealtades, inmadurez, traiciones y jugarretas camina la magistrada presidenta, Marcela Herrera Sandoval; mientras se acomodan las calabazas, el aparato de justicia sigue lejos de cumplir con las expectativas sociales. Gerardo Acosta es uno de los “viejos” magistrados más cuestionados y en mayores broncas con los nuevos. Todos sus críticos creen que anda de socialito porque va por la presidencia del Tribunal en cuanto se acomoden los astros***
El alcalde, Marco Bonilla, busca mantenerse siempre cerca de quienes desde hace décadas le han apostado a Chihuahua.
En su participación en el 25 aniversario de la empresa Jabil, el mensaje fue claro al respaldar a la industria que ha crecido junto con la capital y que genera miles de empleos para las familias chihuahuenses. Jabil es un ejemplo desde su llegada a Chihuahua. Ha demostrado confianza en esta tierra, ha innovado y expandido su planta laboral con visión de largo plazo. La gobernadora, Maru Campos y el alcalde Bonilla han sido claros al remarcar que en Chihuahua no se estira la mano para exigir, sino para trabajar juntos. Con esta frase, el alcalde sintetizó la política de su gobierno: apuesta por la seguridad, la conectividad, la formación de talento y la certidumbre, como pilares para retener a compañías como Jabil, que impulsan innovación y fortalecen el ecosistema económico local.