-Oficioso y opaco Tribunal con viaje de Duarte
-Delicias: cuando la violencia avisa y nadie escucha -Rehabilita Marco escuelas secundariasDías antes de la puesta en marcha de los nuevos Bowís, el secretario general de Gobierno, Santiago de la Peña, difundió un minivideo -de esos de unos cuantos segundos, apenas para TikTok- de un recorrido rápido por los patios de la Operadora de Transporte del Estado.
Era el anuncio de la llegada de los camiones que hoy entran en operaciones en la ciudad, ya con recorridos puntuales por la ruta troncal de la capital, pero fue notable la marcada intención de exhibir la chatarra corralista de los camiones chinos Ankai, los cuales duraron apenas unos cuantos meses en circulación, antes de presentar fallas para las que no había servicio accesible. “El día de hoy visité las instalaciones y patios de la Operadora de Transporte para verificar que todo esté a punto para la presentación de todos los cambios que la gobernadora Maru Campos está implementando en la ciudad de Chihuahua en materia de transporte público”, dice el funcionario estatal en el video. En lo que camina, a las espaldas del secretario aparecen varios camiones en condiciones de chatarra, unos chocados, otros sin vidrios, sin luces, con llantas en mal estado, etcétera. “Es bien importante que ustedes vean que vamos a pasar de esto... a esto”, agrega, mientras apunta con la mano a otro lado y las tomas del video se enfocan en las nuevas unidades Busscar (de Mercedes-Benz, no chinos) que el pasado jueves estrenó la gobernadora Campos Galván, junto con De la Peña. El tema del video previo cobra relevancia por la exhibida a la chatarra del corralato. Además, muestra que el Bowí no es una mera bandera electoral del secretario que hoy tiene, además, la calidad de aspirante para 2027, cortesía de su propia jefa, quien lo subió las menciones de perfiles candidateables. El cambio de camiones es, sobre todo, el resultado de la atención puntual y precisa a una problemática añeja dejada de lado por el desastroso gobierno de Javier Corral. Esa es la realidad, más allá de cualquier consecuencia favorable que pueda darle a las aspiraciones políticas del único secretario de Gobierno que se ha atrevido a entrarle de frente a las broncas del transporte. El resultado de la gestión del secretario ahí está a la vista; que le sirva o no para candidatearse ya depende de su entrenada habilidad política, pero es algo secundario al abono que da para la solución de los problemas de movilidad que padece Chihuahua.***
La opaca oficiosidad mostrada por el Tribunal Superior de Justicia, al informar del supuesto traslado del exgobernador César Duarte a la Ciudad de México, generó montones de especulaciones dañinas e innecesarias para un Poder Judicial dizque renovado, que de por sí ha ido de escándalo en escándalo.
Un engañoso boletín oficial de la oficina de la magistrada presidenta, Marcela Herrera Valles, enviada por su experta en comunicación, Ana Luisa Anchondo, aseguró que Duarte Jáquez sería trasladado “a la Ciudad de México, con la finalidad de comparecer ante la Fiscalía General de la República (FGR), en atención a una diligencia legal correspondiente a su proceso judicial”. Sin contar la mala redacción y la cuestionable sintaxis, el término del traslado resultó en una vil mentira, igual que la supuesta comparecencia que parecía una medida obligada de la autoridad federal ministerial, cuando en realidad había sido Duarte, a través de sus abogados, el que había solicitado mediante amparo conocer de una carpeta de investigación de la FGR. Primero, César Duarte precisó que fue por sus propios medios, acompañado de los abogados Irving Anchondo y Héctor Villasana, con todo y el rozón de la bala que le disparó “El Chapo” Ramírez en Parral, el lunes pasado. Luego, hasta el fiscal general, César Jáuregui, tuvo que explicar y enmendar el oficioso comunicado del TSJE, para aclarar que en realidad no era traslado sino viaje de Duarte, autorizado por un juez de Control Penal que le permitió ir a actualizarse de un asunto federal en la Ciudad de México. Tanto brinco que dio el Tribunal con el suelo tan parejo nomás le generó otra crisis de confianza, un escándalo más. Como si no fueran suficientes los magistrados peleados todos contra todos por falta de liderazgo, de control y oficio político; los secuestradores liberados; la cacería de brujas por la voracidad de los nuevos funcionarios; los juzgadores envueltos en tráfico de influencias y conflictos de interés y etcéteras hasta el infinito.***
Ha resultado estrujante el caso de la niña L.G., estudiante de la escuela Secundaria 52 de Delicias, que atacó a una madre de familia con un hacha y planeaba psicóticamente asesinar a maestros y compañeros.
Trasladada al Hospital Civil Libertad de Ciudad Juárez, debido a que por su edad no puede ser recluida en un centro de detención para adolescentes, el caso judicializado parece envolverse en una tendencia global que afecta a menores de edad a través del acceso totalmente desregulado a las redes sociales. No es casualidad que el caso de Delicias incluya etiquetas y comunidades digitales. Investigaciones de organizaciones que monitorean violencia en línea han documentado cómo comunidades de “true crime” y espacios donde se glorifica o se estetiza la violencia generan contagio mimético. Algunos usuarios que consumen relatos de crímenes terminan emulando guiones, símbolos y rituales. En ese contexto, un post que sugiere, detalla o ensaya violencia es más que “provocación”, puede ser la puesta en escena de un plan real. A esto se suma una contradicción evidente: muchas escuelas no tienen internet ni recursos para formación digital, mientras los estudiantes acceden libremente desde sus teléfonos a comunidades que normalizan la violencia. Es decir, falta control pedagógico y, a la vez, sobra exposición a redes inútiles, innecesarias y nocivas. Por todo ello, el ataque en la Secundaria 52 es una llamada de emergencia. No porque sea necesariamente el síntoma más grave del país (México enfrenta violencia generalizada por muchas causas), sino porque muestra cómo la mimética violenta y la desatención institucional pueden converger en una escuela pública. Si los avisos llegan por TikTok y Tumblr, la respuesta debe llegar desde la familia, el aula, la clínica escolar y la política pública con la misma rapidez. Deben tomar nota de esto sin perder detalle las autoridades educativas estatales y federales.***
La educación es, sin duda, uno de los pilares más sólidos para construir una ciudad competitiva; por ello, la inauguración de las obras de rehabilitación en las secundarias 3046 y 3013 representa mucho más que mejoras físicas.
Es un mensaje de que la administración municipal sigue cumpliendo con la educación y apostando por el futuro de la juventud chihuahuense. Lo destacable es que estas acciones surgieron del Presupuesto Participativo, un mecanismo que une a estudiantes, docentes, padres de familia, vecinos y autoridades para decidir juntos las obras prioritarias. Cuando se invierte en escuelas, se invierte en oportunidades, en desarrollo y en prosperidad y con acciones como esta, la alcaldía reafirma que la educación es una acción permanente de gobierno.