Reconocer y salir del error es parte fundamental del camino hacia el conocimiento y la verdad; por ejemplo, Thomas Édison, antes de inventar la bombilla eléctrica, erró miles de veces antes de lograr que uno de sus inventos, la bombilla eléctrica, funcionara.
Cada vez que elaboraba una bombilla, Édison creía firmemente que ese era el verdadero diseño y en consecuencia iba a funcionar; no fue así, porque erró una y más de tres mil veces; sin embargo, podemos decir que cada vez que erró lo reconoció, hasta llegar al diseño con el que salió del error y abrió la era eléctrica que hoy disfrutamos. De acuerdo con Tomás de Aquino el "error" es cuando una persona cree algo que no es verdadero, pero al creerlo, piensa que es verdad. Por ejemplo, si alguien piensa que” México es lugar donde se junta los cien ríos”, aunque esto es falso, esa persona está en error porque no reconoce su equivoco. El error tiene un elemento de "autoengaño", porque la persona que se encuentra en este no se da cuenta de su equivocación, por el contrario, ésta se encuentra convencida de que está en lo cierto; de tal modo que cree firmemente que su idea es correcta. El error ocurre cuando confundes lo falso con lo verdadero o al revés, y solo puedes salir de ese error cuando te das cuenta de que estabas equivocado y reconoces la verdad. Por eso, mientras estás en este estado, solo tú puedes reconocerlo y salir de este. El error es un estado de la persona en relación con el conocimiento de la verdad, al ser un estado de ignorancia o falsedad en el juicio sobre algo o sobre un hecho, este no es deseable en sí, ni debemos inducir a las personas a caer en el; sin embargo, es una condición humana que, al ser reconocida y corregida mediante la enseñanza y la razón, ayuda al ser humano a aprender y a alcanzar la verdad. Cada vez que cometemos errores y nos damos cuenta de ello, las experiencias o vivencias nos permiten reflexionar, analizar sobre lo que salió mal o pensamos erróneamente, para corregir y mejorar; esto nos ayuda a entender y manejar eficazmente en el futuro situaciones de similar naturaleza. Cada vez que cometemos errores y los reconocemos, desarrollamos la creatividad, pues cuando replanteamos aquello en lo que nos equivocamos, nos vemos obligados a buscar otras soluciones o alternativas, incluso innovadoras, lo que termina dándonos experiencia y conocimiento para resolver problemas. Las personas podemos incurrir en error en diversos campos, por ejemplo: en la escuela, los alumnos al trabajar en un proyecto de investigación que les encargan en una clase, al implementarlo fracasan; los integrantes del equipo en lugar de abandonarlo, optan por analizar sus errores en planteamiento o metodología, desarrollan y replantean el trabajo de un modo más innovador, usando nuevas fuentes o herramientas tecnológicas para resolver el problema. También en la familia, por ejemplo, cuando una madre o un padre reconoce que el estilo de comunicación llevado a cabo durante una situación con sus hijos no es el adecuado, tras reflexionar toma la determinación de cambiar la forma de comunicarse, buscando una forma diferente de platicar, empieza por realizar la empatía, conversaciones formativas, mejora la manera de relacionarse con ellos, esto a la postre crea un ambiente familiar más creativo y armonioso. Un ejemplo más, un grupo de amigos del fraccionamiento al organizar y desarrollar un evento benéfico para personas necesitadas, por estimar erróneamente los insumos que necesitaban, tenían por cierto que lo que presupuestaron era correcto y no fue así. Reflexionan sobre los errores, aprenden y desarrollan un sistema de comunicación, se apoyan en una persona que les ayude presupuestar, salen del error, superan dificultades y organizar correctamente el evento. Como ves, al reconocer el error lo podemos aprovechar para ser mejores, esto es fundamental para recorrer el camino hacia el conocimiento y la verdad.