Tantos agravios que Adán Augusto López Hernández le profirió a la hoy Presidenta Claudia Sheinbaum no están siendo olvidados. La semana pasada, el medio N+ dio a conocer que Adán Augusto no había declarado ante el SAT millones de pesos que había recibido por parte de empresas que fueron proveedoras de su gobierno, allá en Tabasco. N+, filial del Grupo Televisa, únicamente actúa a partir de las instrucciones del Gobierno en turno. Sin duda, la noticia respecto al patrimonio no declarado de Adán Augusto vino a sumarse a la larga cadena de señalamientos, acusaciones, y denuncias que le han llovido al tabasqueño desde hace más de dos meses.

Primeramente, sus presuntos vínculos con el crimen organizado a partir del nombramiento de Hernán Bermúdez Requena como Secretario de Seguridad Pública, vienen a evidenciar la complicidad de López Hernández (y en cierta forma de López Obrador) con el crimen organizado.

La andanada de golpes mediáticos recibidos por Adán Augusto a partir de esta relación con el presunto líder de un cártel del crimen organizado se dieron no porque este gobierno quiera, genuinamente, eliminar al crimen organizado. Simplemente quieren sacudirse a López Hernández, una de las herencias más nefastas que dejó el obradorato en el sistema actual.

El plan transexenal de López Obrador consistía en tener control de la Cámara de Senadores, de la Cámara de Diputados, del Partido Morena, y de varias secretarías del gobierno actual. Sin embargo, la historia nos ha dicho que, salvo la época del Maximato, ese fenómeno nunca se ha consolidado en México.

En un régimen hiperpresidencialista como el nuestro, resulta complicado que quien ostente poder constitucional obedezca a quien ostenta solamente poder social o mediático. Por ello, los anhelos de López Obrador se han ido desvaneciendo con el tiempo.

Son varios los temas por los que considero que se evidencia que Adán Augusto es un cadáver político. El primero de ellos, como ya lo comenté, se refiere a los golpes asestados en su contra por haber nombrado a un líder criminal como Secretario de Seguridad Pública de Tabasco. La autoridad que debe velar por la seguridad de los ciudadanos es justamente aquella que presuntamente cometía los secuestros, las extorsiones y todo tipo de actividades criminales en Tabasco.

En relación con este tema, desde noviembre de 2024 había trascendido información revelada por el Gobernador de Tabasco Javier May. Según informes de inteligencia militar, López Obrador habría conocido esta información desde 2021. A pesar de ello, Bermúdez Requena fue sostenido como Secretario de Seguridad Pública.

En el segundo de los temas, el desorden que tiene Adán en la bancada de Morena en la Cámara de Senadores también le movió el tapete. Varios Senadores solicitaron a Adán aclarar el ejercicio del presupuesto de la bancada, pues consideran que el mismo ha sido opaco, discrecional y arbitrario. Esos Senadores no estarían solicitándole cuentas a Adán si no olieran que, efectivamente, su fortaleza política se encuentra profundamente mermada. Hace un año, ningún Senador se hubiera atrevido a cuestionar el gasto de la bancada. Hoy, con los señalamientos que pesan en su contra, más de una docena de Senadores le requirieron cuentas a su coordinador.

Por otro lado, la discrepancia entre sus bienes y los bienes declarados ante las autoridades fiscales junto con los bienes referidos en su declaración patrimonial viene a evidenciar que a Adán le está lloviendo duro. Insisto, lo difundido en medios nacionales no es algo espontáneo, sino una campaña dirigida por las únicas personas que tienen el poder de difundir con tal magnitud esas noticias.

Todos los escándalos que ha provocado López Hernández vienen a evidenciar que el gobierno actual trata de deslindarse de todas las formas de sus antecesores. Fue tal la injerencia de López Obrador al inicio del gobierno de Sheinbaum que colmó la paciencia de quienes hoy gobiernan. Adán, al ser la cara más visible del obradorismo en la actualidad, está pagando justamente el precio de su cercanía con el Presidente más corrupto que ha tenido la Historia de México.

Los golpes pueden venir directamente de la Presidenta, o incluso de los cercanos a ella que fueron golpeados por el obradorismo, como es el caso de Omar García Harfuch. La rapidez con que se localizó a Hernán Bermúdez en Paraguay, y su deportación casi inmediata hablan de una operación de Estado para traer a Hernán a México.

Este es un mensaje también que envía la Presidenta a aquellos que pensaban que López Obrador seguía mandando. Creo que cada vez veremos menos escenas como aquellas que tuvieron lugar recientemente cuando en pleno Senado, los legisladores del oficialismo coreaban “Es un honor estar con Obrador”.

Es evidente que esta actuación oficial tiene como propósito descarrilar a Adán en cualquier aspiración política que tuviera en su momento. Será interesante ver en las próximas semanas cómo reaccionan otros ‘heredados’ del obradorismo, como es el caso de Luisa María Alcalde, Rosa Icela Rodríguez, entre otros.

Lo complicado de todo esto es que, procesos que aparentemente debían atenderse en función del interés colectivo (como lo es la procuración de justicia) en realidad tienen una motivación política.

No creo que a Adán se le vaya a desaforar, ni que vaya a ser procesado penalmente por ello, aunque elementos sobran. La semana pasada, el Senador Alejandro Moreno, Dirigente Nacional del Partido Revolucionario Institucional, anunció que había presentado denuncias en contra de Adán Augusto en Estados Unidos. Con todo el albañal en el que Adán está involucrado, es evidente que jamás volverá a pisar Estados Unidos, a menos que sea extraditado hacia el país vecino.

Adán es insostenible. No es un interlocutor válido con ningún sector político del país. Su fuerza ha disminuido considerablemente y sus propios correligionarios le empezarán a desconocer. Una salida sería, como se ha especulado, que lo enviaran de Embajador a algún país lejano para sacarlo de la jugada política. La otra (más inviable) es que pidiera licencia para que las autoridades ministeriales indagaran sobre sus presuntos ilícitos. En cualquier caso, Adán ya no tiene la fuerza para conducir a la mayoría legislativa en la Cámara Alta.

La política es de muchos claroscuros. Hace dos años, López Hernández pensaba que podía ser Presidente; hoy, está más cerca de ser presidiario. Creo que es cuestión de semanas para que veamos la caída de Adán Augusto, el personaje que soñó con ser Presidente, después de haber nombrado a un líder criminal como su Secretario de Seguridad Pública en Tabasco, a la vez que ocultaba los bienes obtenidos presuntamente a través de actos de corrupción.

Seguramente los escándalos de los políticos de Morena no pararán ahí. Es muy probable que los señalamientos sigan en lo que Sheinbaum acomoda sus piezas.