Un triste pero sorprendente relato, está circulando por redes sociales, difundido principalmente en un podcast durante un episodio llamado 'Confesiones Anónimas', en el cual se tocan anécdotas encontradas en internet.

En este capítulo, hablan acerca de la historia de un joven que tuvo un experiencia un tanto peculiar ante un asalto, pues, un presunto ladrón que hurtó el celular de su pareja sentimental se puso en contacto con ella, tan solo para decirle que estaba siendo engañada por su novio.

En los supuestos mensajes, señalan que el sujeto le menciona lo siguiente: "¡No soy tu novio! Soy el tipo que le quitó el celular, la cartera y todo lo demás hace rato. Perdón por eso, pero mientras revisaba su teléfono encontré algo que me encabronó más que cualquier deuda que tengo con la vida: este güey te está poniendo el cuerno con dos morras".

Según los conductores del programa, la mujer se quedó incrédula ante lo que estaba pasando, por lo que pensó que se trataba de una broma o extorsión... pero, el hombre continuó enviándole evidencia.

"Revisé su galería y sus chats. Neta, podía quedarme callado, pero tú estás guapísima, y se ve que eres buena onda", continuó el sujeto por mensaje.

A medida que continuaban la conversación, el supuesto ladrón comenzó a enviar 'screen-shots' de chats comprometedores entre el novio y otras mujeres.

"El primero, con Karina: ‘A ti sí te amo de verdad, tú sabes cómo hacerme sentir vivo’. El segundo, con Daniela: ‘No sabes las ganas que tengo de verte, ya no aguanto dormir sin ti'... y yo dormía con él todos los días”, narró la conductora del podcast.

Luego, como un gancho al hígado, el sujeto le envió una nota de voz, en la que su pareja le decía a una de sus tantas amantes, “con ella estoy porque me da paz, pero tú me das pasión”.

Resignada y dolida, la joven pidió más pruebas, ante esto, el asaltante, muy comprometido con este hallazgo inesperado, respondió: “Obvio. Y eso que apenas voy en los chats archivados”.

Esta amarga y peculiar experiencia, cerró con una frase del sujeto que seguramente marcó a la chica: “Yo robo por necesidad, pero este güey te robaba tiempo, cariño y dignidad”.

Una historia tan curiosa que generó reacciones divididas: algunos lo vieron como una señal del destino, otros como una historia difícil de creer, pero que, sin duda, no pasó desapercibida.

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