Ciudad de México.- Un sector clave en la economía del País es la energía, sobre todo con la situación financiera de Pemex y CFE.

Los equipos de las candidatas presidenciales Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez coinciden en un sector más sostenible, pero por caminos diferentes. Aquí ambas visiones.

Empresas públicas, no dependientes

Los tiempos en que las grandes obras de infraestructura de Pemex y CFE dependían enteramente de recursos presupuestales van de salida.

La visión de empresas estratégicas para el Estado de la candidata por la Coalición Sigamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum, pasa por fortalecerlas, pero también por hacerlas sostenibles, que tengan libertad para acceder a distintas fuentes de financiamiento y que sus proyectos no dependan depender de recursos públicos.

Al menos en el caso de CFE, la tarea es más sencilla y aplicable en el corto plazo, asegura Jorge Islas, encargado del tema de energía en el equipo de Sheinbaum.

Ya sea a través de la banca de desarrollo, fondos "verdes", Afores, fondos de pensiones internacionales y la propia Fibra E, se espera que la CFE sea capaz de financiar sus propias obras de expansión en generación, transmisión, distribución y gasoductos, entre otros.

"No se está pensando que el aporte venga del presupuesto público; esta empresa por si sola, nos parece que puede generar los mecanismos adecuados para que los mismos proyectos que se vayan implementando paguen el financiamiento o esas deudas que se puedan adquirir.

"Que sean proyectos bondadosos, que se busque hacerlo mejor para que se convierta en un mecanismo virtuoso del desarrollo de infraestructura", destacó Islas en entrevista.

La diversificación de CFE con otros negocios como venta de gas natural, servicio de internet, estaciones de recarga para automóviles y generación distribuida (instalación de paneles de baja escala) fortalecerían las actividades tradicionales de la empresa: generación, transmisión y distribución de energía.

Por ello, mantendrán los apoyos en este segmento del negocio.

La lógica detrás de esta intención es que CFE reporta utilidades. Al cierre del año pasado, obtuvo una utilidad neta de 116.5 mil millones de pesos, tras cuatro años de pérdidas y el mayor ingreso de los últimos seis, con 644.4 mil millones de pesos. Su principal fuente de ingresos es la venta de energía.

Además, la obtención de recursos propios para financiar sus proyectos llevará a la CFE a transparentar su operación y a tener reglas de gobernanza más estrictas, pues ahora estará sujeta al escrutinio de bancos e instituciones financieras.

Islas asegura que el planteamiento es que CFE mantenga 54 por ciento de la generación y que el sector privado pueda participar en el restante 46 por ciento, tal y como se estableció en la Administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Para el caso de Pemex, la cuestión no es tan sencilla, pues desde la visión del equipo de Sheinbaum existen dos empresas: una fuerte, vinculada a actividades de exploración y producción, y una 'malita', la de refinación.

"Pemex Exploración y Producción funciona muy bien, tiene proyectos que funcionan y está muy 'sanita'.

"La otra parte es Pemex TRI que, digámoslo así, está 'malita' y ha sido objeto de una política de recuperación de ese sector", consideró Islas.

Ahí, entra el tema de los apoyos que ha recibido Pemex durante la presente Administración, que ya suman 1.65 billones de pesos entre aportaciones de capital, estímulos fiscales y otras ayudas, a pesar de las cuales su deuda asciende a 1.79 billones de pesos.

La mitad de dichos apoyos, justificó Islas, se ha destinado a proyectos productivos: la refinería de Dos Bocas, la compra de Deer Park y la rehabilitación de complejos para lograr la autosuficiencia en combustibles, lo cual aporta valor a la petrolera.

Esto ha dado sus primeros frutos, con una recuperación en niveles de proceso, aunque con mayor producción de combustóleo, cuyo valor en el mercado es bajo, reconoció.

Islas aseguró que Sheinbaum va a apostar a la recuperación total de Pemex y no está pensando en cerrar refinerías.

- En esta parte de la Pemex 'malita', ¿los apoyos del Gobierno van a seguir sin restricciones hasta que se termine recuperar, o habrá algún límite?

Islas aseguró que Sheinbaum va a apostar a la recuperación total de Pemex y no está pensando en cerrar refinerías.

"Pero la verdad es que sí estamos empezando a ver el final de la historia, porque estos parámetros van para arriba, las coquizadoras van a entrar, va a haber una parte de rehabilitación, entonces esta historia tiene un final.

"Pemex tiene otro negocio que sí es exitoso: el de Exploración y Producción. Ahí, desde su perspectiva, es posible asociar el grueso de la deuda de la petrolera, pero al tener números positivos, la percepción de riesgo puede cambiar", dijo.

De este modo, este negocio podría optar por hacer lo mismo que CFE: obtener su propio financiamiento y no depender del presupuesto para financiar sus proyectos productivos.

"El día que se reconozca que hay una Pemex a la que se le puede asociar la mayor parte de la deuda, que está bien y otra con menor parte de deuda, que está malita, en ese momento va a cambiar la concepción de la deuda de Pemex.

"Se va a trabajar para ver cómo se sigue dando el rescate y cómo podemos convencer a los acreedores de que no todo Pemex está mal, tenemos un Pemex muy bueno, muy competitivo que produce mucho valor agregado", destacó.

Transición energética, sin dañar al erario

México debe apuntar a la transición energética con la incorporación masiva de renovables, para lo cual es indispensable recuperar el esquema de subastas enfocadas en las regiones de mayor crecimiento en la demanda.

Desde la perspectiva de la candidata por la Coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, la participación del sector privado es crucial para detonar estos proyectos y acelerar la transición energética. De ganar la Presidencia, buscaría desarrollar proyectos de generación distribuida -o usos propios- en casas y negocios.

A su vez, la infraestructura de generación desarrollada en los últimos años por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se aprovecharía, consideró Rosanety Barrios, coordinadora de energía del equipo de Gálvez.

"Necesitas entrar por los dos lados al mismo tiempo: con subastas regionales de energía renovable, como habían sido originalmente, e impulsar los paneles para hogares y pequeños comercios, y si ya tenemos 12 plantas en construcción, pues hay que usarlas", puntualizó.

De esta forma, la CFE se dedicaría a cumplir con su mandato constitucional de reforzar, modernizar y construir redes eléctricas, monopolio natural que le corresponde atender de manera exclusiva.

Esa estrategia ayudaría a garantizar la confiabilidad del sistema eléctrico, permitiría mayor incorporación de renovables y detonaría los ingresos de la CFE para avanzar hacia una mayor independencia financiera, en la que ya no dependa de recursos públicos para proyectos de inversión.

"Esa es la prioridad (transmisión y distribución), a eso nos vamos a dedicar en CFE, y ahí es donde se puede hacer mucho dinero, porque todo mundo se quiere conectar a la red", explicó Barrios.

Para Gálvez y su equipo, el impulso a la transición energética es indispensable para reducir el consumo de fósiles y acelerar el uso de energías limpias. Su planeación no puede hacerse cada seis años, sino con un horizonte de 30 años.

En ella, agregó Barrios, tendrían que participar la academia, la industria, los consumidores y todos los sectores involucrados.

Su visión de Pemex es menos optimista, pues su rescate es de enorme complejidad. Aún así, se contempla un plan integral para reducir sus pérdidas y que, con el tiempo, demande menos recursos públicos.

A diferencia de lo que sucede ahora, que el Gobierno en turno le fija una meta de producción de crudo, la idea es que sea la propia Pemex la que determine, con base en sus capacidades y recursos, cuánto puede extraer al año.

"Parte del cambio estructural que sabemos que Pemex requiere, es que ya el Gobierno federal no le diga 'tú tienes que producir 1.8 millones o 2 millones o 2.7 millones', porque es al revés, las empresas petroleras lo que necesitan es explorar y cuando exploran hacen una estimación de cuánto pueden producir, pero en México históricamente ha sido al revés", apuntó Barrios.

Sin embargo, pese a los planes de continuar con las actividades de exploración, Barrios considera que Pemex debe enfocarse sólo en áreas convencionales y permitir la participación de privados en esquemas como farmouts o asociaciones, donde otras petroleras compartan el riesgo, aporten tecnología y financiamiento a la empresa estatal.

En cuanto al segmento de transformación industrial -que engloba refinación y petroquímica, entre otras actividades- la propuesta es aprovechar la Refinería Olmeca y las dos coquizadoras.

"El cambio estructural en el modelo de negocios de la empresa estatal también considera 'parar la hemorragia' en Pemex TRI, haciendo uso de la refinería Olmeca -de la que se espera que ahora sí inicie operaciones-, así como de las dos coquizadoras de Tula y Salina Cruz, que están en construcción, para empezar a suplir la producción de aquellas refinerías que están en niveles mínimos y que agudizan las pérdidas en refinación.

"Muchos dicen que las refinerías se pueden arreglar y sí, pero esa no es la transición energética, es empezar a dejar la refinación, y sí vamos a seguir utilizando crudo, pero para temas que tienen que ver más con petroquímica", señaló la especialista.

Finalmente, en cuanto a gas natural y la reducción de la dependencia de la molécula que viene del extranjero, se considera dejar de quemar o enviar a la atmósfera el gas metano.

Además, revisar los proyectos de reexportación mientras no se garantice su abasto en todo el País, para lo que también se requiere implementar el almacenamiento estratégico e incluso la posibilidad de abrirse a almacenamiento comercial en caso de existir interés.