Chihuahua, Chih.- El que México acate el fallo del panel de controversias del T-MEC a favor del maíz transgénico, es una buena señal cuando está en puerta un proceso de revisión del tratado comercial y por tomar posesión en Estados Unidos un presidente amenazante como Donald Trump, señaló Alfonso Lechuga de la Peña, líder de la mesa de Agroindustria en Chihuahua Futura.
Expuso el industrial que ya advertía que México perdería la disputa comercial, pues nunca demostró científicamente los daños que ocasiona a la salud el consumo del maíz transgénico.
Recordó que el año pasado México restringió las importaciones de glifosato y de productos genéticamente modificados como es el caso del maíz amarillo y al no poder argumentar los daños que manifestaba, el panel falló a favor de los Estados Unidos.
Así que México tendrá que levantar las restricciones en 45 días, de lo contrario, puede haber algún tipo de sanción e incluso hacerse acreedor a diversas penalizaciones, explicó.
Indicó Lechuga de la Peña que el Gobierno manifestó que acatará las disposiciones del panel de controversias, así como en su momento México se defendió de las trabas que se impusieron al tema de las autopartes.
Apuntó que México resulta deficitario en la producción de maíz amarillo y su importación se destina principalmente para la elaboración de alimento balanceado para res, cerdo y pollo.
“Continuarán con las importaciones, México no ha logrado en ese producto ser autosuficiente, por lo que habrá que esperar qué políticas se toman hacia adelante para hacer este rubro más competitivo”, dijo.
Aclaró que la siembra de maíz transgénico sigue vetada en el país.
En un comunicado, el Gobierno de México expuso que no comparte la determinación del panel, pues considera que las medidas cuestionadas están alineadas con los principios de protección a la salud pública y los derechos de los pueblos indígenas, establecidos en la legislación nacional y en los tratados internacionales de los que es parte.
A pesar de ello, dijo, respetará la determinación, ya que el sistema de solución de controversias del T-MEC resulta una pieza clave de dicho tratado, como quedó demostrado en el caso sobre Reglas de Origen del sector automotriz que resultó favorable para México.