Nueva York, Estados Unidos.- A Elon Musk le gusta decir que no quiere ser director ejecutivo de Tesla.

Pero el director ejecutivo ha pasado las últimas semanas remodelando drásticamente a la armadora, de manera que la persona que ocupa el puesto de director ejecutivo sea aún más crucial para su futuro.

Está impulsando cambios que hacen que el negocio automovilístico tradicional de Tesla sea menos prioritario. Al centrarse en su lugar en la robótica y los automóviles autónomos, ha amenazado con llevar sus ideas sobre tecnología avanzada a otra parte si no se le otorga una mayor propiedad del fabricante de autos eléctricos.

Mientras tanto, Tesla inició una campaña para obtener la aprobación de los accionistas en junio para reautorizar su paquete de compensación récord de 56 mil millones de dólares, aprobado por primera vez en el 2018. El paquete salarial fue rescindido en enero por un juez de Delaware que cuestionó los lazos del consejo con Musk y cómo se concertó el trato.

Ese salario estaba vinculado a una serie de hitos relacionados con el ambicioso crecimiento que Tesla alcanzó hace años y ayudó a impulsar su meteórico ascenso hasta convertirse en el primer fabricante automotriz valuado -por un tiempo- en más de un millón de millones de dólares.

Elon Musk ha remodelado drásticamente a la armadora de manera que el CEO sea más crucial para su futuro. Crédito: BLOOMBERG
Elon Musk ha remodelado drásticamente a la armadora de manera que el CEO sea más crucial para su futuro. Crédito: BLOOMBERG

Ahora, Musk predice otro renacimiento, en el que Tesla será una empresa muy diferente y el mundo será un lugar muy diferente, uno semejante a la ciencia ficción, con robots humanoides y robotaxis.
 

Musk ahora describe el potencial de Tesla como una combinación de Uber, Airbnb y el negocio en la nube de Amazon.com. Su visión es que la empresa sería propietaria de automóviles utilizados como Cybertaxis y vendería vehículos a propietarios que luego podrían utilizarlos también como robotaxis. Imagina que cuando no estén en uso las computadoras a bordo de los automóviles se utilicen para servicios en la nube.

Si bien muchos en la industria sospechan que Tesla aún dista mucho de lanzar vehículos que no requieran humanos detrás del volante, Musk ha dado indicios de que ya está preparando a la compañía para ese futuro hoy.
 

"Tesla gastará alrededor de 10 mil millones de dólares este año conjuntamente en entrenamiento e inteligencia artificial de inferencia, esta última principalmente en automóviles", tuiteó Musk recientemente. "Cualquier empresa que no gaste a este nivel y lo haga de manera eficiente no puede competir".
 

Ha aumentado el gasto en el desarrollo de la IA y ha hecho hincapié en el desarrollo de un robotaxi, al mismo tiempo que ordenó despidos generalizados, viendo la salida de varios líderes de alto nivel en el negocio automotriz y provocando que algunos inversionistas se preocupen de que no se centra lo suficiente en los modelos de próxima generación manejados por los consumidores.

La semana pasada volvió a cimbrar a la industria automotriz cuando recortó gran parte del equipo responsable de la extensa red de carga de Tesla, conocida como Supercharger, y dijo que estaba desacelerando la construcción de nuevas ubicaciones. Las acciones cayeron con la noticia el martes y han bajado un 27% en el año hasta el viernes.

Tesla comenzó a construir la red hace más de una década, mientras intentaba abordar las preocupaciones de los primeros compradores de vehículos eléctricos en materia de autonomía.

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Algunos inversionistas habían llegado a pensar en la red, que se estaba abriendo a rivales como Ford Motor en acuerdos muy publicitados anunciados el año pasado, como otro motor de crecimiento para Tesla.

Adam Jonas, analista de Morgan Stanley, estimó el año pasado que el negocio de Supercharger, potencialmente de alto margen, valía alrededor de 20 mil millones de dólares para Tesla, ya que se anticipaba que crecieran las ventas de autos.

Pero entonces la música calló.

Las ventas interanuales de primer trimestre cayeron por primera vez desde el 2020, y los analistas estiman en promedio que Tesla podría lograr un crecimiento este año en general. Eso está muy lejos del objetivo de crecimiento compuesto anual del 50% que Tesla alguna vez proyectó.

Musk está actuando como si quisiera saltarse la carrera en la batalla por fabricar vehículos eléctricos convencionales baratos a favor de lo que, afirma, puede ser un negocio de inteligencia artificial de alto margen.

Para los inversionistas de Tesla, se trata de un "Problema de los 3 Cuerpos", o como lo saben los fans de la serie de Netflix, un asunto de física en el que tres objetos celestes cercanos entre sí trastornan la capacidad de predecir su rotación.

En este caso, Tesla enfrenta un mercado de vehículos eléctricos que lidia con una mayor competencia en China y una creciente popularidad de los híbridos en Estados Unidos; la promesa de la IA de trastocar los modelos de negocio; y el estilo errático del mismo Musk, tres fuerzas que dificultan predecir hacia dónde se dirige la empresa.


"En nuestra opinión, la industria de los vehículos eléctricos está entrando en una era oscura mercantilizada, mientras que la industria de la inteligencia artificial y la robótica está entrando en un renacimiento", dijo Jonas, que desde hace mucho tiempo es optimista sobre Tesla, a los inversionistas el jueves. "La toma de decisiones de Tesla sobre qué hace menos y qué hace más debe verse a través de esta lente".

Dicho de otra manera, en lugar de intentar trazar un rumbo a través de enormes obstáculos que colisionan, Musk está tratando de cambiar enteramente los sistemas solares.

Elon Musk | Foto: Archivo
Elon Musk | Foto: Archivo

"No precisamente apostar la empresa, pero ir con todo por la autonomía es una acción deslumbrantemente obvia", tuiteó Musk. "Todo lo demás son como variaciones a un carruaje tirado por caballos".

El mayor potencial para Tesla, dijo Musk, es cómo se puede utilizar la IA en robots humanoides, llamados Optimus, para su aplicación en hogares como amas de llaves o en fábricas como trabajadores.

Pero no sin hacer feliz a Musk.

Incluso antes de que el juez le diera al traste a su paquete de compensación, Musk sorprendió a los inversionistas a principios de este año al decir que no se sentía cómodo trabajando en inteligencia artificial y robótica en Tesla sin tener una mayor participación accionaria -del 25%. Actualmente posee directamente alrededor del 13%.

Por lo tanto, quiere el paquete salarial que le fue dado anteriormente y más, quizás por medio de una recompra de acciones.

Sin él, sugirió Musk a los inversionistas, Tesla podría no poder fabricar Optimus.

"Si mañana me secuestraran extraterrestres, Tesla resolverá la autonomía, tal vez de manera un poco más lenta, pero al menos resolvería la autonomía de vehículos", dijo. "No sé si ganaríamos... con respecto a Optimus o con respecto a productos futuros".