Monterrey, México.- Mantenerse al día con las declaraciones de Donald Trump sobre los aranceles, desde los anuncios reales hasta las amenazas vagas, es una tarea vertiginosa, señaló The Economist.
La revista financiera británica indicó que Trump un día está decidido a destruir la economía integrada de América del Norte; al siguiente quiere apaciguar a los fabricantes de automóviles que dependen de ella, y cuando se trata de China, oscila entre aplicar gravámenes cada vez mayores a sus productos e insinuar un deseo de un acuerdo comercial gigantesco.
En cuanto a otros países, dijo, habla siniestramente de aranceles grandes pero aún no especificados que pronto entrarán en vigor.
En el período previo a las elecciones presidenciales del año pasado, mientras las empresas lidiaban con las incertidumbres de la agenda comercial de Trump, los analistas examinaron diferentes escenarios. Los más pesimistas se centraron en que podría imponer aranceles universales a todos los bienes que ingresen a Estados Unidos.
Moody's Analytics calculó que esos gravámenes podrían reducir en 2026 el PIB de Estados Unidos en casi 3 por ciento, una caída que casi con certeza significaría una recesión. Los economistas de la firma calcularon que los golpes a los grandes países exportadores, en particular China y México, serían aún mayores.
La mayoría de los observadores descartaron esos resultados como exagerados, señaló la revista.
Seis semanas después de su presidencia, los peores escenarios parecen demasiado plausibles. La idea de un arancel universal único, fijado en el 10 o el 20 por ciento, sería atractiva por su simplicidad, al menos. En cambio, Trump ha comenzado a agregar arancel tras arancel en una mezcolanza de proteccionismo.
La forma en que los mercados han reaccionado a los aranceles de Trump indica que las preocupaciones sobre el crecimiento económico están eclipsando los temores de inflación.
Las caídas de los mercados también representan un endurecimiento de las condiciones financieras, lo que genera desafíos de financiamiento para las empresas y la confusión sobre la implementación de los aranceles es en sí misma un impedimento para la inversión.
Mientras tanto, las empresas estadounidenses están tratando de adaptarse a un terreno económico que está cambiando rápidamente.
Lexi Swift, de World Class Shipping, una empresa de logística, dice que la intermediación de transacciones transfronterizas se ha vuelto mucho más complicada. Ahora tiene que tener en cuenta múltiples tramos de aranceles sobre algunos productos, establecer los pagos para ellos y asesorar a los clientes (los importadores registrados) sobre el dinero adicional que deben al gobierno.
"He visto un aumento de hasta el 5.000% en los aranceles e impuestos adeudados por clientes que importaron los mismos productos durante años", afirma.