Nueva York.- La nieve en Chicago, uno de los centros de aviación más concurridos de Estados Unidos, agravó el caos en los aeropuertos estadounidenses este lunes, mientras las restricciones de vuelo impuestas por el gobierno entran en su cuarto día.
A las 7:15 a. m. hora de Nueva York, el número de cancelaciones en aeropuertos estadounidenses ascendía a mil 432 vuelos, según datos recopilados por la empresa de análisis de aviación Cirium. Esto representa aproximadamente el 5.5% de los 25 mil 733 vuelos programados para el día, y la cifra está aumentando, según la compañía.
Los aeropuertos internacionales O'Hare de Chicago, LaGuardia y Newark Liberty registraron el mayor número de cancelaciones, con al menos el 8% del total programado. Delta Air Lines Inc fue la aerolínea con la mayor cantidad de vuelos cancelados.
Las aerolíneas sufrieron las consecuencias del aumento de cancelaciones y retrasos durante el fin de semana, ya que las crecientes interrupciones afectaron a pasajeros y tripulaciones. Es probable que la situación se agrave debido al clima invernal en Chicago, donde se espera que se acumulen varios centímetros de nieve en el área metropolitana, según informó el Servicio Meteorológico Nacional a primera hora de este lunes.
Mientras tanto, el estancamiento en Washington superó los 40 días, aunque el Senado dio un paso clave el domingo para la reapertura del gobierno cuando algunos demócratas moderados se alinearon con los republicanos. Aún no está claro si se superará el bloqueo, dada la importante oposición en la Cámara de Representantes.
Además, podrían pasar varios días antes de que se celebren las votaciones en el Congreso.
El cierre del gobierno estadounidense implica que los controladores aéreos están a punto de perder su segundo sueldo. El fin de semana pasado, la Administración Federal de Aviación (FAA) publicó avisos sobre amplias zonas de aeropuertos o espacio aéreo en Estados Unidos que sufrían retrasos debido a la escasez de personal.
La presión sobre el sistema de control de tráfico aéreo seguirá intensificándose antes de la temporada alta de viajes por el Día de Acción de Gracias, y podría llegar a paralizarse casi por completo, si el cierre del gobierno obliga a los controladores a seguir trabajando sin cobrar, declaró el domingo el secretario de Transporte de Estados Unidos, Sean Duffy.
Como parte de las restricciones de la FAA, algunos de los principales aeropuertos estadounidenses están limitando el acceso a jets privados.
Los recortes impuestos por el gobierno al volumen diario de vuelos comenzarán a incrementarse a partir de las 6:00 a. m. del martes, con la obligación para las aerolíneas de cancelar el 6% de sus servicios, en comparación con el 4% desde el viernes pasado. Este total podría alcanzar el 10% de los vuelos diarios para el próximo viernes.
Los recortes obligatorios no afectan directamente a los vuelos internacionales, pero los viajeros con conexiones desde o hacia viajes fuera de Estados Unidos sí se ven afectados. Los aviones de aerolíneas extranjeras se ven obligados a unirse a las filas de varias decenas de vuelos nacionales estadounidenses que esperan en las pistas para despegar debido a la escasez de personal.
Las interrupciones aumentarán los costos para las aerolíneas, dados ciertos gastos inevitables como los salarios de los pilotos, escribieron los analistas de Bloomberg Intelligence, George Ferguson y Melissa Balzano, en una nota. Al mismo tiempo, el cierre también podría mejorar los márgenes del cuarto trimestre de las aerolíneas nacionales, ya que estas cancelan rutas no rentables y de menor tamaño.