La Universidad de Texas en El Paso (UTEP) ha comenzado a preparar a su personal docente y administrativo ante posibles encuentros con agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en el campus. En un memorándum enviado el lunes 3 de febrero, la universidad proporcionó orientaciones sobre cómo actuar en caso de una interacción con oficiales migratorios, destacando la importancia de mantener la calma y contactar a las autoridades universitarias si es necesario.
Según datos de UTEP, el 84% de su población estudiantil es hispana, incluyendo 830 estudiantes mexicanos. Además, en el otoño de 2023, alrededor de 500 estudiantes de otros países estaban matriculados en la institución. Aunque hasta el momento no se ha reportado la presencia de agentes de ICE en el campus, la universidad busca garantizar la seguridad y el bienestar de su comunidad estudiantil.
El memorándum señala que los agentes migratorios pueden ingresar a cualquier área pública del campus, pero para acceder a zonas restringidas, como aulas u oficinas, podrían requerir una orden judicial.
En caso de que oficiales soliciten ingresar a estos espacios o pedir registros universitarios, se llamó a los empleados a mantenerse tranquilos y respetuosos, y a notificar a la policía universitaria o al departamento legal de la institución.
El aumento de las acciones migratorias bajo la administración del presidente Donald Trump ha generado preocupación entre la población indocumentada en Estados Unidos. Se estima que aproximadamente 408 mil estudiantes indocumentados están inscritos en instituciones de educación superior en el país, de los cuales casi 57 mil estudian en universidades y colegios de Texas. Estos estudiantes enfrentan incertidumbre, debido a los cambios en las políticas migratorias, incluyendo la posible eliminación del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).
El miedo a ser identificados o expuestos ha llevado a muchos estudiantes y sus familias a evitar entrevistas o declaraciones públicas. Una estudiante beneficiaria de DACA en El Paso rechazó una entrevista porque sus padres, quienes están en proceso de obtener la residencia legal, temen poner en riesgo su estatus migratorio.
Instituciones educativas, como el Colegio Comunitario de El Paso (EPCC), han expresado su compromiso con la inclusión de todos sus estudiantes, incluyendo aquellos indocumentados, aunque han enfatizado que seguirán todas las leyes estatales y federales vigentes. Sin embargo, expertos señalan que muchas universidades son cautelosas con respecto a cómo expresar su apoyo, para evitar convertirse en blanco de acciones gubernamentales.
El clima de incertidumbre también ha generado un impacto en la salud mental de los estudiantes indocumentados. Una estudiante de doctorado en ciencias sociales en una universidad de Texas central mencionó que el estrés generado por las políticas migratorias puede afectar su bienestar emocional y su rendimiento académico. “Intento aconsejar a mis estudiantes que cuiden de sí mismos, que limiten su exposición a noticias y redes sociales para minimizar el estrés”, dijo en una entrevista telefónica.
Desde la implementación de la Ley del Sueño de Texas en 2001, los estudiantes indocumentados han podido acceder a matrículas estatales y ayuda financiera a nivel estatal. Sin embargo, la aprobación del Proyecto de Ley 17 del Senado de Texas en 2023, que prohíbe la participación de instituciones de educación superior en programas de diversidad, equidad e inclusión, ha reducido el apoyo institucional para estos estudiantes.
Dada la incertidumbre política y legal, organizaciones como la Alianza de Presidentes sobre Educación Superior e Inmigración han recomendado que las universidades adopten medidas para proteger la información de los estudiantes indocumentados y establecer protocolos claros en caso de la presencia de agentes de ICE en los campus. Entre las estrategias recomendadas están la recopilación mínima de información personal, el uso de códigos especiales para proteger datos sensibles y el desarrollo de procedimientos para garantizar la seguridad física de los estudiantes.
Ante este panorama, la comunidad académica de UTEP está llamada a mantenerse informada, actuar con prudencia y apoyar a los estudiantes en situación vulnerable, garantizando que el campus siga siendo un espacio de aprendizaje seguro e inclusivo.