Arsenal atraviesa otra oleada de problemas físicos que ha obligado a Mikel Arteta a reconocer que el equipo ha caído en lo que describe como un “círculo peligroso”. A pesar de la creciente lista de ausencias, el entrenador rechaza por completo la idea de que el origen esté en un exceso de entrenamientos.

Las bajas han sido una constante durante toda la temporada, y el partido del miércoles en la fase de grupos de la Champions League ante el Club Brujas volverá a evidenciar esa situación. Declan Rice, William Saliba y Leandro Trossard estarán fuera. Trossard, que anotó en la derrota ante el Aston Villa, acababa de regresar después de una lesión antes de tener que ser sustituido de nuevo pese a haber entrado solo en la segunda parte.

El panorama no es diferente en otras zonas del campo. Kai Havertz sigue sin estar disponible, mientras los defensores Gabriel Magalhaes y Cristhian Mosquera continúan recuperándose. Viktor Gyokeres apenas ha podido volver a los terrenos de juego tras su propio período de baja.

La semana pasada, Arsenal incluso tuvo que modificar su lista de la Champions debido a los problemas médicos. Gabriel Jesus, que se recupera de una cirugía de ligamento cruzado realizada en enero, ha sido inscrito en lugar del joven de quince años Max Dowman, quien se lesionó durante un amistoso del equipo Sub 21 contra el Manchester United.

Ante la pregunta de si el exceso de entrenamiento podía ser la causa, Arteta lo negó tajantemente. Con el calendario tan comprimido, afirma que prácticamente no tienen tiempo para entrenar. “No tenemos tiempo para entrenar”, explicó, mencionando que la sesión del martes duró solo veinte minutos. Para él, la raíz del problema es que las ausencias obligan a otros a jugar más minutos, lo que incrementa el riesgo de nuevas lesiones.

Arteta ya ha vivido este patrón antes. La temporada pasada, las lesiones prolongadas de Havertz y Bukayo Saka fueron un golpe importante en fases decisivas del año, y el central Gabriel también estuvo fuera durante un periodo clave. El técnico asegura que él y el departamento médico analizan cada detalle para entender por qué se generan tantas lesiones. Muchos jugadores, reveló, han disputado más de ciento cincuenta partidos en dos temporadas, una carga difícil de soportar sin consecuencias físicas.

Aun así, Arteta dice estar satisfecho con el trabajo del equipo médico y los avances implementados, aunque reconoce que en ocasiones el factor suerte también juega un papel determinante.

Los aficionados que siguen el rendimiento del equipo y las novedades sobre jugadores lesionados suelen analizar cómo estas ausencias influyen en las expectativas de cada partido. Plataformas de apuestas actualizan sus pronósticos en cuanto se confirman lesiones importantes, reflejando el impacto directo que el estado físico de los futbolistas tiene en la competitividad.

Un debate mayor sobre el calendario del fútbol

La situación del Arsenal está ligada a una discusión mucho más amplia. El calendario futbolístico ha sido objeto de debate durante los últimos meses. Para aliviar la congestión de partidos, la Premier League decidió recientemente reprogramar encuentros tanto del Arsenal como del Crystal Palace. La visita del Arsenal al Everton y el duelo del Palace contra el Leeds, inicialmente previstos para el domingo, se han adelantado a la noche anterior debido a que ambos clubes disputarán los cuartos de final de la EFL Cup el 23 de diciembre.

A principios de diciembre, el Arsenal ya había jugado veintidós partidos entre la Premier League, la Champions y la Carabao Cup, con su debut en la FA Cup programado para el próximo mes. Esta sobrecarga también se siente en toda Europa. El año pasado varias de las principales ligas, junto con el sindicato mundial de jugadores Fifpro, presentaron una denuncia legal acusando a la FIFA de abusar de su dominio al establecer el calendario internacional.

Aunque la FIFA anunció hace poco nuevas medidas para proteger a los futbolistas, como períodos mínimos de descanso y tiempos obligatorios entre partidos, Fifpro criticó el proceso, afirmando que no fueron incluidos en las conversaciones y que la organización consultó a entidades más afines en lugar de dialogar con los organismos representativos del fútbol.

Mientras Arsenal intenta gestionar tanto los contratiempos inmediatos como la presión del calendario, el club enfrenta una verdadera prueba de resistencia. Para Arteta, romper este ciclo puede ser tan decisivo como cualquiera de las decisiones tácticas que tome sobre el campo.