CDMX.- Para contar la historia de Nuestra Pequeña Embajada, el showrunner y productor Mauro Mueller, "construyó" un poco de Latinoamérica en Suiza y llamó a los actores mexicanos Cristo Fernández, Darinka Ezeta y Valentín Villaverde para la narrativa.Mueller, nacido en Suiza y casado con una mexicana desde hace más de diez años, retrató en la teleserie de comedia romántica, que aún no tiene fecha de estreno en México, los contrastes y situaciones extremas que ha vivido en el País.
"Me nacionalicé hace diez años y siempre se me ha hecho muy chistoso el gran choque cultural que se da entre las costumbres de Suiza y de México.
"Son dos mundos opuestos, y podemos pensar en lo que sucedería viendo el meme que dice 'imagínate, vivir en Suiza y perderte esto'. Está contada con mucho humor y con mucho respeto", detalló Mueller, en entrevista.
"Hay muchas historias que contar sobre el choque cultural de un País, enfrentarse al otro, y lejos de pensar en una burla o algo con mal gusto, creo que hay buen humor y podemos construir puentes. Esto sucede con 'Nuestra Pequeña Embajada'".
Mauro Mueller, productor.
Nuestra Pequeña Embajada se desarrolla en un territorio latino, en donde los locales tratan de entender los menesteres e ideologías de los europeos, liderados por la embajadora Bea (Sussane Kunz), ya que tiene que lidiar con conceptos políticos y diplomáticos que no entiende del todo.
Titulada en alemán Unsere Kleine Botschaft, es la primera sitcom que se hace en 20 años para el canal público suizo SRF 1, y que tendrá su estreno en octubre próximo.
Rodada en Zúrich entre enero y febrero de este año, compuesta por seis episodios de 22 de minutos cada uno, la serie expondrá los desencuentros chuscos que viven distintos diplomáticos en una embajada ubicada en un país de habla hispana, sin especificarse cual.
Sandra Zellweger personifica a Marisol, agregada de comercio y economía; Darinka Ezeta encarna a Lupe, la secretaria de la embajadora; Cristo Fernández hace el rol de Fernando, el cónsul honorario; y Valentín Villaverde, el chofer y conserje de la embajadora, a quien le falta un brazo.
El reparto europeo constó de Susanne Kunz, quien es la embajadora; Jonas Gygax, el viceembajador; Birgit Steinegger, una clienta de la Embajada; Anaïs Decasper, la practicante; y Matthias Schoch, un funcionario consular.
"El noventa por ciento del humor es de suizos, tiene qué ver con cómo pensamos, cómo nos organizamos, cómo estamos un poquito rígidos respecto a muchas situaciones.
"Hay tintes de humor local, sobre temas que suceden en México, jugamos con algunos estereotipos, pero siempre muy respetuosos".
El equipo de producción de Fidelio Films, casa productora de Mueller, creó un estudio desde cero, bajo un concepto totalmente diplomático y arquitectura interior suiza.
"Toda la idea tiene que ver con Suiza, desde los ventiladores hasta las ventanas; los colores de la cocina. Y para los toques folclóricos, para lo que sucede (con el punto latinoamericano) me llevé muchos detalles de México, me fui a la ciudadela a comprar utilería, desde una Guadalupana hasta un molcajete", describió el productor.