Ciudad de México.- Para ver de cerca a Fito Páez en su concierto en el Zócalo, decenas de personas pasaron horas bajo el sol, apostados de pie o en bancos. Crédito: José Luis Ramírez.

Sentados en bancos y con paraguas en mano, los fans de Fito Páez, en su mayoría jóvenes, aguantaron bajo el sol frente a la barricada del escenario en el Zócalo capitalino para disfrutar de cerca el concierto del cantante argentino.

Entre los seguidores de Páez predominaban las nuevas generaciones. Tal fue el caso de Moisés Bautista, de 27 años, quien lo verá por segunda ocasión, por lo que viajó en un tour desde Toluca, donde lo vio gratis por primera vez hace 10 años.

"Le dije a mi vieja que iba a salir en el periódico y no me creyó. Lo conocí por un disco que tiene con Joaquín Sabina, pero siempre me ha gustado la onda argentina, que incluso tengo un tatuaje de Los Caligaris en mi brazo.

"Dentro de la cultura popular argentina, Fito siempre me ha gustado y trato de escribir un poco como él. Escribo poesía de amor y nunca pensé que su música sería parte de mi vida porque somos generaciones diferentes y a veces mucha gente me pregunta cómo me puede gustar esa música de viejitos, pero ha sido el soundtrack de mi vida", dijo Bautista, mientras desde la tercera fila portaba una bandera de Argentina.

En el caso de Zuri, de 27 años, conoció la música del cantante cuando ella tenía cinco años gracias a que su hermano le ponía sus discos.

Para disfrutar de este concierto llegó a las 11:00 horas y se turnaba con su hermano para conservar sus lugares mientras estaban sentados en un banco.

"Me gustan mucho las canciones y su manera de componer. El primer álbum que escuché fue Naturaleza Sangre y tenía una manera de componer bastante distinta al resto de los artistas.

"Tengo demasiadas expectativas sobre hoy. Cuando crecí las canciones tienen un sentido diferente y ahora sí aplican para la vida", agregó Zuri.

Mientras esperaban en las pantallas se proyectaban imágenes del cantante promocionando las redes sociales de su tienda oficial.

Souvenirs, quesadillas y... sin filtros de revisión


Sin filtros de seguridad por parte de la policía y vendedores ambulantes con mercancía no oficial, los fans de Fito Páez pudieron entrar a la plancha del Zócalo.

Aunque previamente había una lista de artículos prohibidos para accesar a la presentación del cantante, tales como objetos punzocortantes, drogas, bebidas alcohólicas, bolsas voluminosas, aerosoles, drones, latas o envases de vidrio, hieleras, pirotecnia y cualquier objeto que impida la vista del público, no hubo puntos de revisión a los asistentes.

Durante el concierto se tiene prevista una derrama económica de 227 millones 542 mil pesos, según datos de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco).

A las orillas de la plancha del recinto había vendedores ambulantes que ofrecían todo tipo de productos, desde mercancía no oficial del cantante hasta comida.

Con el fin de que los fans pudieran llevarse un recuerdo del concierto había llaveros a 10 pesos; stickers, pines y encendedores, uno por 10 pesos o dos por 50 pesos; vasos negros con el nombre del cantante en 70 pesos. Incluso, contaban con un paquete de 100 pesos para los fieles seguidores que incluía el vaso y cinco stickers.

Los precios de las gorras y playeras variaban según la proximidad al escenario. A las orillas del Zócalo, las gorras estaban en 50 pesos y las playeras en 150 pesos, mientras que más al centro costaban 100 y 200 pesos, respectivamente.

Los vendedores le supieron sacar provecho al momento, vendiendo sombrillas en 100 pesos y bancos portátiles desde los 150 hasta los 250 pesos.

Entre las opciones para comprar comida había órdenes de tres quesadillas fritas a 40 pesos, nieves a 25 pesos y palomitas en 20 pesos.

Hasta las 17:45 horas, los fans solamente se hidrataban con agua y bebidas energéticas, no bebían cerveza o algún otro tipo de bebida alcohólica.