La organización delictiva, que operaba desde Juárez, se dedicaba al tráfico ilegal de migrantes, incluidos niños, provenientes principalmente de países de Centroamérica. Estos migrantes eran trasladados a través de rutas peligrosas para cruzar la frontera hacia El Paso, Texas. Sin embargo, el alcance criminal de esta red no se limitaba al tráfico de personas. Según las investigaciones, los miembros de la organización secuestraban a migrantes y extorsionaban a sus familias, exigiendo dinero para liberar a sus seres queridos y garantizar el cruce a territorio estadounidense.
Se ha identificado que la red estaba compuesta por nacionales mexicanos, incluyendo actuales y exmiembros de diversos cárteles de la droga, lo que revela los vínculos entre el tráfico de personas y el crimen organizado en la región. Durante la operación, se ejecutaron órdenes de aprehensión contra dos presuntos traficantes, Brian Alan Torres González y Soledad Morales Nava, quienes serán procesados en México utilizando evidencia proporcionada por las autoridades estadounidenses.
La operación fue posible gracias a la coordinación con el Grupo de Trabajo Conjunto Alfa (JTFA, por sus siglas en inglés), una unidad especializada del Departamento de Justicia de Estados Unidos creada en 2021. Este grupo concentra recursos investigativos y judiciales de diversas agencias estadounidenses, en colaboración con países de América Latina, para combatir redes de tráfico humano, organizaciones criminales transnacionales y otras actividades que representan una amenaza a la seguridad nacional. Desde su formación, el JTFA ha facilitado más de 350 arrestos internacionales y domésticos, además de incautaciones de millones de dólares en efectivo, propiedades, vehículos, armas y drogas.
En esta operación participaron el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE), la Patrulla Fronteriza y otras agencias estadounidenses. El trabajo coordinado con la oficina de ICE en la Ciudad de México y el Agregado Jurídico del Departamento de Justicia en el país fue crucial para lograr la captura de los responsables.
Este esfuerzo refuerza la colaboración entre México y Estados Unidos en la lucha contra las organizaciones criminales transnacionales que lucran con la migración irregular, poniendo en riesgo la vida de las personas y desestabilizando la seguridad en ambos lados de la frontera. Autoridades destacaron que el éxito de esta operación es un ejemplo de cómo la cooperación internacional puede generar impactos significativos en la desarticulación de estas redes delictivas.