Ciudad Juárez, Chih.- Ángel Beltrán Lucero, empresario, comunicador y benefactor de la educación en la frontera, falleció la madrugada de ayer en El Paso, Texas, a los 79 años, a causa de cáncer de próstata con metástasis.

Beltrán Lucero dejó una huella profunda en los medios de comunicación y en la comunidad. Fue fundador de Radionet, propietario de FM Globo y socio del Canal 26 de El Paso, Texas. También incursionó en negocios como la discoteca Electric Q, inmobiliarias y franquicias, además de desempeñar un papel importante en la administración pública, donde fungió como director de Centros Comunitarios del Municipio en la administración de Héctor Murguía (2004-2007).

Un líder admirado y un amigo inigualable

Su amigo y excolaborador Jesús Alfredo Varela lo recuerda como un jefe visionario, con una forma única de dirigir los medios. “Era fuera de serie”, comentó. Relató cómo Beltrán tenía la costumbre de enviar a sus reporteros a coberturas internacionales, dándoles plena confianza en su trabajo. "Me mandó a Hong Kong para cubrir la independencia y a Washington para reportar sobre el Tratado de Libre Comercio. No escatimaba en nada cuando trataba con información de calidad", explicó.

Otro de sus excolaboradores y amigos cercanos, Daniel Domínguez, lo define como un empresario multifacético, altruista y apasionado por la educación. “No solo dirigía medios, también apoyó la educación de manera directa. Formó parte del fideicomiso que hizo posible la construcción del Tec de Monterrey en Juárez, ayudó a la Universidad Tecnológica de Ciudad Juárez (UTCJ) y fue presidente del patronato de la Preparatoria de Excelencia en el Parque Central”, detalló.

Beltrán no solo era respetado, sino también muy querido por sus empleados, quienes lo consideraban más que un jefe. “Era un patrón fuera de serie”, destacó Varela. “No cometimos el error de vernos como patrón y trabajador, sino como amigos, porque así lo quiso él”, agregó.

Altruismo discreto y apoyo incondicional

Uno de los rasgos más destacados de Beltrán fue su compromiso con la ayuda social, aunque siempre bajo una estricta regla: nadie debía saberlo.

Varela relató cómo cada Navidad tomaba cartas que los niños dejaban en los bomberos y cumplía sus deseos. “Nos tocaba comprar los juguetes durante todo diciembre y los repartíamos el 24 de diciembre. Pero él no quería publicidad de nada de eso”, recordó.

Domínguez añadió que Beltrán también impulsó campañas para apoyar a adultos mayores y familias en situación vulnerable, además de financiar proyectos comunitarios. "Fue quien organizó la idea de subir a Juan Tenorio a la torre para recolectar juguetes. Además, apoyaba a jóvenes que querían emprender un negocio o continuar con su educación", comentó.

Legado en la frontera

El impacto de su trabajo también es visto en la ciudad. "Todos los árboles que están frente a la X en el campo de los hoyos los sembramos por su iniciativa", contó Domínguez. "Nos enseñaba que había que hacer cosas por la comunidad".

En los últimos años, Beltrán siguió con su labor empresarial desde sus oficinas en El Paso. También participó en la creación de un fideicomiso para apoyar a las familias de los soldados en la frontera.

Últimos deseos y despedida

Le sobreviven su esposa Rosalía Salas del Campo de Beltrán, su hijo Ángel, tres hijas y cuatro nietos. Sus restos serán cremados en El Paso y realizarán una misa en Ciudad Juárez, cumpliendo uno de sus últimos deseos.

El servicio religioso será organizado por Domínguez, quien mencionó que Beltrán dejó instrucciones precisas sobre cómo quería que realizaran su despedida.

La partida de Ángel Beltrán Lucero representa una gran pérdida para la comunidad fronteriza. Su visión, su generosidad y su calidad humana como jefe y amigo dejan un legado difícil de igualar.

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