Nueva York.- Durante la primera Administración de Donald Trump, China aprendió que no podía igualar en materia de aranceles a la mucho más grande economía estadounidense, y rápidamente encontró otras formas de tratar de infligir dolor, a menudo tomando prestado de su manual.

Ahora, a medida que se acerca el segundo periodo de Trump en el cargo, Beijing está blandiendo un mayor arsenal de contramedidas al que probablemente recurrirá al amenazar el Presidente electo con aranceles y gravámenes generales de hasta 60% sobre los productos fabricados en China.

En los últimos días, Beijing inició una investigación regulatoria al campeón estadounidense de semiconductores Nvidia, amenazó con poner en la lista negra a un destacado fabricante de ropa estadounidense, bloqueó la exportación de minerales críticos a EU y restringió la cadena de suministro para drones, ofreciendo pistas sobre cómo probablemente dominarían las medidas no arancelarias el kit de herramientas de China.

Ya que Estados Unidos compra mucho más a China que al revés -aproximadamente tres veces más- Beijing simplemente no puede devolver el golpe dólar por dólar en materia de aranceles. Hacerlo también correría el riesgo de exacerbar los innumerables problemas en la economía china.

En lugar de ello, como ocurre con cualquier lucha contra un enemigo mayor, vale la pena encontrar puntos singulares de apalancamiento qué explotar, con muchos de sus esfuerzos para infligir dolor a Estados Unidos derivados de las propias estrategias de Washington.

El lunes, los reguladores del mercado chino anunciaron una investigación antimonopolio a Nvidia, más o menos una semana después de que la Administración saliente de Biden intensificó las restricciones al acceso de China a semiconductores de alta gama. Beijing dice que el gigante de chips, con sede en Santa Clara, California, puede haber violado los términos de una aprobación condicional que recibió de Beijing en el 2020 por su compra de una empresa de redes israelí.

El momento de la investigación regulatoria -casi cinco años después de realizado el trato- y el objetivo de alto perfil -un coloso tecnológico estadounidense a la vanguardia de la innovación tecnológica- subrayan la voluntad de Beijing de utilizar herramientas legales para atacar incluso a los mayores pesos pesados estadounidenses.

En esta ocasión, los reguladores chinos no dijeron qué podría haber hecho mal Nvidia ni explicaron por qué abordaban el asunto tanto tiempo después de su aprobación condicional, aunque los observadores de la industria tenían pocas dudas sobre el mensaje que envió sobre la voluntad de China de contestar el golpe a EU. El lunes, las acciones de Nvidia cayeron 2.6%, recortando unos 80 mil millones de dólares a su valor de mercado.

Sin duda, Beijing debe tener cuidado de no extralimitarse cuando aún está buscando activamente inversión extranjera. Obstruir o negarse a hacer negocios con ciertas entidades estadounidenses podría llevar a Washington y a las empresas extranjeras a encontrar alternativas que podrían debilitar la posición de más largo plazo de Beijing.

Esa cautela se puede ver en los esfuerzos de China por establecer una "lista de entidades poco confiables" integrada por empresas, organizaciones e individuos extranjeros que enfrentarían obstáculos adicionales al hacer negocios con el país. La medida, anunciada por primera vez en el 2019, siguió el ejemplo de acciones que el Departamento de Comercio de Estados Unidos tomó anteriormente contra el gigante chino de las telecomunicaciones Huawei Technologies y sus filiales, exigiendo a los proveedores que obtuvieran licencias antes de hacer negocios con quienes figuran en la "lista de entidades".

Sin embargo, la lista de China permaneció vacía hasta principios del 2023, cuando el país designó a dos contratistas de defensa estadounidenses como entidades poco confiables después de que el Ejército estadounidense derribó un presunto globo espía chino.

En septiembre, el Ministerio de Comercio de China dijo que estaba investigando si incluir a PVH, propietaria de las marcas Calvin Klein y Tommy Hilfiger, en su lista de entidades poco confiables. La indagatoria fue motivada por acusaciones de que la empresa estadounidense había boicoteado productos de algodón de la región china de Xinjiang "sin ningún fundamento basado en hechos".

La advertencia de Beijing a PVH se produjo un día después de que Estados Unidos propuso prohibir el uso de componentes chinos y rusos en vehículos conectados en las carreteras estadounidenses.

Más allá de las maniobras legales, China está recurriendo a otras fuentes de fuerza asimétrica para contraatacar a Estados Unidos, como su ventaja en la cadena de suministro para drones y la producción de ciertos minerales críticos que desempeñan un papel clave en semiconductores, baterías y equipos de defensa.

La semana pasada, Beijing dijo que en principio prohibiría la exportación de galio, germanio y antimonio a EU y realizaría revisiones más estrictas a las ventas de grafito.

Estas contramedidas, aunque potencialmente dolorosas para Washington, producen resultados decrecientes. Las restricciones anteriores de China sobre algunos de estos minerales a Estados Unidos significaron que los volúmenes de exportación ya se habían desplomado, haciendo que el impacto del anuncio de la semana pasada fuera "en gran medida simbólico, más que práctico", de acuerdo con el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington.

Un área en la que China está aprovechando su ventaja es en los drones para el mercado masivo, donde es sin duda el mayor actor del mundo. Los esfuerzos de otros países, incluyendo Ucrania respaldada por Estados Unidos, enfrentan retos en la compra de baterías, cámaras y motores eléctricos, cuyas cadenas de suministro pasan por China.

La semana pasada, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China anunció sanciones contra más de una docena de empresas estadounidenses de tecnología de drones, incluyendo algunas que suministran drones a Ucrania. Entre ellos figuraba Shield AI, cuyo dron de largo alcance impulsado por inteligencia artificial ha volado en misiones ucranianas.

Sin embargo, de nuevo, la expectativa de sanciones ya había llevado a muchas empresas a mirar más allá de China en busca de radios, brújulas, motores y baterías.

Aún así, el proceso de trasladar las cadenas de suministro de los fabricantes estadounidenses de drones fuera de China ha sido lento. China sigue dominando el suministro mundial de baterías y motores que necesitan para volar los aviones pequeños, como los cuadricópteros y los drones con vista en primera persona. China suministra más del 90% de los imanes empleados en los motores que impulsan misiles, barcos, drones y satélites. Las tarjetas de circuito se entregan de forma más rápida y económica desde China. (Rebecca Feng, Heather Somerville y Jon Emont / THE WALL STREET JOURNAL)

- Alistair MacDonald, Jason Douglas, Daniel Michaels y Liza Lin contribuyeron a este artículo.