Washington DC, Estados Unidos.- Los legisladores demócratas estadounidenses se reunieron a puerta cerrada durante casi dos horas, pero no llegaron a un consenso sobre si apoyar o no la decisión del Presidente Joe Biden de seguir adelante con su candidatura a la reelección.

Los demócratas de la Cámara de Representantes se reunieron después de que Biden rechazó de manera desafiante los llamamientos de un puñado de legisladores para que retire su candidatura a las elecciones del 5 de noviembre, tras un desastroso debate el mes pasado con su rival Donald Trump.

A la pregunta de si los demócratas estaban todos en la misma línea al salir de la reunión, el diputado Steve Cohen respondió: "Ni siquiera estamos en la misma página".

No hubo nuevas deserciones públicas, después de que media docena de miembros de la Cámara de Representantes pidió a Biden, de 81 años, que se haga a un lado y permita que otra persona se enfrente al republicano Trump, de 78 años.

"Tiene que dimitir. No puede ganar", dijo el congresista Mike Quigley, uno de los legisladores que han instado a Biden a poner fin a su campaña, al entrar el martes en la reunión de miembros demócratas de la Cámara de Representantes. "Mis colegas tienen que reconocerlo".

Aunque la discusión no logró cerrar la brecha intrapartidaria, muchos legisladores demócratas dijeron a periodistas al salir de la reunión que apoyan a Biden o que lo harán si es designado formalmente en la convención del partido en agosto.

A los legisladores demócratas, especialmente en la Cámara de Representantes, les preocupa que las dificultades de Biden puedan dañar sus posibilidades de hacerse con la mayoría en esa cámara, que podría servir como único baluarte en caso de que gane Trump.

Los republicanos tienen una mayoría de 220-213 en la Cámara, y los demócratas se enfrentan a un camino mucho más difícil para proteger su mayoría de 51-49 en el Senado, ya que están defendiendo múltiples escaños en estados de tendencia republicana.

Incluso algunos de los partidarios de que Biden mantenga el rumbo han expresado su preocupación por sus posibilidades desde su titubeante actuación en el debate del 27 de junio, que suscitó nuevas dudas sobre su capacidad para organizar una campaña de éxito y mantener un trabajo agotador durante otros 4 años y medio.

La creciente división dentro del partido ha hecho que la campaña de Biden se esfuerce por contener nuevas deserciones.

El Mandatario dijo el lunes por teléfono a la cadena MSNBC que "no me voy a ninguna parte", un mensaje que repitió a los donantes en una llamada privada más tarde ese mismo día, según dos fuentes presentes en la llamada.

Biden también habló con miembros del Caucus Negro del Congreso, cuyo respaldo podría ayudar a apuntalar su campaña dada la importancia de los votantes negros para la base del partido. El Presidente del grupo, el representante Steve Horsford, dijo que le seguía apoyando como candidato.

No obstante, incluso los legisladores más veteranos que apoyan a Biden dijeron que debe hacer algo más para calmar la preocupación de los votantes sobre sus capacidades.

Algunos demócratas compararon la discusión del martes con una pelea familiar. El representante Lou Correa instó a sus colegas a seguir expresando sus opiniones y añadió: "Esto es una democracia".

Otros manifestaron su frustración por el hecho de que el partido se centrara en los defectos de Biden en lugar de unirse contra Trump.

"Es un pelotón de fusilamiento circular. Es la cosa más estúpida que he visto", dijo el representante Juan Vargas, quien dijo que apoyaba a Biden.

Se espera que los demócratas del Senado discutan sobre Biden durante su reunión semanal.