Un juez federal ordenó el miércoles a la Administración del Presidente Donald Trump poner fin al despliegue de soldados de la Guardia Nacional en Los Ángeles, meses después de que comenzara a enviar tropas a ciudades de Estados Unidos.

El fallo es el más reciente revés legal en el esfuerzo de Trump por militarizar zonas gobernadas por demócratas, que él asegura -contrario a la evidencia- que están sumidas en la anarquía.

En junio, Los Ángeles se convirtió en la primera ciudad en tener tropas en las calles cuando Trump, sin tener en cuenta al liderazgo demócrata, y ordenó a 4 mil reservistas de la Guardia Nacional reprimir las protestas contra las redadas de migrantes.

Dirigentes locales sostienen que las protestas relativamente pequeñas, que afectaron solo unas pocas cuadras en la segunda metrópolis de Estados Unidos, podían haber sido manejadas fácilmente por las fuerzas de seguridad de la ciudad, del condado y del estado, y acusan a Trump de extralimitarse de manera autoritaria.

Aunque la mayor parte se retiró, aún sigue desplegado un centenar de guardias nacionales en Los Angeles.

En su decisión del miércoles, el juez Charles Breyer del Distrito Federal en San Francisco dijo que el control de las tropas de la Guardia Nacional debe recaer en el Gobernador de California, Gavin Newsom.

La orden quedó en suspenso hasta el lunes para dar al Gobierno la oportunidad de apelar.

Newsom, un adversario del presidente, considerado como un probable candidato demócrata a la Casa Blanca en 2028, celebró la decisión.

"El fallo de hoy es suficientemente claro: la federalización de la Guardia Nacional en California es ilegal y debe terminar", dijo.
"El Presidente desplegó a estos valientes hombres y mujeres contra su propias comunidades, apartándolos de operaciones esenciales de seguridad pública. Esperamos que todos regresen al servicio del estado".