Nueva York.- Las aerolíneas de todo Estados Unidos están cancelando vuelos programados para los próximos días, forzados por el cierre más prolongado del gobierno en la historia, el cual ha sacudido la aviación comercial y ha obligado a miles de pasajeros a modificar sus planes.
Con unos 700 vuelos cancelados para este viernes por las cuatro aerolíneas más grandes, el mercado de aviación más activo del mundo se ha convertido en un punto crítico del prolongado enfrentamiento entre republicanos y demócratas por el financiamiento federal, mientras el Presidente Donald Trump aumenta la presión para alcanzar un acuerdo.
La administración republicana ha señalado que las reducciones son necesarias para mantener la seguridad aérea ante la escasez de personal provocada por el cierre. Al menos un líder demócrata del Congreso pidió mayor transparencia para garantizar que la medida no tenga motivaciones políticas.
De los 25 mil 375 vuelos programados para este viernes, menos del 3% ha sido cancelado, según datos de la consultora Cirium. United Airlines Holdings Inc y American Airlines Group Inc son las más afectadas, especialmente en rutas dentro de Colorado y Texas.
Las aerolíneas están acostumbradas a manejar interrupciones por tormentas o fallas técnicas, y es probable que mitiguen el impacto reduciendo capacidad en rutas con menor ocupación. United informó que los recortes afectan vuelos regionales y domésticos que no conectan sus principales centros de operaciones.
Las reducciones no incluyen vuelos internacionales. Sin embargo, la orden de la Administración Federal de Aviación (FAA) prohíbe los lanzamientos y reingresos de naves espaciales comerciales en ciertos horarios desde el lunes. También permite que las instalaciones de la FAA decidan no ofrecer servicios de control aéreo cuando no haya personal suficiente.
El Departamento de Transporte y la FAA anunciaron el miércoles que ordenarían a las aerolíneas reducir en 10% la capacidad de vuelo en 40 de los aeropuertos más importantes del país, para aliviar la presión sobre el sistema aéreo. El plan fue presentado por el secretario de Transporte, Sean Duffy, y el administrador de la FAA, Bryan Bedford.
"Con los continuos retrasos y la imprevisibilidad en la dotación de personal, que generan fatiga, el riesgo está aumentando, y la FAA está preocupada por la capacidad del sistema para mantener el volumen actual de operaciones", indicó la agencia en una orden de emergencia emitida el jueves por la noche para implementar el plan.
La orden exige que las aerolíneas reduzcan las operaciones domésticas totales un 4% desde el viernes, 6% el martes, 8% el jueves y 10% para el siguiente viernes. Los recortes aplican a vuelos entre las 6 a.m. y las 10 p.m. hora local en cada aeropuerto.
Los aeropuertos más grandes de Estados Unidos se verán afectados, incluyendo LaGuardia, Newark y John F. Kennedy en el área de Nueva York, además de los de Los Ángeles, Chicago, Denver y Atlanta.
Las cuatro mayores aerolíneas, con exposición a los principales centros del país, serán las más perjudicadas en noviembre y diciembre, según un informe de la analista Sheila Kahyaoglu, de Jefferies. El recorte del 10% implica que American, Delta, Southwest y United deberán reducir su capacidad total de asientos en alrededor de 6%.
"Esperamos que la gran mayoría de los viajes de nuestros clientes no se vean afectados, y que los vuelos internacionales de larga distancia se mantengan según lo programado", dijo American en un comunicado. "A medida que se realicen ajustes, nos comunicaremos proactivamente con los pasajeros afectados".
United Airlines informó que cancelará alrededor de 510 vuelos entre el viernes y el domingo. Omar Idris, vicepresidente de operaciones aeroportuarias en Chicago, señaló que la aerolínea prevé recortar más servicios durante la próxima semana para alcanzar el objetivo del 10%.
Delta Air Lines Inc cancelará unos 170 vuelos el viernes; American Airlines Group Inc recortará 220 vuelos diarios hasta el lunes, y Southwest Airlines Co eliminará unos 120 vuelos de su programación para el viernes.
El gobierno busca actuar con rapidez porque ya ha detectado signos de tensión en el sistema de aviación estadounidense a medida que se prolonga el cierre, explicó Bedford durante la conferencia de prensa del miércoles.
"Cerrar partes de nuestro Sistema Nacional del Espacio Aéreo es una medida drástica y sin precedentes que exige mayor transparencia", dijo el congresista Rick Larsen, principal demócrata del Comité de Transporte e Infraestructura de la Cámara. Pidió a la FAA divulgar de inmediato la evaluación de riesgos y los datos usados para justificar la decisión.
Según la orden del jueves, la FAA revisó informes de seguridad voluntarios de octubre y halló preocupación entre los usuarios del sistema aéreo por su desempeño. La agencia también observó "evidencia de un mayor estrés en el NAS en los datos de seguridad", especialmente en los 40 aeropuertos seleccionados.
La FAA ha tenido que ralentizar el tráfico aéreo en varios aeropuertos de Estados Unidos desde que la falta de fondos comenzó el 1 de octubre, debido al aumento de la escasez de controladores aéreos.
Más de 13 mil controladores se han visto obligados a trabajar sin salario, lo que les ha generado una carga emocional y financiera. Los cierres suelen coincidir con un aumento de ausencias tanto de controladores como de agentes de la Administración de Seguridad del Transporte (TSA), también sin pago.
Duffy afirmó que, en condiciones normales, solo el 5% de los retrasos se deben a problemas de personal, pero desde el inicio del cierre ese porcentaje ha sido consistentemente mayor.
El ex Gobernador de New Hampshire, Chris Sununu, presidente y director ejecutivo de la asociación Airlines for America, señaló en un comunicado que más de 3.4 millones de pasajeros ya se han visto afectados por retrasos y cancelaciones relacionadas con la falta de personal. Los problemas podrían agravarse a medida que se acerca la temporada alta de viajes por Acción de Gracias.