Los periodistas corren el riesgo de recibir críticas cuando no piden comentarios a las personas sobre las que informan. Shirish Dáte, corresponsal de la Casa Blanca para el medio progresista HuffPost, parece tener el problema contrario: lo agreden precisamente cuando lo hace.

Los altos funcionarios de Donald Trump, dijo Dáte, tienden a responder con insultos, a menudo acompañados de elogios a su jefe. Nunca fueron tan noticiables como en un reciente intercambio que circuló ampliamente en internet.

Después de que el presidente Trump dijera que se reuniría con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en Budapest, Dáte preguntó quién había recomendado la capital húngara para una reunión de alto nivel.

“Fue tu madre”, respondió Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, en un mensaje de texto que luego publicó en internet. “Tu madre”, envió Steven Cheung, el director de comunicaciones, repitiendo un lugar común ofensivo que, según el Urban Dictionary, es “la réplica más versátil creada en la historia de tu madre”.

“Es una guerra muy seria que ha matado a decenas de miles de ucranianos en sus casas”, dijo Dáte, de 61 años —quien trabajó en varios medios tradicionales conocidos antes de incorporarse a HuffPost en 2016—, en una entrevista. “¿Y tu respuesta es: ‘Tu madre’?”.

Trump y sus asesores han insultado con frecuencia a la prensa y a muchos periodistas a lo largo de los años, usando calificativos como desagradables, moribundos, repugnantes o falsos. Con Dáte muestran aún menos contención, lo que refleja su situación profesional, en cierta medida solitaria: reportear para un medio progresista desde un lugar cada vez más ocupado por publicaciones de derecha afines al actual gobierno.

HuffPost tiene un asiento en la sala de prensa de la Casa Blanca y participa en la rotación de periodistas que cubren los eventos de Trump. Parece que los insultos vienen incluidos en esos privilegios. Tras el intercambio a partir de la pregunta sobre Budapest, por ejemplo, Leavitt le escribió a Dáte por mensaje de texto que era un “mediocre de extrema izquierda a quien nadie toma en serio, ni siquiera tus colegas, solo que no te lo dicen a la cara”.

Mientras preparaba un reportaje este otoño sobre Stephen Miller, uno de los principales asesores de Trump, Dáte recibió un mensaje de texto cargado de insultos de Cheung, burlándose de su estatura y de su masculinidad, según una cadena de mensajes de texto que Dáte compartió.

“En nueve años, ¿te he insultado alguna vez?”, respondió Dáte. Cheung replicó que Dáte estaba “siendo un imbécil”.

Años de cubrir política nacional estadounidense, política de Florida, política local y temas policiales no lo prepararon para el tipo de lenguaje que se ve en la pantalla de su celular estos días.

“A veces las cosas se ponían tensas con el personal de Jeb Bush”, dijo Dáte. “Pero nunca así”.

La Casa Blanca no respondió a diversas solicitudes de comentarios.

Dáte, quien escribe bajo el nombre de S. V. Dáte, nació en Pune, India, y llegó a Estados Unidos cuando era niño. Sus padres eran médicos, así que se sintió como un “hereje” al elegir el periodismo. Como muchos periodistas de su generación, empezó en un periódico local próspero, The Times Herald-Record de Middletown, Nueva York. En un hilo de X, en respuesta al insulto de Leavitt de “tu madre”, recordó cuando atendía llamadas de cobro revertido de los presos de la cárcel del condado de Goshen, Nueva York.

La ambición lo llevó a Florida, donde cubrió Daytona Beach para The Orlando Sentinel, y luego el Congreso del Estado para The Associated Press y The Palm Beach Post. Luego se trasladó a Washington, aunque de manera poco convencional: trasladó a su familia a un velero de 13 metros de eslora y zarpó en una odisea transatlántica de dos años y medio, financiada con las ganancias de sus novelas.

No fue la frustración con los medios tradicionales lo que llevó a Dáte a HuffPost. Simplemente necesitaba trabajo tras su paso por National Journal.

Su método se basa en reportería clásica —llamadas telefónicas, documentos, verificación—, aunque también impregna su trabajo con una visión progresista.

El enfoque editorial de HuffPost le ha otorgado una gran libertad para elegir sus temas. Dáte ha elegido a Trump. Durante el gobierno de Joe Biden, cubrió con intensidad los problemas legales del entonces expresidente y documentó las secuelas del 6 de enero, en lugar de abordar el día a día del mandato del presidente Biden o profundizar en las dudas sobre sus facultades.

“Esa fue mi elección”, dijo Dáte, quien en mayo escribió un artículo de opinión en el que argumentaba que el escándalo mediático de la campaña presidencial de 2024 no estaba relacionado con la cobertura de la edad de Biden, sino con la “normalización” de la cobertura de Trump.

Kevin Robillard, editor político de HuffPost, afirma que Dáte está “alarmado” por Trump no porque sea republicano, sino porque sus acciones “rompen los precedentes y representan cambios masivos en la manera en que opera la presidencia”.

La dirección de HuffPost ha restado importancia a los ataques del gobierno, incluido el más reciente. “Su respuesta a Shirish fue ridícula, pero no nos afecta”, dijo Whitney Snyder, editora jefa del medio. “Tal vez logró irritarlos”.

Provocar a los funcionarios de la Casa Blanca tiene algunas ventajas para un medio de centroizquierda como HuffPost, que cuenta con una redacción de más de 100 periodistas. El sitio aprovechó el episodio de “tu madre” para promover su programa de membresías, que acepta contribuciones de los lectores. (El acceso al sitio es gratuito). “MAGA hace chistes de ‘tu madre’. Nosotros hacemos titulares”, decía un anuncio que apareció en HuffPost. “Las cuestiones serias merecen algo mejor que el humor de secundaria”.

El martes pasado, tras la publicación en X del intercambio con Leavitt, HuffPost recaudó un 66 por ciento más de ingresos por el programa que en un día normal, según una vocera del medio.

“Supongo que a nuestro público principal no le gusta Donald Trump por diversas razones”, dijo Dáte, “y espero que mis reportajes los ayuden a entender por qué podrían oponerse a él”.