París, Francia.- La coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP) arrebató ayer a la extrema derecha la victoria proyectada en las encuestas en las elecciones legislativas en Francia.
Tras los comicios de ayer se abre un periodo de incertidumbre sobre quién y cómo gobernará Francia, al no lograr ningún bloque la mayoría absoluta.
El resultado llevó a miles de franceses a festejar en las calles con gritos de "no pasarán", en referencia a la caída del partido de la líder ultraderechista Marine Le Pen.
Según resultados difundidos por el Ministerio del Interior, el NFP de izquierda obtuvo 182 de los 577 asientos de la Asamblea Nacional (Cámara Baja), seguido de la alianza de centroderecha del Presidente Emmanuel Macron con 168 y del partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN) con 143.
"Nuestro pueblo ha rechazado claramente el peor escenario posible", declaró el líder de izquierda Jean-Luc Mélenchon, quien reconoció no tener la mayoría absoluta de 289 asientos.
No obstante, consideró que su movimiento deberá "gobernar" sin "entablar negociaciones" con la alianza de Macron.
Los resultados suponen un revés para Le Pen, que aunque gana diputados, fracasa en su intento de lograr una mayoría, que las proyecciones consideraban posible por la ventaja que sacó en la primera vuelta de hace una semana.
El Primer Ministro, Gabriel Attal, colaborador de Macron y del movimiento de centro, anunció que presentará su dimisión hoy, pero que continuará "mientras el deber lo exija".
La Presidencia francesa aseguró que Macron esperará a conocer la "estructura" de la nueva Asamblea, que se instalará el 18 de julio, antes de decidir a quién llamará para formar Gobierno.
"El Presidente tiene ahora el deber de llamar al Nuevo Frente Popular a gobernar", dijo Jean-Luc Mélenchon, el líder de izquierda radical que es la voz carismática, pero polarizadora, de la alianza izquierdista.
"Estamos listos".
En su discurso, Mélenchon subrayó que el NFP deberá "gobernar", pero sin "entablar negociaciones" con la alianza de Macron.
Pero Francia parecía casi ingobernable, con los Juegos Olímpicos de París a punto de inaugurarse en menos de tres semanas.
Tras la elección, en la profundamente dividida Cámara Baja del Parlamento, donde reside la mayor parte del poder legislativo, no parecía inmediatamente concebible una coalición de Gobierno, con los centristas de Macron apretados entre grupos de extrema derecha y extrema izquierda que chocan entre todos.
Algunos sugirieron alianzas del oficialismo con la izquierda o con la derecha no radical. El Ministro del Interior, Gérald Darmanin, respondió que "nadie puede decir quién ganó", y llamó al partido en el poder a abrirse a Los Republicanos (LR, derecha), que lograron 45 asientos.
Macron adelantó las legislativas nacionales previstas en 2027 a raíz de la victoria de RN en los comicios europeos del 9 de junio, en una decisión "arriesgada", según los analistas.