Jerusalén.- Debido a que Cisjordania está ocupada por los israelíes y enfrenta profundos problemas económicos, funcionarios israelíes dijeron este viernes que un ministro de extrema derecha tentativamente acordó liberar algunos fondos que están congelados a la Autoridad Palestina, que tiene problemas financieros, a cambio de fortalecer los acuerdos israelíes en ese territorio.

Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas de línea dura del país, buscó afectar a la Autoridad Palestina, que administra algunas áreas de Cisjordania que están bajo el dominio militar israelí y cree que Israel debería gobernar el territorio para siempre.

Le retuvo cientos de millones de financiamiento a la Autoridad Palestina y amenazó con permitir la eliminación de una protección para los bancos israelíes que tengan acuerdos con los palestinos.

Para ablandar a Smotrich, los ministros del gabinete acordaron en una reunión que duró hasta altas horas de la noche del jueves medidas que incluyen autorizar retroactivamente cinco acuerdos israelíes en Cisjordania que han sido construidos ilegalmente, de acuerdo a la oficina de Smotrich y otros funcionarios israelíes que hablaron de manera anónima.

A cambio de esto, Smotrich acordaría liberar algunos fondos para la Autoridad y ampliar la exención de los bancos, él no ha anunciado esas medidas.

Aunque si ese alivio temporal se lleva a cabo, Smotrich podría exigir más concesiones posteriormente.

Los detalles y la fecha límite para legalizar los cinco puntos no están claros.

Aunque la mayoría de la comunidad internacional considera los acuerdos israelíes en Cisjordania como una violación a la ley internacional, los puntos son ilegales de acuerdo a la ley israelí, autorizarlos les permitirá crecer y expandirse legalmente.

Mientras la campaña militar israelí continúa en Gaza, una crisis económica se está desarrollando paralelamente en Cisjordania, en donde decenas de miles han perdido su empleo por la guerra, los servidores civiles palestinos no han recibido su salario completo durante meses y las redadas israelíes, que son casi diarias, han alterado los viajes básicos.

Esas medidas han alarmado a la administración Biden, que quiere que la Autoridad Palestina siga gobernando Gaza después de la guerra.

Funcionarios estadounidenses también están preocupados de que una crisis económica en Cisjordania pueda provocar una oleada de violencia en el territorio, que no ha tenido un levantamiento masivo a pesar de meses de letales operaciones militares israelíes.