Nueva York.- Los comentaristas rusos se burlaron el jueves de las acusaciones de que Moscú se estaba inmiscuyendo de nuevo en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, y el presidente Vladimir Putin pareció reforzar el tono burlón al afirmar irónicamente que apoyaba a la vicepresidenta Kamala Harris.
El miércoles, el Departamento de Justicia de Estados Unidos afirmó que la cadena estatal rusa RT está llevando a cabo una campaña encubierta para influir en el público estadounidense de cara a las elecciones. Dos empleados del medio de comunicación estatal fueron acusados, y 10 personas y dos entidades fueron sancionadas, con la incautación de sitios web gestionados por el Kremlin.
El Departamento de Justicia no identificó a qué candidato pretendía impulsar la campaña de propaganda. Pero las notas de estrategia interna de los participantes en la campaña publicadas por el Departamento de Justicia dejan claro que el ex presidente Donald Trump era el beneficiario previsto, aunque los nombres de los candidatos estaban tachados.
El Kremlin ha desestimado las acusaciones anteriores de injerencia en las elecciones estadounidenses, desde 2016 en adelante, como tonterías. Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores prometió tomar represalias contra los medios de comunicación estadounidenses en Rusia.
Margarita Simonyan, jefa de la cadena estatal RT que fue sancionada por Estados Unidos en las últimas acusaciones, compartió el jueves una publicación en las redes sociales en la que el medio contraatacó diciendo: "Llamaron desde 2016 y quieren que les devuelvan todos sus clichés cansados."