Cuando el presidente Donald Trump aumentó esta semana los aranceles sobre los productos procedentes de China hasta el 145 por ciento, el ambiente en las calles y las pequeñas fábricas del sudeste de China era una mezcla de indignación, preocupación y determinación.

Miles de pequeñas fábricas orientadas a la exportación en Cantón, el centro comercial del sudeste de China, o sus alrededores han desempeñado un papel fundamental en el rápido desarrollo económico del país durante el último medio siglo. Suministran con rapidez casi cualquier producto manufacturado a bajo costo y emplean a millones de trabajadores migrantes de toda China.

Ahora muchas de estas pequeñas fábricas, piedras angulares de la economía china, se enfrentan a tiempos difíciles. Los gerentes de las fábricas de ropa están preocupados por una avalancha de pedidos de clientes estadounidenses que fueron cancelados en el último momento, lo que les acarrea pérdidas. Los administradores de las fábricas de maquinaria se preguntan si sus bajos costos los ayudarán a sobrevivir. Y los trabajadores esperan seguir teniendo trabajo en las próximas semanas y meses.

Una pequeña fábrica en Cantón, China, fabrica hornos, freidoras y otros equipos para restaurantes y parrilleros de jardín.Credit...Qilai Shen para The New York Times

Algunas fábricas de ropa que abastecían principalmente el mercado estadounidense ya han cerrado temporalmente mientras sus propietarios esperan más claridad sobre los aranceles. Los gerentes de muchas más fábricas ahora se apresuran a encontrar compradores en otros países o a localizar clientes en China.

Pero China ya se enfrentaba a un enorme exceso de capacidad fabril incluso antes de que Trump empezara a cerrar el mercado estadounidense este año a muchas importaciones procedentes de China. Los clientes de otros países han exigido descuentos cada vez mayores.

Los precios bajísimos para los fabricantes se han hecho especialmente frecuentes en el mercado nacional chino. Muchos consumidores chinos son ahora extremadamente frugales tras perder los ahorros de toda una vida en el desplome del mercado inmobiliario del país.

Un trabajador plancha tela el miércoles en una fábrica de ropa en Cantón, China.Credit...Qilai Shen para The New York Times

“La guerra comercial tiene un enorme impacto, porque si no puedes exportar, habrá menos pedidos de ropa y no habrá nada que hacer”, dijo Ling Meilan, copropietaria de una fábrica de camisas situada en la segunda planta de un edificio de concreto en un vasto laberinto de edificios industriales de pocos pisos. Los trabajadores están encorvados sobre máquinas de coser en largas mesas bajo luces fluorescentes.

Ling se enfoca en el mercado nacional chino. Pero algunas fábricas vecinas que venden principalmente a Estados Unidos ya han suspendido temporalmente sus operaciones.

La gerente de una fábrica situada calle abajo, quien solo dio su apellido, Yao, dijo que abastecía principalmente a Amazon y que ya había visto una ralentización de los pedidos. “Si los aranceles estadounidenses son demasiado elevados, no podremos hacerlo, y me cambiaré definitivamente a otros mercados”, dijo.

Las recientes cancelaciones de pedidos de ropa han sido especialmente duras para las pequeñas fábricas de Cantón. Los importadores estadounidenses suelen pagar la mitad del costo de las prendas por adelantado y el resto más tarde.

Un trabajador confeccionando ropa para Shein, una empresa de comercio electrónico, en una fábrica de ropa de Cantón el miércoles.Credit...Qilai Shen para The New York Times
Un trabajador confeccionando ropa para Shein, una empresa de comercio electrónico, en una fábrica de ropa de Cantón el miércoles.Credit...Qilai Shen para The New York Times

Las cancelaciones de última hora sin compensación que están realizando importadores que no quieren pagar los aranceles de Trump, han ocasionado que algunas fábricas se queden con inventarios considerables de todo tipo de productos, desde prendas de vestir hasta bolsos, dijeron los gerentes de las fábricas. Los anticipos del 50 por ciento que habían recibido no son ni de lejos suficientes para cubrir sus gastos.

Es posible que los fabricantes de maquinarias estén en una mejor posición para resistir los aranceles. China domina de una manera tan absoluta algunas categorías que tiene pocos rivales en otros países.

Elon Li, quien es propietario de una pequeña fábrica en Cantón que produce equipos de cocina de bajo precio para restaurantes y parrilleros de jardín, dijo que no le preocupaban los aranceles estadounidenses más recientes porque todos sus competidores también están en Cantón o cerca de allí.

Fabricantes de Japón, Corea del Sur y Europa fabrican equipos para las mismas tareas, pero utilizan materiales mucho más caros y cobran hasta 10 veces más que él. Las fábricas del sudeste asiático y África no han podido competir porque solo China fabrica componentes eléctricos de bajo costo, dijo, sacando de un banco de la fábrica un interruptor a prueba de agua para mostrarlo como ejemplo.

Un trabajador corta piezas de acero con una prensa mecánica en una pequeña fábrica de aparatos en Cantón, el miércoles. La fábrica está considerando la posibilidad de invertir en equipos automatizados para esta y otras tareas, ya que el costo de la robótica se ha desplomado en China.Credit...Qilai Shen para The New York Times

El acero, su mayor gasto, es mucho más barato en China que en otros lugares, dijo Li, quien dijo que cambió su nombre en inglés de Dragon a Elon tras leer en 2020 un libro sobre Elon Musk. El hundimiento del mercado inmobiliario chino ha diezmado la construcción en China y ha dejado un exceso de acero.

El precio de venta al público del equipo para cocinar en Estados Unidos es hasta ocho veces superior al costo de fabricarlos en China, dijo Li. Los aranceles se calculan principalmente a partir del costo de fabricación, que es muy bajo, antes de que se incremente considerablemente en Estados Unidos. Por lo tanto, incluso un arancel elevado —Trump ha añadido aranceles del 125 por ciento a los productos chinos en menos de tres meses— puede que no haga mucho para aumentar el precio de venta al público, ya que los costos de fabricación son una parte muy pequeña del precio final, dijo Li.

Un barrio de Cantón.Credit...Qilai Shen para The New York Times
Un barrio de Cantón.Credit...Qilai Shen para The New York Times

Un gasto que no ha disminuido es la mano de obra. Los gerentes de cinco fábricas de Cantón dijeron que en las últimas semanas no habían visto ninguna señal de que los trabajadores fueran a aceptar salarios más bajos. El descenso de la natalidad en China durante décadas ha provocado una escasez nacional de trabajadores en las fábricas, sobre todo entre los jóvenes.

Décadas de crecimiento económico casi continuo en China han dejado en muchos fabricantes una fe permanente en que superarán de algún modo las dificultades más recientes.

“Nuestro país en verdad se está volviendo más fuerte”, dijo Ling. “Personalmente, estoy bastante satisfecha y tengo una gran confianza en China”.