Ciudad del Vaticano.- El funeral del Papa Francisco puso los ojos del mundo en el Vaticano. Más de 50 mandatarios y una docena de monarcas se dieron cita este sábado en la escalinata de la Basílica de San Pedro, en una ceremonia que transformó el corazón de la Iglesia católica en el principal escenario de la política internacional, con representación oficial de 160 delegaciones diplomáticas.

Los cánticos religiosos y el repicar de las campanas se mezclaron con el estruendo de los helicópteros que sobrevolaban la Santa Sede. Roma se ha convertido en los últimos días en una ciudad blindada a la espera de la llegada del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y de otros líderes mundiales como el francés Emmanuel Macron, el ucraniano Volodymyr Zelensky o el Primer Ministro británico, Keir Starmer. El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, también estuvo entre los asistentes, ante una plaza atiborrada de fieles, peregrinos y turistas.

La presencia de algunos de los actores más poderosos del mundo fue un testimonio del peso que mantiene la iglesia Católica, a pesar de las divisiones internas y de ser una institución que se adapta con lentitud y dificultad a los principales desafíos de la actualidad. También fue una prueba de la influencia política de Francisco, incluso después de su muerte.

La representación latinoamericana estuvo encabezada por Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil, junto al ecuatoriano Daniel Noboa y la hondureña Xiomara Castro. México estuvo representado por la Secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez; la titular de Asuntos Religiosos, Clara Luz Flores, y el Embajador ante la Santa Sede, Alberto Barranco.

Además de Trump, que apareció apenas unos minutos antes de que empezara la ceremonia y acaparó las miradas de los medios internacionales, los reflectores también estuvieron sobre el Presidente de Argentina, Javier Milei, y la Primera Ministra italiana, Giorgia Meloni, que presenciaron el último homenaje masivo al Papa en primera fila. Zelensky, otro de los más esperados, también estuvo sentado al frente.

La decisión protocolaria de la Santa Sede de dar protagonismo a Milei, por ser el Presidente del país de donde era originario el Pontífice, no estuvo exenta de polémica. El Mandatario argentino y Francisco tuvieron varios choques y diferencias bastante públicas. El polémico líder, un crítico acérrimo de la agenda social de Francisco, llamó "imbécil" al Pontífice y lo acusó de "impulsar el comunismo", aunque los enfrentamientos bajaron de intensidad desde que Milei llegó al poder. Un año y medio después, ocupó un sitio de honor en el funeral del primer Papa latinoamericano de la historia y se refirió en los últimos días a Jorge Mario Bergoglio como "el argentino más importante de la historia".

Trump fue otro de los líderes que chocó con Francisco y que, sin embargo, hizo el viaje para extender sus condolencias de la mano de Melania Trump, su esposa, quien se ha presentado públicamente como católica. Uno de sus principales adversarios, el ex Presidente Joe Biden, otro católico practicante, también asistió al funeral, que contó con plegarias en español, latín, inglés, francés, chino y árabe, entre otros idiomas.

El acto estuvo repleto de simbolismos y fue un testamento del legado del Pontífice. A unas filas de los presidentes y los reyes, se dio espacio en la ceremonia oficial a un grupo de migrantes, refugiados y personas necesitadas. También hubo representantes de más de 30 cultos, una muestra de los puentes que Francisco construyó con otras religiones. En la celebración participaron 980 concelebrantes entre cardenales y obispos, así como más de 4 mil sacerdotes.

Cercano a todo el mundo y entregado a la atención de las personas marginadas y más necesitadas. Así fue recordado Francisco durante la misa, oficiada por el cardenal Giovanni Battista Re.

"Mantuvo siempre su temperamento y su forma de guía pastoral, y dejó inmediatamente la huella de su fuerte personalidad en el gobierno de la Iglesia", señaló el cardenal.

"Tocó mentes y corazones", agregó Re, en una intervención con amplias referencias religiosas y políticas.

Durante el servicio, el cardenal Re destacó uno de los viajes que Francisco hizo a México y la misa que ofició en la frontera con Estados Unidos, así como visitas históricas a Iraq o la isla de Lesbos, epicentro de la crisis migratoria en el Mediterráneo.

"El hilo conductor de su misión fue la convicción de que la Iglesia es un hogar para todos, un hogar con puertas siempre abiertas", señaló.

Trump y Zelensky, uno de los líderes más aplaudidos, aprovecharon su encuentro en Roma para reunirse antes del funeral, según un portavoz del Gobierno ucraniano. Los conflictos internacionales en Medio Oriente y Europa también tuvieron un lugar protagónico en el homenaje luctuoso, así como los constantes llamados del Papa a favor de la paz mundial, la fraternidad universal y la justicia social.

Al concluir la ceremonia en la Plaza de San Pedro, el cortejo fúnebre partirá a paso solemne hasta la Basílica de Santa María la Mayor, a 6 kilómetros de la Basílica del Vaticano, el sitio que el Papa eligió como su destino final y donde fue sepultado a puerta cerrada en una pequeña tumba de mármol con la inscripción de su nombre en latín, Franciscus.

Cerca de 200 mil personas han llenado la plaza de San Pedro y la vía de la Conciliación. La plaza, donde caben unas 40 mil personas, se ha llenado en las primeras horas de la mañana y las autoridades han reubicado a los asistentes a lo largo de las calles aledañas, donde han podido seguir la misa desde varias pantallas gigantes.

Los católicos tendrán a partir de ahora un nuevo lugar de peregrinaje en Roma.

La tumba Francisco podrá ser visitada a partir de este domingo.

"Permanecerá en nuestros corazones", afirmó el cardenal Re.