Kiev, Ucrania.- "En nuestros documentos nacionales y documentos internacionales se establece que Crimea es Ucrania, territorio de Ucrania", dice Olha Kuryshko, Representante Permanente del Presidente de Ucrania en la República Autónoma de Crimea.

"Crimea es ahora una base militar de la Federación Rusa. La invasión a gran escala comenzó con la ocupación de Crimea y ninguna negociación puede garantizar el final de este proceso, la Federación Rusa no se detendrá", dice la funcionaria durante una entrevista en Kiev, la capital ucraniana.

En marzo de 2014, tras la expulsión del régimen del Presidente Viktor Yanukovych durante la revolución ucraniana conocida como Euromáidan, Rusia inició la ocupación de Crimea, en el sur del país. Ante la posibilidad de un proceso de negociación de paz impulsado por el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la funcionaria denuncia que Crimea ha sido durante más de una década el escenario de crímenes, violaciones de derechos humanos y daños contra el patrimonio histórico de la nación de Europa Oriental.

Desde que comenzó la ocupación rusa en 2014, ocho años antes de la invasión a gran escala de 2022, el Kremlin comenzó con la implementación de políticas para eliminar la identidad ucraniana. La población, por ejemplo, debe hablar ruso y renunciar a su pasaporte ucraniano. Aquellos que se han resistido, asegura la Representación, han sido arrestados.

"Están encarcelados en territorio de la Federación Rusa", señala Kuryshko.

"Fueron detenidos en la península de Crimea y trasladados a territorio de la Federación Rusa".

Según cifras de la Representación, desde 2014 han identificado 218 prisioneros políticos, incluyendo a 132 tártaros de Crimea, el grupo étnico de la península. Sin embargo, alertan que la cifra real podría ser superior. Además, han contabilizado mil 203 casos de detenciones por "desacreditar al Ejército ruso."

Kuryshko asegura que además de estas detenciones, las autoridades rusas en Crimea persiguen a funcionarios tártaros y sus familias desde años antes de la ofensiva de 2022. La población tártara fue marginada y perseguida, primero durante el régimen de Stalin, en los años de la Unión Soviética, y nuevamente por el Gobierno del Presidente Vladimir Putin.

La persecución contra los ucranianos, dice Kuryshko, no sólo se ve reflejada contra la población, también se observa a través de la destrucción de patrimonio cultural, histórico y religioso. En julio de 2024 fue demolida la última iglesia ucraniana de Crimea. Además, denuncia que los rusos no sólo excavan y extraen sitios arqueológicos, también han construido una narrativa para distanciar a Ucrania de los hallazgos y su pasado.

"Realizan exhibiciones en el territorio de Crimea y quieren contar una sola historia de que el territorio de Crimea, ocupado temporalmente, es parte del mundo ruso", expresa Kuryshko.

"Hacen este tipo de exhibiciones no sólo en Crimea, también en territorio de la Federación Rusa".

De manera más reciente, también se han visto riesgos de daños permanentes contra el medio ambiente en la península. En diciembre de 2024, dos barcos petroleros rusos se hundieron en el estrecho de Kerch, en el Oriente de la península. Se estima que entre 2 mil 500 y 4 mil 500 toneladas de crudo se derramaron en el Mar Negro. Tomaría más de una década revertir los daños ambientales. Esto, asegura, es una catástrofe.

"La existencia rusa en este territorio del Mar Negro causa daños a la seguridad alimenticia, seguridad militar y seguridad política", explica.

La Representación insiste que el objetivo principal es mantener a la población de Crimea a salvo y considera que las oportunidades de que se gane la guerra incrementarían con más apoyo internacional.

"Sé que (la gente) espera a Ucrania. No todos, pero la mayoría espera porque saben que tenemos un plan para restaurar la economía, servicio público u otras áreas de nuestra política en Crimea. Saben que si permanecen bajo la ocupación temporal la situación será peor", declara Kuryshko.

"Es injusto que haya pasado. (...) Tratamos de mantener a nuestra gente segura y protegerla porque viven bajo esta ocupación".