El Presidente Donald Trump y su homólogo chino Xi Jinping aterrizaron en Busan, Corea del Sur, para su primera reunión desde 2019.

Trump y Xi hablan en un pequeño edificio gris con techo azul, ubicado en una base militar junto al aeropuerto internacional de Busan.

"Bienvenidos a la Base Aérea de Gimhae", dice un cartel sobre la puerta principal.

Poco después de darse la mano, Trump y Xi se dirigieron a una sala para mantener sus conversaciones.

"Es un honor estar con un amigo mío", dijo Trump refiriéndose a Xi. Añadió que ambos mantendrían algunas conversaciones, pero "creo que ya hemos acordado muchas cosas".

Acompañaban a Trump el representante comercial Jamieson Greer, el secretario de Comercio Howard Lutnick, el secretario de Estado Marco Rubio, el secretario del Tesoro Scott Bessent, la jefa de gabinete de la Casa Blanca Susie Wiles y David Perdue, embajador de Estados Unidos en China.

El líder chino habló por más tiempo que Trump en sus declaraciones iniciales, diciendo: "Se siente muy cálido volver a verte, porque han pasado muchos años".

"No siempre vemos las cosas de la misma manera", dijo Xi a través de un traductor, y añadió que "es normal que las dos principales economías del mundo tengan fricciones de vez en cuando".

Sin embargo, afirmó que China y Estados Unidos "son plenamente capaces de ayudarse mutuamente a tener éxito y prosperar juntos".