Indonesia.- Se corrió la voz rápidamente de que maquinaria pesada había llegado a la antigua selva tropical cerca de la aldea de Sungai Mata-Mata, una extensión en el extremo occidental de la isla de Borneo que alberga orangutanes, panteras nebulosas y osos malayos.

Ignorando la ley, las excavadoras comenzaron a cavar zanjas para drenar los humedales protegidos de la zona. Luego llegaron los equipos de tala, que talaron bosques del tamaño de 2 mil 800 campos de futbol en sólo unos días.

Fue un espectáculo apocalíptico, dijo Samsidar, un funcionario forestal regional que usa un solo nombre, al recordar la devastación que encontró hace dos años. "Los árboles se habían convertido en montones de madera".

Pero no cualquier tipo de madera. Los árboles eran meranti, una especie hallada principalmente en Indonesia y otras partes del sudeste asiático, y su madera dura tropical es de especial interés para una industria en Estados Unidos: los fabricantes de casas rodantes.

EU es el mayor productor mundial de vehículos recreativos (RVs) y ha dependido durante décadas del meranti, también conocido como lauan. Esta madera se procesa para obtener un triplay que es ligero, resistente a la humedad, flexible y se corta en láminas delgadas. Los fabricantes de RVs la utilizan para paredes interiores, pisos y gabinetes.

Los grupos conservacionistas dicen que satisfacer esta demanda ha acelerado la deforestación en Borneo. Tan sólo en los últimos cinco años, se han talado decenas de miles de hectáreas de bosques de la isla para obtener lauan, generalmente con la autorización del Gobierno indonesio. Esto ha contribuido a la desaparición de algunas de las selvas tropicales y humedales más grandes del mundo, liberando densas reservas de carbono, trastocando la vida de pueblos indígenas y poniendo en peligro el hábitat de los orangutanes y otros animales.

Desde el 2020, Estados Unidos ha comprado más de 900 millones de dólares del triplay de lauan destinado a los vehículos recreativos, la gran mayoría procedente de Indonesia, muestran datos comerciales estadounidenses. (El lauan también se utiliza en la industria de la construcción).

La industria estadounidense de vehículos recreativos tiene mucho tiempo de retratarse como un buen custodio del medio ambiente -insta a sus consumidores a proteger las tierras públicas y promociona sus vehículos como una forma para que la gente conecte con la naturaleza. Entre los grandes fabricantes de vehículos recreativos, Thor Industries afirma que sus proveedores tienen prohibido por ley estadounidense comprar madera ilegal, y Winnebago afirma estar comprometido a preservar el planeta.

La demanda de vehículos recreativos en Estados Unidos se disparó a un récord durante la pandemia, y ahora más de 8 millones de hogares estadounidenses tienen uno.

Anna Montgomery, arquitecta paisajista de Carolina del Sur, compró uno para su familia de cuatro integrantes en el 2020. Su Winnebago Minnie-Winnie de 7 metros costó 77 mil dólares.

Montgomery dijo que había pasado años investigando los vehículos. Pero desconocía que su vehículo pudiera haber deforestado madera.

"No era algo en lo que había pensado", dijo Montgomery sobre la compra de su vehículo recreativo. "Allí me tienes pensando, 'compré un buen vehículo recreativo', pero ¿cuál es la realidad?".

Indonesia es propietaria de toda la tierra del País y otorga concesiones a empresas, a veces arrebatando tierras a particulares.

Aunque Indonesia ha avanzado en la reducción de la deforestación, las autoridades afirman que dependen de los cultivos comerciales para impulsar la economía. En el 2021, el Ministro del Medio Ambiente declaró que el desarrollo del País "no debe detenerse en nombre de emisiones de carbono".

Muchas selvas tropicales de Borneo se entrelazan con turberas, que almacenan enormes cantidades de carbono. La reciente deforestación ha destruido miles de hectáreas de turberas, convirtiendo a Indonesia en uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero del mundo.

La deforestación cerca de Sungai Mata-Mata y dos aldeas vecinas en el 2023 y 2024 resultó en emisiones de más de 227 mil toneladas métricas de dióxido de carbono, reportó Satya Bumi, una organización sin fines de lucro.

La tala fue realizada por una empresa llamada PT Mayawana Persada, que tenia por ley prohibido talar las turberas adyacentes. Mayawana tenía una concesión de casi 142 mil hectáreas en la Provincia Kalimantan Oeste, y hace aproximadamente una década comenzó a talar las tierras que le fueron adjudicadas. Desmontó casi 40 mil hectáreas, reporta Mighty Earth, un grupo conservacionista. Las imágenes satelitales revelan la velocidad y la magnitud de la deforestación en los últimos años.

Una mañana del año pasado, Andreas Ratius, indígena dayak y líder de la comunidad en Sabar Bubu, estaba cosechando hojas para alimentar a sus cerdos. El imponente dosel filtraba la luz del sol. Se oían los cantos de los pájaros.

Durante generaciones, la filosofía de la aldea ha sido conservar este bosque montañoso que considera sagrado, afirmó Ratius. "No se debe molestar a los animales ni talar árboles grandes".

Pero en el 2020, llegaron cuadrillas de Mayawana y desmontaron parte de la colina.

Ratius explicó que, aunque el Gobierno ordenó a Mayawana detener la tala el año pasado, los permisos de la empresa no habían sido revocados.
También dijo no conocer las casas rodantes, que le describieron como vehículos para dormir, cocinar y relajarse. Tras ver la foto de una, rió y negó con la cabeza.