Chihuahua, Chih.- De manera gradual, el campamento migrante instalado desde mediados de enero sobre el bulevar Juan Pablo II y la calle Industrial 10 se ha transformado para ser más “habitable”, por lo que actualmente cuenta con una tienda de abarrotes improvisada, baños portátiles, áreas de comedor e incluso, por seguridad, hay quienes han limitado sus espacios con la instalación de láminas y alambre.
Al transitar por el lugar se observa a mujeres preparando la comida, niños que juegan, quienes se salen a “trabajar” o quienes optan por descansar. En uno de los extremos, algunos emprendedores ya montaron una “tiendita” donde ofrecen papas fritas y bebidas.
Así mismo, otros han optado por poner una peluquería improvisada en la que atienden tanto niños como adultos.
El campamento, que ha llegado a superar los mil migrantes, tiene instalado desde el 23 de enero. La presencia de esta cantidad de personas ha generado, por un lado, quejas por parte de colonos y comerciantes que los acusan de espantar a los clientes y dejar toneladas de basura. Por otro lado, también han provocado la indignación de muchos, ante las condiciones inhumanas en las que se encuentran, por la falta de un techo digno y buenas condiciones de higiene.
En contraposición, en la Deportiva Pistolas Meneses ha desaparecido otro asentamiento de personas en tránsito, luego de una intervención realizada por el Instituto Nacional de Migración (INM). Esto fue visto con buenos ojos por la iniciativa privada, al considerar que se observó una actuación del organismo, aunque el establecido en el sur de la ciudad lejos de desaparecer, se ha convertido en una miniciudad.
El presidente de Coparmex, Salvador Carrejo Orozco, mencionó que el operativo realizado por el INM que derivó en la desaparición del campamento migrante instalado en el norte de la ciudad, se trata de las primeras señales de actuación del Instituto, aunque el tema de fondo no se ha resuelto y se entiende que no hará en el corto plazo.
Indicó que el sector empresarial continúa pendiente de lograr la mesa interinstitucional para abordar las diferentes problemáticas que el fenómeno migratorio implica.
Esto no impide, dijo, que se esté en comunicación con las distintas instancias y que se promueva la actuación, que la autoridad no esté pasiva, que es lo peor, consideró, que pudiera pasar.
Expuso el líder empresarial que ha sido complejo coordinar las agendas de los tres órdenes de gobierno para que se realice la mesa.
Apuntó que el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), lidera este esfuerzo más como un facilitador, pues el rol del sector productivo en el tema migratorio es limitado en término de soluciones y a lo más que se pudiera llegar por la naturaleza de las organizaciones es a brindar empleo.
No obstante, dijo, el objetivo de los migrantes que pasan por Chihuahua no es quedarse a laborar, “de eso estamos plenamente conscientes, aunque sí con la voluntad de aportar lo que nos corresponda, pero lo que nosotros aspiramos más que nada es a ser un facilitador y sentar en la misma mesa a las autoridades que sí tienen un rol ante este fenómeno y ayudar a darle seguimiento y ser provocadores de soluciones”, dijo.
En tanto, el presidente del CCE, Federico Baeza Mares, señaló que, aunque es un buen comienzo que el INM impidiera que un nuevo campamento afectara a la zona norte, “hay mucho por hacer aún”, dijo.
“Falta mucho por hacer en la zona sur y debemos saber cuántos migrantes registra la ciudad, qué hacen, quiénes los apoyan, hace falta tener más información”, dijo.
En marzo, Baeza Mares hizo un llamado a las autoridades a reubicar el campamento migrante establecido en el sur de la ciudad, al considerar que se ha convertido en una bomba de tiempo por las condiciones insalubres, el crecimiento que observa y la afectación a los negocios cercanos.