Chihuahua, Chih.- Como todas las mañanas, en la fábrica de burritos localizada en la Ignacio Rodríguez casi esquina con Industrias, todo era normal.
Estaba en su apogeo el ajetreo propio de la cocina para preparar decenas de burritos que se distribuyen y venden en otros puntos de la ciudad, en una labor que inicia muy de madrugada.
Pero ayer, ese trajín fue interrumpido por tres sicarios que encapuchados ingresaron a la vivienda, de manera sorpresiva, dando de gritos y amenazando con sus pistolas.
Buscaban a la dueña. Nunca preguntaron por dinero ni nada más.
Una vez identificada, fue reunida con los empleados y el esposo de ésta, quien estaba encerrado en una de las habitaciones.
Es él quien alcanza a salir del lugar donde lo encerraron, y con un arma 380 que tenía escondida, logra disparar en contra de los sicarios que se habían descuidado.
Uno de los encapuchados fue localizado en el exterior de la vivienda, a donde alcanzó a salir, tratando de huir.
Los demás alcanzaron a escapar, todo en cuestión de minutos.
El valiente esposo resultó también con heridas de consideración, al parecer en ambas piernas.
Los hechos, entre las cinco de la mañana con veinte minutos y poco antes de las seis, cuando solo había oscuridad.
El sol descubrió el cuerpo sin vida del sicario en la calle.