En poco más de seis años, la familia confrontada con otras células del Cártel de Sinaloa, incluso con primos que son presuntamente líderes regionales en municipios de la sierra, ha sido arrasada por esas disputas para lograr el control de las actividades delictivas.
En este último caso, hombres armados a bordo de un vehículo interceptaron a su víctima en una de las calles periféricas de terracería de la zona de Romanzza, ubicada al oriente de la ciudad de Chihuahua, en la ruta hacia el vecino municipio de Aldama.
Cerca del cruce entre Ejido del Oro y Tres Castillos, alrededor de las cinco de la tarde del pasado miércoles, el sujeto que conducía un automóvil Ford Figo de color gris fue blanco de los balazos que perforaron el vidrio de la puerta del conductor.
Ayer, la Fiscalía General del Estado Zona Centro informó que no estaba plenamente identificado el hombre asesinado debido a que no había sido reclamado por familiares, pero su nombre en algunos documentos localizados hacía presumir su parentesco con los Díaz Meza.
Respecto de las investigaciones, la FGE no reportó avance alguno, más allá del levantamiento del cadáver y el aseguramiento del vehículo, para seguir con las periciales correspondientes.
“La investigación está en su etapa inicial. Esperamos el resultado del procesamiento de la escena del crimen, revisando si hay videos”, dijo ayer el fiscal de la Zona Centro, Heliodoro Araiza, quien confirmó que hasta ayer al mediodía el cadáver no había sido reclamado por familiares.
De acuerdo con versiones extraoficiales de la propia Fiscalía, sobre Rosario no existe mucha información que pudiera ubicarlo como mando de algún grupo criminal, aunque es conocido el parentesco con Carlos y Melquiades Díaz Meza, quienes durante más de 10 años encabezaron una célula de Gente Nueva del Cártel de Sinaloa, que mantuvo disputas constantes con otras incluso de la misma organización criminal.
Entre 2010 y 2013, según reportes de investigación policial obtenidos por El Diario, “El Chapo Calín” y Carlos su hermano escalaron en el grupo criminal con presencia entre Guachochi y Batopilas, subordinados a la cabeza de la organización que tenía sus bases de operaciones en Parral, Guadalupe y Calvo y poblaciones vecinas del estado de Sinaloa.
Carlos era considerado jefe de los sicarios de “El Chapo Calín”y ambos trabajaban aliados con Reyes Carrasco Gil, quien tenía a su mando un grupo criminal dedicado, entre otros delitos, a la tala clandestina y la extorsión de aserraderos.
Unos primo de los Díaz Meza, Servando Meza, alias “Servandito” y Juan Meza Osorio, alias “El Palancas”, tenían a su cargo para el mismo cártel el municipio de Batopilas y comunidades de la región, pero durante años habían estado en disputa con sus familiares por el control de territorios de otro municipio, el de Morelos, también en la parte más profunda de la barranca en esa región del estado.
Hacia el año 2014, dicho conflicto escaló e involucró otras células del cártel asignadas a los territorios de Urique, Chínipas y otros territorios; finalmente, derivó en la separación de Reyes, cuya célula era conocida como “Los Reyes”, del grupo de “El Chapo Calín”.
Después de múltiples enfrentamientos en la disputa por los negocios ilegales, incluida la siembra de mariguana y amapola, las extorsiones a los aserraderos y la tala clandestina, el 21 de diciembre de 2018 fue asesinado Carlos Díaz, en su casa de la zona urbana de Guachochi, hasta donde llegaron a buscarlo hombres armados para matarlo a tiros.
Carlos tenía a su cargo varias decenas de sicarios y había operado para su hermano algunos crímenes de alto impacto, en medio de la confrontación con sus familiares de Batopilas; asimismo, había sido refuerzo para otras disputas del grupo Gente Nueva en Parral y otros municipios, por el servicio subordinado que prestaban a los líderes de la organización, conocidos como “Los Salgueiro”.
La noche en que fue victimado el hombre apodado “El 5”, se desconoce por qué no contaba con la vigilancia habitual en su zona de operación.
El asesinato de su hermano elevó la tensión entre los grupos criminales, pero “El Chapo Calín” se impuso sobre sus rivales los años siguientes, con el apoyo del cártel del que formaba parte.
Detención y resurgimiento de “El Chapo Calín”
Sin embargo, en agosto de 2021 Melquiades fue detenido por elementos del Ejército, durante una operación de varios días en la que permaneció rodeado el presunto líder criminal, hasta entregarse para ser llevado ante un juez.
El lugarteniente del Cártel de Sinaloa se resguardó en una casa de seguridad de Guachochi, donde lo cercaron los militares hasta obtener una orden de cateo, a fin de ejecutar una orden de aprehensión previa girada en su contra por delincuencia organizada.
Durante el tiempo en que permaneció rodeado, Melquiades demandó el amparo de la justicia federal, pero de acuerdo con algunas versiones obtuvo una suspensión provisional para evitar el arresto a condición de que se presentara por su propia voluntad, que venció en el mismo tiempo en que se negaba a entregarse.
Finalmente no opuso resistencia y sólo fue arrestado junto con otra persona, mientras que otros que estaban con él, presumiblemente familiares, fueron dejados en libertad. De esa forma fue presentado ante la justicia, sin embargo, recuperó casi un año después su libertad. Con “El Chapo Calín” preso, el grupo de “Los Reyes” mantuvo el control de la región, hasta que en 2022 fue liberado y regresó a pelear por la plaza de Guachochi y alrededores.
Debilitado su grupo por su estancia en prisión y las constantes confrontaciones que continuaron, “El Chapo” fue emboscado el 28 de junio de 2023 en las cercanías del basurero municipal de Guachochi, en medio del conflicto con el otro grupo del mismo cártel.
El líder criminal y siete acompañantes más fueron masacrados e incluso él fue decapitado, mientras que otros cadáveres fueron incinerados; entre los muertos estaba su hijo, además de que otro fue lesionado o dejado con vida por los atacantes.
Así terminó su control en la región, mientras que el grupo rival, “Los Reyes”, también fue disolviéndose en otras facciones, las cuales continúan en conflicto en la región serrana.
Sobre Rosario Díaz Meza, el tercero de los hermanos asesinados de este grupo, no existen más antecedentes de su participación en la célula delictiva.