Hay un pequeño bicho llamado chitis betulae o Byctiscus betulae, en palabras simples cigarrero de la vid, son mejores en matemáticas que las abejas; este bicho hace cálculos diferenciales e integrales que lo llevan a diseñar con una hoja de abedul un embudo, con solo enrollarla; esto protege a sus crías de los enemigos naturales, ladrones de huevos y larvas que luego los devoran. Con el embudo crea un búnker que protegerá a sus crías de los eventuales peligros a los que se enfrentarán.
Hoy esbozamos estas líneas, sin demeritar el papel y deber de las Madres en la formación de los hijos; trataremos sobre el Padre de familia, me refiero aquel que aún y con todos sus yerros, virtudes y vicios, defectos y miserias personales, aciertos y desaciertos, real y verdaderamente se preocupa por el bienestar de sus hijos.
El Padre de familia entre otras cosas, que no alcanza este espacio para comentarlas, enseña a sus hijos mediante prácticas sencillas a ser precisos, aunque éstos no lo asimilen o entiendan por su edad, capricho o inmadurez, por ejemplo: ¿a qué hora nos vemos? -dice el padre-, a lo que hijo responde: “en la tarde”, ¿a qué hora? -replica el padre-, insiste el hijo: “esteeeé cuando se acabe el evento”, ¿a qué hora? -repite el padre- “híjole pos hasta que la gente se canse” dice el hijo”, ¿a qué horaaaa? “A las 8 pm” precisa el hijo.
La vida, el trabajo, la escuela, los clientes, la administración pública nos exigen ¡precisión! en justicia y respeto a los demás ¡exactitud! en síntesis, la precisión es un deber moral, comprendes padre “open mind”, ay te va otra, no te agüites:
El Padre de familia nos enseña a ser honestos, rectos, decentes, virtuosos; por ejemplo: el Padre dice -hijito: venga para acá, ¿por qué tan poquito cambio?, -responde el hijo: -es lo que me dieron de cambio. - ¿Cuánto costaron las tortillas hijo? -No sé, -afirma el hijo, y agrega: ya ve que mi mamá es quien las compra siempre, yo solo pagué, -¡ah! -dice el Padre, -¿y los demás encargos?, -confiesa el hijo: -no sé yo solo pagué.
Como ves, paso a paso el Padre de familia enseña a los hijos el camino de la rectitud, estos pequeños hábitos nos predisponen a ser virtuosos como hijos, profesionales, empresarios o servidores públicos; honestos y rectos al momento de desempeñarnos en un cargo o comisión; que orgullo de enseñanzas, ¿entiendes o ya se te olvidaron padre “open mind”?
Pensarás: ¿Qué duro es ser hijo de un Padre así? Te respondo: pero que grandeza la de aquella comunidad, estado, nación o continente que cuenta con hijos de este talente, formados a la altura de la circunstancias y necesidades; esperemos, al tiempo, que nuestros hijos sean de esos, pues son los que aportan solución a los problemas locales, nacionales y planetarios; los tibios por ley natural, con el tiempo o derrotas de la vida, se enfrían ¿de cuáles hijos estás formando? Si es que los estás formando.
Los hijos son nuestro espejo, quienes aún con los defectos, fallas y vicios de los padres, formados en la precisión, en la honestidad, en la rectitud y en la virtud, con sus propias fallas y defectos, precisan y clarifican bien si tienen que emprender algo, no importa si el padre vive o falleció, pues su sello quedó impreso, es la huella indeleble que dejaron nuestros padres en nosotros, pues al final el verdadero Padre es aquel que forma y deja o dejó huella indeleble en los hijos.
Ya para terminar, en el mundo encontraremos padres afectivos y efectivos, ambos tienen como objetivo principal el amor y bienestar de sus hijos, aunque con modo diferente de expresarlo; así los primeros establecen un vínculo cariñoso, son amorosos, sensibles; por su parte los padres efectivos muestran su amor a los hijos de modo racional, enseñando habilidades para la vida, promueven la independencia de sus hijos, priorizan la enseñanza a través de la disciplina; ambos tipos de padres son modelos a seguir.
Este domingo: Feliz día del Padre, real y verdadero.