En esta entrega, me quiero concentrar en el futuro político que se viene para Chihuahua -el estado- tras la algarabía de las elecciones. Para delimitar aún más el tema, pondremos en esta ocasión bajo la lupa a dos personajes morenistas juarenses que, sin duda, darán de qué hablar durante los siguientes tres años: el alcalde reelecto Cruz Pérez Cuéllar y la senadora electa Andrea Chávez. Ambas figuras lograron sólidas victorias electorales. Por un lado, Cruz Pérez Cuéllar hace historia al ser el presidente municipal más votado de la historia de Ciudad Juárez; por el otro, la aún diputada Andrea Chávez desplazó en los anales de la historia a Don Luis H. Álvarez al ser la candidata a senadora más votada de la historia de Chihuahua. 
A pesar de la maquinaria de propaganda negativa que se desplegó en contra de Andrea y Cruz -señalamientos que solo las autoridades competentes podrán calificar- y a pesar de las intrigas de pasillo, que fueron una constante entre sus adversarios como metralla discursiva para deslegitimar a ambos políticos, salieron adelante. 
Esa es la verdad. Los amplios márgenes por los cuales le ganaron al PRIAN-PRD chihuahuense desacreditaron dos rumores que se decían de los sufragantes: el primero de ellos es el que “en Chihuahua no quieren a Andrea Chávez” y el segundo que “Cruz está muy quemado y va a perder la reelección”. Al final, los resultados avalan que tanto el presidente municipal como la senadora electa demostraron que trabajo mata grilla y esa es la razón por la que están peleando la pole position en el circuito de cara al 2027.
Usted, estimado lector, podrá preguntarse: ¿Oiga, Gerardo, por qué no escribe un poco más acerca de los escándalos que envolvieron a estos dos candidatos? Porque no pienso desgastar tinta de este, su medio, para hablar sobre ‘politiquería’. Porque de ser por Nicolás Maquiavelo, les habría puesto un 10 a ambos de haber sido sus alumnos en la antigua Florencia. Porque en la política desafortunadamente a veces hay que ser fríos. Importa más conservar el poder, heredarlo, aumentarlo y ejercerlo que llevarse una buena nota del Santo Tomás de Aquino sobre lo que debería ser en términos ideales. Solo quitándonos esta bruma axiológica es que podemos analizar mejor el fenómeno del poder, y en Chihuahua, con excepción de su conservadora capital -en donde fue reelecto Marco Antonio Bonilla del PAN- dio, sin duda, un giro, virando hacia una izquierda obradorista y, ahora, claudista. Xóchitl tristemente anunció este viernes que deja los partidos que la cobijaron para irse a trabajar de ingeniera de nueva cuenta. A nivel estatal, el PAN perdió un terreno difícil de recuperar. Le sigue faltando un discurso programático que apele a sus orígenes históricos. Morena, ahora tiene la posibilidad de ganar la gubernatura en el 2027, dada la amplia legitimidad democrática que sus candidatos demostraron en las urnas.
Cruz Pérez Cuéllar regresa revitalizado, con un bono democrático que lo dota de legitimidad para seguir transformando Ciudad Juárez. Escucho con atención a amigos que vienen de otra parte del país y ven mejoría en la ciudad, algo muy contrastante con la situación durante el calderonato. En cafés, convivencias y ubers se habla de manera positiva sobre su gestión municipal. 
Yo mismo reconozco que ha realizado un trabajo bastante digno, a sabiendas de que quiere ganar adeptos para cumplir el sueño de gobernar Chihuahua. Deberá concentrarse en seguir mejorando la seguridad, lograr en tres años un programa de desarrollo urbano que haga un poco menos fea la ciudad, producto de una mala planificación durante décadas que ha privilegiado la movilidad de los camiones de maquila antes que concentrarse en desarrollar una ciudad para los ciudadanos que sea caminable y ofrezca mejores índices de calidad de vida. Asimismo, debe ser cuidadoso con quienes le rodean, pues su imagen pública es su mayor patrimonio y capital político si pretende ser la autoridad estatal.
Para nada descarto que más allá de los grillos que hacen ruido para tumbarlo a nivel local, se sume Javier Corral, quien ahora le habla al oído con vehemencia y oratoria setentera a la presidenta electa Claudia Sheinbaum. Para nada descarto que, desde la Ciudad de México, en un movimiento natural del ajedrez político, comience a emitir un discurso de descalificación hacia Cruz mientras que pueda crear una alianza con su próxima compañera de bancada en la Cámara Alta, Andrea; donde las pláticas en los pasos perdidos y el hemiciclo del Senado son el espacio perfecto para tejer y operar asuntos de alto nivel.
Ahora enfoquémonos en la “joven relevo generacional” quien verdaderamente hace honor a esa etiqueta que le endilgó el mismo presidente Obrador al asegurar que se puede retirar tranquilo al haber relevos como ella, haciéndole honor porque tomó la estafeta de la senadora Bertha Caraveo, quien la llevó a la Ciudad de México como secretaria particular. Seis años después la remplaza como representante de Chihuahua en el Senado de la República. Es decir, Andrea ya conoce el Senado como asesora, esto aunado a su formación como abogada, más tres años ya como diputada federal. Lo anterior nos devela que no llega amateur, sino que ya a sus apenas altos veintes trae colmillo, y un manejo de la comunicación política muy diestro, herramienta que la ha llevado a ser una de las voces más fuertes dentro de la denominada Cuarta Transformación. 
Ella deberá ser más prudente en cuanto al manejo de su imagen, mesurar la pasión en tribuna y mostrarse más seria para generar una percepción de confianza ante el electorado chihuahuense, si es que quiere despachar desde palacio estatal. Saliendo de las sesiones en el Senado de los miércoles, tiene que tomar un vuelo directo a Chihuahua para recorrer lo más que pueda y seguir posicionándose entre las masas del estado grande. Su capacidad de gestión será clave, si quiere competir contra la estructura burocrática de Cruz y el robusto presupuesto con el que cuenta para hacer política.

De todo lo anteriormente dicho, me atrevo a decir que la senadora electa no la tiene tan fácil; su ímpetu juvenil es a su vez su propia debilidad como una posible candidata, pues el pueblo chihuahuense va a ser reticente por el tema de la edad y su falta de experiencia gobernando el Ejecutivo. Otro que la podría sorprender es Loera, el tiempo lo dirá. Pienso que ella se va a apuntar a la gubernatura para así caer en la candidatura a la Presidencia Municipal de Ciudad Juárez y si es elegida demostrar que sabe gobernar. De no darse este escenario, regresa sin problemas al Senado para buscar, o la reelección, o seguir intentando ser presidenta municipal para pegarle a la grande estatal en la ulterior elección. Salvo que logre cabildear con la dirigencia que al estado grande le toque candidata mujer, esa sería la opción más viable para la joven egresada de la UACJ.
En virtud de este ejercicio prospectivo, Cruz tiene las condiciones para ser el virtual candidato a la gubernatura, pero deberá ser cuidadoso con todos los negativos que le han afectado en su relación con sectores del electorado de Juárez. Esperemos, por el bien de Ciudad Juárez y de Chihuahua, que estos personajes den lo mejor de sí y verdaderamente transformen la vida del pueblo chihuahuense si cumplen con sus sueños de llegar a ser quienes manden en el estado grande. Unas por otras, otras por unas, pero así es esto y más vale que lo veamos con la frialdad que amerita para marcar con finura a nuestros representantes políticos, solo así podemos exigir una mejor rendición de cuentas como un valor de nuestra democracia. P.D. ¡Felicidades a todos los papas! [email protected]