-Era una campaña de mentiritas la del Verde
-Cuando menos de décadas la puerta de Rectoría
-Se quejan de Geo por “cochinita” con los muebles
No quedó del todo claro si fue o no sabotaje como tal lo ocurrido ayer con el Bowí, pero sí fue en muy mal momento porque están encima las elecciones del domingo y a punto de comenzar la veda electoral, al vencerse justo hoy el periodo de proselitismo.
Con más de 22 mil afectados en el corto lapso en que fueron paradas las unidades de la ruta troncal, el golpe social y político fue algo fuerte para la autoridad estatal del transporte, que debió hacer malabares para impedir mayores afectaciones.
A punto de la hora pico del día, la manifestación sorpresiva de los choferes llevó a pensar en que una mano negra (o más bien guinda) quiso desestabilizar la rutina diaria de la capital, como algunos grupos han tratado de hacerlo recientemente.
Una media hora después, desde la Secretaría General de Gobierno reportaban la entrada emergente de unidades de las rutas alimentadoras y hasta de transporte de personal para dar el servicio que paralizaron los choferes de la troncal.
Las exigencias que plantearon los inconformes en la mesa de negociación, encabezada por el subsecretario Óscar González Luna y el coordinador de Asesores de la Secretaría, Andrés Pérez Howlet, echaron más luz a las sospechas dado que las quejas parecían un poquito exageradas. De todas formas fueron debidamente atendidos los quejosos.
Así, por un lado fue desplegado un operativo para suplir los camiones de la ruta troncal, mientras por otro fueron recibidos pacientemente en Palacio los cerca de 30 conductores que de buenas a primeras decidieron parar el servicio y poner en mal ante la ciudadanía a la llamada todavía Operadora de Transporte Vivebús (OTV).
Sin embargo, parece que la autoridad estatal decidió aguantar y cuidar las formas antes de salir a acusar a alguien de atentar contra el servicio público de transporte, porque hasta la tarde no había muchos elementos como para sostener la idea del sabotaje, al menos no con nombres y apellidos. No por ahora.
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De nuevo las alarmas fueron encendidas en el paso obligado entre Chihuahua y Parral por la Vía Corta, el Valle de Zaragoza, tras el ataque contra Iván Abraham Z. R., jefe de la Policía Municipal en esta administración del alcalde priista Misael Homero Márquez.
El director de Seguridad Pública fue herido a balazos y uno de sus agentes, Juan Carlos B.B, resultó muerto la noche del lunes, cuando patrullaban en pleno centro de la comunidad y fueron sorprendidos por varios hombres armados a bordo de una camioneta que los interceptó.
Ni el agente ni el comandante alcanzaron a defenderse después de presionar el botón de pánico en sus radios, que movilizó a elementos estatales y de la Guardia Nacional de los alrededores, desde Satevó hasta Parral, cuya llegada de poco sirvió para dar con los agresores.
Del caso y sus implicaciones en la seguridad y la política regional hay algunas versiones que comenzaron a trascender desde el momento de los hechos y hasta ayer, cuando todavía reportaban sin novedad las corporaciones que acudieron a dar cuenta de otro suceso de violencia.
Ocurrió la agresión a tres semanas de un último topón registrado en la región, entre El Valle y la comunidad de San Felipe de Jesús, la tarde del cuatro de mayo. En ese hecho fueron tres las víctimas mortales y dos sobrevivientes que alcanzaron a recibir auxilio médico.
El enfrentamiento entre grupos criminales dejó evidencia de una pelea por la pequeña plaza, cuyo valor principal es la carretera que comunica a Chihuahua con la capital del mundo, como le dicen a su ciudad los modestos parralenses.
La pugna entre bandos es la continuación de graves episodios de violencia vividos en la región durante los últimos 10 años; secuestros, extorsiones, asesinatos, robos de camionetas con violencia, robos de maquinaria agrícola y hasta de cosechas completas de nuez, han sido parte de esta historia de los negocios que pretenden controlar los grupos delincuenciales.
Pero hay más detalles aún. El alcalde saliente ha transitado entre sospechas de turbias alianzas con una de las facciones criminales, a tal grado que su jefe de la Policía fue ofrecido como testigo a favor de un líder criminal, durante un juicio realizado a fines del año pasado.
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Las fricciones entre panistas y priistas dentro de la alianza Fuerza y Corazón por México van desde lo más frívolo hasta lo fundamental. Igual se quejan de detalles nimios como las malas caras o los gestos que del extraño escenario en el que deben convivir los que antes tenían que cuidarse hasta la cartera entre unos y otros.
En medio de esos detalles, nos reportan lo que ocurre dentro de la campaña del priista Alejandro Domínguez, candidato a diputado federal del octavo distrito por la coalición opositora, quien lleva como coordinadora a la diputada panista Georgina Bujanda.
Para el éxito del proyecto aportaron lo suyo los partidos PRI y PAN. Además de dinero, le metieron otros recursos necesarios para la campaña, como vehículos puestos a disposición por el tricolor, al fin que Domínguez además de ser candidato mantuvo el control de la dirigencia estatal.
Los priistas ahora se quejan de una mala gestión de la coordinadora de campaña, a quien le dicen en sus pláticas Geo “cochinita”, pues en estas semanas de proselitismo ya suma una media decena de vehículos del PRI vueltos casi chatarra, a pesar de haberlos recibido en inmejorables condiciones, según los tricolores que suelen ser exagerados.
No es propiamente la legisladora quien maneja, sino personas del PAN a las que ella les asignó las unidades “revolucionarias”, lo que causa las molestias de los antiguos rivales y ahora aliados necesarios de los albiazules.
Ya se verá qué tan alto o bajo resulta el costo de esos vehículos, con los resultados electorales que entreguen Domínguez y Bujanda en ese distrito algo peleado.
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Hicimos una búsqueda en internet, en Google y a través de la agencia Inpro, la memoria viva de Chihuahua, ambas herramientas muy útiles para ubicar menciones de personas o sucesos, y encontramos escasas referencias a Rosario Montoya, la declinada aspirante del Verde al ayuntamiento.
Google tiene una gran ventaja, que también revisa las redes sociales, por lo que no podemos encontrar otra razón de la inexistencia de Rosario, más que en la ausencia real de campaña a lo largo del mes y medio otorgado por la Ley Electoral.
Cero boletines, invitaciones a recorridos, nada, la presencia de ella era solamente nominal, salvo su asistencia al debate, que fue ampliamente reseñada por los medios de comunicación, incluido El Diario.
Ahora con la declinación a favor de Miguel La Torre entendemos la jugada, la razón. Esperar al debate para jugar al fuego cruzado en contra de quien encabeza la contienda, para después simplemente renunciar a sus aspiraciones.
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La puerta que engalanaba el edificio de Rectoría y que fue destrozada hace un par de semanas, aún no es enviada a reparar, no por desidia de la administración universitaria, sino porque aún no concluyen los peritajes para evaluar el daño provocado.
Desea la UACH documentar muy bien el perjuicio generado durante la protesta “estudiantil”, con independencia del rumbo que tome la investigación incluida su posible judicialización, hasta para justificar el gasto a realizar para su reparación, con algún deducible de entrar la aseguranza.
El edificio original fue derribado el 18 de noviembre de 1926 y dos años después fue inaugurado por el gobernador Fernando Orozco.
Es una puerta que ha acompañado al edificio que antes fue del Instituto Científico y Literario, desde hace décadas. Necesita tratamiento adecuado de especialistas.
Esa erogación entonces deberá justificarse precisamente con el peritaje y avaluó que se efectúe; nos dicen que la intención es restaurarla, y mientras tanto ha sido colocada una puerta provisional.
La Fiscalía ni para cuándo castigue a los responsables.
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Con sus mismos datos del gobierno federal, el candidato a alcalde Marco Bonilla, desmintió a Miguel La Torre y Marco Quezada, sobre la supuesta inseguridad desbordada, cosa que demostró el panista como falsa.
Resulta que el Secretariado Ejecutivo del Seguridad Pública, reconoce que en la capital el índice de robo a vehículos bajó un 50 por ciento con la administración de Bonilla, cuatro veces menos que en Ciudad Juárez, el 94 por ciento de las extorsiones, el 36 por ciento de robo a casa habitación, un 29 por ciento el robo a negocio y un 52 por ciento en robo a transeúntes.
Muchas ciudades quisieran presumir estos números, sobre todo aquellas gobernadas por Morena, pero no lo pueden hacer porque al igual que el presidente Andrés Manuel, han adoptado la política de los abrazos para los delincuentes y los balazos para los ciudadanos, poniendo en riesgo la gobernabilidad, pero sobre todo la tranquilidad de las familias.
Bonilla salió a desmentir porque de tanto que mienten los de Morena pudieran lograr su propósito de convencer.