El Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) de julio difundido ayer por el INEGI muestra que la economía mexicana está estancada. Creció apenas 0.1% anual y cayó 0.1% mensual. La industria retrocedió 1% y solo los servicios, con un avance de 0.8%, evitaron un dato negativo.
Esto ya se refleja en el mercado laboral. La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo de junio de 2025 confirma la fragilidad: la desocupación se ubicó en 2.7%, prácticamente sin cambios frente al año previo, pero la informalidad laboral llegó a 54.8% de los ocupados, que carecen de seguridad social. Además, más de un tercio percibe ingresos por debajo del salario mínimo. La creación de empleo formal es insuficiente y la calidad de los ingresos se deteriora.
En este contexto, cabe preguntarse si el Plan México será suficiente para revertir la tendencia. El programa apuesta por infraestructura y confianza en los mercados, pero los datos lo ponen en duda: la inversión total disminuyó 4.0% trimestral y 6.8% anual en el primer trimestre de 2025, mientras la privada se redujo 3.6% y 4.4% (OCDE, junio 2025).
El Indicador Mensual del Consumo Privado en el Mercado Interior del INEGI reportó en mayo una baja de 1.0% mensual y 0.9% anual, con descensos en bienes y servicios nacionales (1.3%), especialmente en bienes (2.4%) y servicios (0.1%). El Indicador Oportuno del Consumo Privado prevé además caídas anuales de 0.1% en junio y 0.4% en julio. Sin estabilidad en la inversión y sin fortalecimiento de los salarios reales, difícilmente se reactivarán el consumo y crecimiento.
El Plan México es necesario, pero no suficiente. El gobierno ha avanzado en incentivos fiscales con deducciones aceleradas y apoyos a Pymes y acuerdos con la banca para extender créditos. También ha ampliado programas de capacitación como Jóvenes Construyendo el Futuro y expedido decretos que respaldan proyectos de economía circular con deducciones en capacitación e innovación. Sin embargo, la simplificación de trámites avanza lentamente, la seguridad jurídica carece de garantías más sólidas y los programas de capacitación no llegan a quienes requieren reconversión laboral. Mientras no se refuercen estos aspectos, la economía seguirá atrapada en servicios de baja productividad.
El sector privado muestra avances en capital de riesgo y en sectores como tecnología y energías renovables, pero en general se mantiene cauto. La agencia internacional Coface, especializada en seguros de crédito y análisis de riesgo país, prevé que la inversión privada se contraiga en 2025 y apenas se recupere en 2026. Aunque existen casos de coinversión en infraestructura, buena parte del empresariado conserva una actitud de espera. Sin más inversión en innovación, tecnología y empleos mejor remunerados, el estancamiento será una responsabilidad compartida del gobierno y el sector privado.
La realidad es clara: México trabaja, pero no crece. Los empleos registrados no mejoran la vida de los trabajadores. Gobierno y empresarios ya no tienen margen para postergar decisiones: o actúan con visión y coraje, o condenan al país a sumar otro año perdido de bajo crecimiento —el 38° desde 1976—, lejos de los apenas 11 en que la economía logró superar el 5% indispensable para reducir pobreza y desigualdad.
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Opinión
Miércoles 20 Ago 2025, 06:30
Plan México es necesario, pero ¿será suficiente tras 37 años perdidos?
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Eduardo Ruiz-Healy
