Evidencia de que el tipo de cambio está sometido a múltiples presiones de diversa naturaleza son sus constantes variaciones. El autor considera que un panorama unilateral del tipo de cambio puede ilustrar los movimientos inversos (manteniendo el peso relativo de causas y efectos en la función de precios). Por ello, recurriremos a la apreciación del peso respecto del dólar. Por otro lado, existe la propensión a considerar el “peso fuerte” como indicativo de fortaleza supuestamente inducida por la acción de políticas gubernamentales, corriendo la cortina de humo sobre los efectos adversos.
Cuando el peso mexicano se aprecia frente al dólar estadounidense ---es decir, cuando se fortalece y se necesitan menos pesos para comprar un dólar---, se generan efectos que pueden evidenciarse en distintos campos de la economía: 1) En el comercio exterior: -- Importaciones más baratas. Las empresas y consumidores mexicanos pueden adquirir bienes y servicios extranjeros a menor costo. -- Exportaciones menos competitivas: Los productos mexicanos se encarecen en el extranjero, lo que puede mermar la demanda externa. -- Posible déficit comercial: si aumentan las importaciones y caen las exportaciones, puede crecer el déficit en la balanza comercial. 2) Impacto en inflación y poder adquisitivo. -- Presión a la baja en la inflación: Al abaratarse productos importados (como bienes de capital, combustibles, insumos), se modera el aumento general de precios. -- Mayor poder adquisitivo en moneda local: las familias pueden acceder a productos importados o viajes al extranjero a un menor costo relativo. 3) Finanzas y política monetaria. -- Reducción en el costo de la deuda externa: Al pagarla en dólares, un peso “más fuerte” reduce los montos a pagar. -- Mayor margen para reducir tasas de interés: Una moneda local fuerte puede reducir presiones inflacionarias, lo que, a su vez, puede dar espacio para políticas monetarias más expansivas (en el sentido de volver el crédito más accesible). 4) Impacto en inversión y mercados: -- Mayor conveniencia de la inversión en pesos: inversionistas extranjeros podrían percibir al peso como más estable y seguro. -- Desincentivo para empresas exportadoras: Algunas podrían frenar inversiones o producción si sus márgenes de beneficio se ven mermados.
En un intento de justipreciar los efectos generales a que se ha hecho alusión, se debe tomar en consideración que aun cuando algunos sectores se ven beneficiados con la apreciación del peso, no siempre ocurre así. Por ejemplo, cuando el peso mexicano se aprecia frente al dólar, las familias que reciben remesas en dólares suelen enfrentar un impacto negativo en su capacidad de compra en pesos ¿Cómo opera este efecto? Dadas las normas vigentes, las remesas familiares se convierten de dólares a pesos; con la apreciación del peso, el destinatario de ellas recibe menos pesos por cada dólar remitido. Si se recurre a un ejemplo de conversión de moneda, como el siguiente: En el momento previo a la apreciación del peso, por cada dólar recibido se obtenían, por ejemplo, 18 pesos, y ahora con la apreciación del peso ---esto es, con el peso fuerte---, en términos de pesos se obtienen 16, en consecuencia, la cantidad de pesos disponible para gastar disminuye, aunque el monto en dólares siga siendo el mismo. Este hecho ocasionaría: -- Reducción de gastos esenciales, como alimentación, educación, salud o vivienda, sobre todo en los hogares donde las remesas familiares representan una fuente crítica de ingreso. -- Aunque una apreciación del peso pueda reducir la inflación, el efecto neto sobre las familias receptoras puede seguir siendo negativo, si la baja en los precios no compensa completamente la caída en ingresos por tipo de cambio. -- Se pierde la “ventaja cambiaria” que tenían estas familias cuando el peso estaba más débil. -- En regiones altamente dependientes de remesas (como algunas zonas de Zacatecas, Michoacán o Guerrero), esta disminución puede tener un impacto económico local más amplio, afectando comercios, servicios y actividades artesanales.
Como se puede ver los impactos pueden ser en dos órdenes, el familiar y el comunitario. En el primero, la resiliencia (en términos generales, la respuesta ante un cambio negativo) puede significar racionalizar el consumo, sacrificando la alimentación, gastos médicos, vestido, o mejoramientos en curso de la vivienda, entre otros. Pero también en las familias menos vulnerables, la reducción de su capacidad operativa cuando dedicaban la totalidad o una fracción importante de las remesas al abastecimiento de una función comercial o artesanal. En el entorno comunitario, y suponiendo el caso de zonas citadas arriba, la reducción de los ingresos familiares puede trascender al ámbito comunitario por vía la demanda de satisfactores familiares o bien por la reducción de la actividad comercial o artesanal. En las zonas críticas se conjugan los dos impactos.
En conclusión: 1) El tipo de cambio está sujeto a múltiples presiones: -- Las constantes variaciones del tipo de cambio evidencian influencias diversas, lo que invalida una visión unidimensional. -- La apreciación del peso no siempre indica solidez económica real, y puede ocultar efectos adversos inadvertidos en los discursos oficiales. 2) Apreciación del peso: efectos mixtos: -- Beneficios: Importaciones más baratas, baja en inflación, reducción del costo de deuda externa, mayor poder adquisitivo en moneda local. -- Desventajas: Exportaciones menos competitivas, posible déficit comercial, desincentivo a empresas exportadoras, pérdida de ventajas cambiarias para familias receptoras de remesas. 3) Impacto negativo sobre los hogares receptores de remesas: -- Al recibir menos pesos por cada dólar, se reduce la capacidad de gasto familiar, incluso si el monto en dólares se mantiene. -- Se sacrifican gastos esenciales como alimentación, salud, educación y vivienda. 4) Efecto neto puede ser adverso, incluso con baja inflación: -- El abaratamiento de productos no compensa completamente la pérdida de ingreso por tipo de cambio. -- Se genera una paradoja: el “peso fuerte” debilita a los más vulnerables. 5) Consecuencias comunitarias más amplias: -- En zonas dependientes de remesas (como Zacatecas, Michoacán o Guerrero), la reducción de ingresos familiares afecta el comercio local, servicios y actividades artesanales. -- Las funciones económicas familiares pueden verse comprometidas, especialmente si las remesas mantenían negocios pequeños o actividades productivas. 6) La resiliencia depende del nivel socioeconómico -- Las familias más pobres racionalizan el consumo; las menos vulnerables reducen actividades económicas sostenidas por remesas.