Barcelona, España.- Las 3 detenciones en pits que habían planeado Red Bull le aseguraban al neerlandés, al menos, la tercera posición, sin embargo, un Safety Car ocasionado por el abandono de Kimi Antonelli les cambió la jugada.


El enojo del 4 veces campeón de la Fórmula Uno comenzó en la vuelta 47 cuando a su monoplaza le colocaron los neumáticos duros (blancos) que de poco le servían para defenderse de un ataque.

Después, al reanudarse la carrera, el RB21 patinó al tomar la recta principal y le permitió a Charles Leclerc, de Ferrari, robarle el último escalón del podio.

"Con los neumáticos duros simplemente no teníamos agarre, no nos quedaban neumáticos blandos porque hicimos tres paradas, así que eso es básicamente mala suerte, creo que hasta ese momento se veía bastante bien para nosotros, no teníamos el ritmo de los McLaren.

"Con esas tres paradas todavía se veía bastante bien, poniéndolos al menos un poco bajo presión de una manera que tenían que empujar, pero sí, desafortunadamente ese coche de seguridad llegó en el momento equivocado, pero eso también es parte de las carreras", explicó.

En esa maniobra el Mercedes de George Russell se acercó y ante la presión el neerlandés salió del circuito y se reincorporó por la escapatoria.

Verstappen enfureció cuando le pidieron devolver la posición y sin pensarlo chocó ligeramente con la Flecha Plateada, lo que desencadenó una penalización de 10 segundos que lo mandó al puesto 10 y 3 puntos negativos en la superlicencia.
"Bueno, traeré algunos pañuelos la próxima vez. No, no lo voy a ver más (Russell). No tengo nada que decirle. Y creo que en la vida no hay que arrepentirse de demasiadas cosas", puntualizó el león neerlandés, que se mantiene tercero en el Campeonato de Pilotos con 137 unidades.