Aún así, la afición se mostró temerosa en las entradas del recinto, pues dudaban que llegaran autoridades de migración para realizar redadas y se causaran disturbios en las inmediaciones.
Contrario a los duelos de la Selección Mexicana que se han disputado en Los Ángeles en otros momentos, ahora acudieron menos aficionados al inmueble, sin embargo, ya dentro del estadio se notaba un buen ambiente y apoyo al equipo de Javier Aguirre.
Hasta el inicio del partido, no se reportaron disturbios, ni dentro ni fuera del estadio, con un saldo blanco hasta el silbatazo del árbitro.