La moneda mexicana y los mercados vivieron ayer un ‘lunes negro’ tras las elecciones del domingo y el gane virtual de Claudia Sheinbaum como la primera mujer presidenta de México. 

El peso cerró la sesión ayer en alrededor de 17.71 por dólar, con una depreciación de 4.11% o 69.9 centavos, la más profunda desde el 11 de junio del 2020 (inicios de la pandemia) cuando se depreció 4.22%, destacó Grupo Financiero Banco Base.

Gabriela Siller, directora de Análisis Económico del grupo, señaló a través de su cuenta “X” que el nerviosismo e incertidumbre tras las elecciones en México impactaron fuertemente al peso y los mercados ante el aumento en la aversión al riesgo en el país. 

Ayer en la sesión, el tipo de cambio tocó un mínimo de 16.9183 y un máximo de 17.7476 pesos por dólar, no visto desde la sesión del 19 abril cuando alcanzó un máximo de 18.2137 pesos por dólar, ante la escalada de la guerra de Israel, indicó Siller.

El peso mexicano fue además la moneda más depreciada ayer entre los principales cruces frente al dólar y se encuentra en la posición nueve de las divisas más depreciadas en lo que va del año. 

A la par con el alza del tipo de cambio, se observó un aumento de la tasa de los bonos gubernamentales y un desplome en el IPC de la Bolsa Mexicana de Valores, evidencia de posibles salidas de capitales del país, alertó. 

Isaac Sánchez Juárez, encargado del Laboratorio de Economía de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), dijo que el alza en el tipo de cambio continuará.  

“Todavía se va a mover más al alza, va a ser una depreciación continua toda vez que se den las elecciones en Estados Unidos si se confirma la victoria de Donald Trump”, agregó.

“Hay situaciones de incertidumbre porque la presidenta tiene que definir al gabinete en materia económica. Habría que ver qué cambios hace en Economía y otros despachos”, indicó. 

Recalcó que también se debe seguir de cerca la Reforma Fiscal, pues se habla de la necesidad de aumentar los impuestos para mantener la extensión de los programas sociales.

“Son cuestiones que son impopulares, pero es necesario si el Gobierno quiere postergar o persistir en los programas sociales, que seguramente se van a ampliar”, puntualizó.

Siller hizo un llamado a los asesores Sheinbaum federal a que busquen formas de tranquilizar el mercado financiero, pues hay nerviosismo y nadie gana con la volatilidad.

En su cuenta “X” destacó que los retos económicos para la próxima presidenta de México son: reducir el déficit fiscal, mejorar la infraestructura de agua y energía eléctrica y arreglar el modelo de negocio de Pemex.

También aumentar el PIB por habitante, impulsar inversión fija de origen privado, aprovechar oportunidad del ‘nearshoring’, la revisión del TMEC en 2026, disminuir la informalidad laboral y propiciar que la política económica genere confianza y no incertidumbre. 

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