Nueva York.- El jueves, el Presidente Trump suspendió durante un mes los aranceles del 25% que impuso a principios de la semana pasada a los productos mexicanos y canadienses. Pero hay un detalle: el acuerdo sólo aplica a los bienes que se habían comercializado libres de impuestos bajo el acuerdo comercial de América del Norte del 2020.
Esto es menos sencillo de lo que parece, ya que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) establece un conjunto intrincado y complejo de reglas que rigen el comercio entre los tres países. El cambio de rumbo del jueves ha hecho que los expertos en comercio y los abogados se apresuren a determinar precisamente qué artículos estarán sujetos a aranceles más altos, ni se diga las empresas que tienen algo en juego.
En términos generales, bajo el T-MEC, que entró en vigor durante el primer mandato de Trump, los productos ingresan a Estados Unidos libres de impuestos si las empresas pueden demostrar que cumplen ciertas reglas respecto al origen de los componentes de esos productos.
Por ejemplo, un vehículo de pasajeros sólo cumple con el T-MEC si la mayoría de los componentes -incluyendo el acero y el aluminio- son originarios de América del Norte. Además, entre el 40% y el 45% del valor del vehículo debe provenir de fábricas donde los trabajadores ganan al menos 16 dólares la hora.
Debido a que las reglas del T-MEC son tan complicadas, las empresas a veces han optado por pagar un arancel sobre un producto determinado en lugar de invertir tiempo y dinero en averiguar si cumple con el T-MEC, afirman los expertos en comercio.
Trade Partnership Worldwide (TPW), una firma de analítica, estimó que en el 2024, el 50% de las exportaciones mexicanas y el 38% de las exportaciones canadienses ingresaron a Estados Unidos libres de aranceles bajo el T-MEC. Estos productos incluyen automóviles, tráileres y autopartes de ambos países. También entran en esta categoría los aceites de canola, chocolates, carne de res y motores canadienses; y televisores, aires acondicionados, aguacates y tomates mexicanos.
Alrededor del 40% de las importaciones estadounidenses de Canadá y México quedaron fuera del T-MEC, pero aún así pasaron libres de aranceles: Estados Unidos no impone aranceles a una gran cantidad de productos, independientemente del país proveedor.
De México, estos productos incluyeron computadoras, equipo médico, teléfonos y cerveza. De Canadá, estos productos incluyeron gases de petróleo, aluminio, aviones y turborreactores.
Solo alrededor del 10% del total de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos en el 2024 enfrentaron algún arancel. Esto incluyó alrededor de 11 mil millones de dólares en autopartes y 7 mil millones de dólares en vehículos de pasajeros que probablemente no podían cumplir con las reglas de origen del T-MEC. También incluyó alrededor de 9 mil millones de dólares en productos petroleros con aranceles bajos en los que los proveedores optaron por pagar el gravamen en lugar de lidiar con el papeleo y los costos de cumplimiento necesarios para presentar un reclamo bajo el T-MEC.
En el 2024, sólo alrededor del 22% de las exportaciones canadienses a EU enfrentaron algún arancel. Esto incluyó casi todo el petróleo con tasas arancelarias bajas, más que productos que no podían cumplir con las reglas del T-MEC.
Es probable que el arancel del 25% que Trump implementó el martes sea lo suficientemente alto como para impulsar a muchas empresas a hacer la labor preliminar de determinar si sus productos se ajustan al T-MEC, dijo Ed Gresser, ex negociador comercial y vicepresidente del Progressive Policy Institute.
TPW estima que Estados Unidos importa mil millones de dólares todos los días en artículos de Canadá y México que no enfrentaban aranceles incluso sin el T-MEC. Eso significa que las empresas podrían ahora tener que pagar 250 millones de dólares al día en aranceles nuevos.
La Casa Blanca dijo el jueves que se aplicaría un arancel menor del 10% a los productos energéticos canadienses y la potasa de cualquiera de los dos países que no caigan bajo el T-MEC.
Eso significa que la mayoría de los 124 mil millones de dólares de exportaciones energéticas canadienses a Estados Unidos el año pasado podrían estar sujetas a aranceles más altos bajo el nuevo régimen. Las empresas no se molestaron en reclamar el T-MEC para 78 mil millones de dólares en petróleo crudo canadiense que llegó a Estados Unidos el año pasado porque los productos enfrentaban aranceles de sólo el 0.1%. Las empresas ahora podrían comenzar a presentar reclamos con más dinero en juego, aunque si no lo hacen debido a consideraciones de recursos y tiempo, los productos estarían sujetos a un arancel del 10%.
Alrededor de 16 mil millones de dólares de otros productos energéticos principalmente canadienses entraron libres de aranceles y fuera del T-MEC; que ahora estarían sujetos a aranceles del 10%.
De acuerdo con TPW, unos 3 mil millones de dólares de potasa canadiense entraron libres de aranceles y fuera del T-MEC, y de manera similar ahora estarían sujetos a aranceles del 10%.
Gresser dijo que hasta los funcionarios de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos tendrán dificultades con la implementación, que implica comprender los cambios y reconfigurar las bases de datos electrónicas de manera adecuada.
"Nos espera una montaña de desafíos legales y dolores de cabeza", afirmó.
Gary Hufbauer, economista en el Instituto Peterson de Economía Internacional, señaló que en vista de las complejidades de las normas y los cambios constantes de Trump, las empresas seguirán postergando sus pedidos y retrasando sus decisiones de inversión.
"Esto es tremendamente disruptivo", afirmó. "No tiene ni pies ni cabeza". (Chao Deng / THE WALL STREET JOURNAL)