Monterrey, México.- Un redoble a la vigilancia y a los recursos sanitarios es lo que necesita Nuevo León por parte de las autoridades estatales y federales tras la detección del gusano barrenador, señaló Noel Ramírez, presidente de la Unión Ganadera Regional de Nuevo León.
En Nuevo León, agregó el líder ganadero, ya de por sí era urgente el presupuesto extra, puesto que a finales del 2023 el Estado perdió su Certificado de Estatus Sanitario para exportar reses a EU.
Y es que recuperar esa autorización requiere la realización de un censo de ganado inspeccionado y vacunado contra la tuberculosis, que cuesta 80 millones de pesos, de los cuales se habría cubierto aproximadamente un 48%.
EL NORTE publicó el 14 de julio que el Estado tiene pendiente invertir alrededor de 42 millones de pesos correspondientes al censo con el que la Entidad recuperaría el permiso para exportar al país vecino, de acuerdo con Eladio González, ex presidente del Consejo Estatal Agropecuario de Nuevo León.
Esta tarde Ramírez coincidió con las autoridades estadounidenses en que el contagio a la vaca de ocho meses se dio a raíz de la movilización, y estimó que la larva se pudo haber instalado en el animal durante el embarque, en el estado de Veracruz.
"Estamos mortificados por nuestros ganaderos en el Estado, de que este tipo de situaciones vayan a ser cada vez más frecuentes. Queremos exhortar al Gobierno Federal y Estatal, poder pedirle más vigilancia ante la llegada de cualquier ejemplar; que no bajen la guardia", dijo en una rueda de prensa.
"Que Gobierno del Estado redoble las casetas por donde entra el ganado; que puedan pedirle al Gobierno Federal que en cada caseta se pueda bajar el ganado y lo verifiquen. Platicamos con el secretario (de Desarrollo Regional y Agropecuario) Marco González y para recuperar el Estatus Sanitario pedimos más presupuesto".
Debido a la baja del hato ganadero vinculada a la sequía, Ramírez descartó la posibilidad de que las reses de la Entidad se devalúen al estar vetadas por Estados Unidos.