He sido amiga de dos mujeres que llevan nueve años en pareja. Se separaron hace poco. Seguí siendo amiga de ambas, intentando apoyarlas por igual durante su ruptura. Una de ellas, a quien llamaré "Alice", quería que no fuera amiga de "Jane". Dijo que necesitaba una amiga que fuera solo suya. Le dije que no podía hacerlo y que quería seguir siendo amiga de ambas.

Después de un par de meses, Alice empezó a salir con otra persona y parecía feliz. Me dijo que iba a seguir adelante.

Aproximadamente una semana después, Jane y yo empezamos a tener sentimientos románticos. Tras determinar que esta podría ser una relación seria, se lo contamos a Alice. Al principio, Alice dijo que se alegraba por nosotros y que estas cosas pasan. Pero después de terminar la llamada, me envió un mensaje diciendo que necesitaba espacio. Ahora no me habla y les ha contado cosas falsas a amigos en común sobre mí. La mayoría de nuestros amigos intentan ser amigos de ambos, pero algunos me excluyen.

Mi relación con Jane va bien. No nos estamos haciendo jóvenes y queremos tener la oportunidad de tener una relación duradera. Pero extraño a mi amiga.

¿Me equivoqué al empezar a salir con la ex de mi amiga tan pronto? ¿Cuánto se supone que debe esperar la gente?

Desde la perspectiva del terapeuta: El problema radica en que las relaciones (incluidas las amistades) no se rigen por un sistema claro de lo "correcto" y lo "incorrecto". Se mueven en las turbias aguas de los sentimientos.

Los sentimientos y la moral son dos cosas distintas, y has estado considerando la situación desde una postura moralmente defendible. Apoyaste a ambos amigos durante su ruptura: un delicado equilibrio. Cuando se hizo evidente que se estaba gestando una relación romántica con Jane, reflexionaste, hablaste y se lo revelaste. Y desde tu perspectiva, Alice ya había comenzado una nueva etapa en su vida, al menos en apariencia.

Pero aquí está la dura realidad: Alice pudo haber dicho que iba a seguir adelante, pero los sentimientos no siempre van a la par con nuestras palabras o intenciones. Esta relación duró nueve años, y solo habían pasado dos meses desde que terminó. A veces creemos estar listos para afrontar algo hasta que realmente lo enfrentamos. Ver a su ex con otra persona —y alguien que ha sido un amigo mutuo cercano y de confianza desde hace mucho tiempo— podría, comprensiblemente, causarle dolor.

Creo que una parte de ti sabía que este sería el resultado probable. Si Alice se sentía insegura de tu amistad con Jane tras la frágil relación emocional que habían mantenido, probablemente no aceptaría que salieras con ella.

No existe un "periodo de espera" universalmente aceptado tras una ruptura que, por arte de magia, libere a todos de las expectativas de otros. Pero recuerda que la reacción de Alice no se trata realmente de "las reglas de etiqueta en las citas" ni de quién puede amar a quién ni cuándo. Se trata del duelo: el duelo de perder a una pareja, una amiga cercana y una confidente leal, en cuestión de meses, incluso si Alice inició la ruptura (no dices qué camino tomó), o empezó a salir con alguien nuevo, o creías que estaría bien. Lo cierto es que tú decidiste salir con Jane mientras tu amiga Alice estaba de duelo por su propia relación con ella.

Pero hay otra verdad que existe junto con la primera: puedes elegir priorizar tu alegría.

Lo que estás experimentando ahora —pérdida, confusión, un efecto dominó social— es el precio de esta complejidad. Extrañas a Alice porque perder una amistad, sobre todo una larga, tiene un profundo impacto. Desearías que Alice pudiera ver tu felicidad separada de su dolor, y tal vez algún día lo haga. Pero por ahora, el espacio que ha pedido podría ser necesario para que ambos encuentren su propia claridad.

Podrías considerar honrar su necesidad de espacio con un mensaje cariñoso que indique que, incluso con este espacio, ella te importa. Algo como: "Pensando en ti. Lamento que no estemos bien ahora mismo", y al mismo tiempo hacerle saber que te gustaría conversar con ella cuando esté lista. Sin exigencias ni justificaciones, solo un recordatorio, ya que probablemente se sienta traicionada y abandonada, de que la tienes presente y dejas la puerta abierta para lo que pueda suceder, cuando sea (si es que sucede).

En cuanto a los amigos en común que te excluyen, esto ocurre en todo tipo de rupturas. Algunos amigos toman partido por lealtad, por quién conocieron primero o por la versión de los hechos que escucharon. Otros simplemente se sienten incómodos con las complicaciones. Concéntrate en cultivar las amistades que te siguen apoyando.

En asuntos del corazón, no siempre podemos expresar nuestros sentimientos a la perfección. Lo más importante es manejarlos con gracia e integridad, y aceptar las consecuencias de nuestras decisiones.