En este momento, cientos de miles de mariposas dama pintada revolotean en una de las migraciones más asombrosas del mundo de los insectos: un viaje épico de aproximadamente 7200 kilómetros desde la región subsahariana hasta el Círculo Polar Ártico, a una velocidad de hasta 48 kilómetros por hora. A lo largo de un año, las mariposas volarán aproximadamente el doble: más de 14400 kilómetros en total.
Las damas pintadas son una de las mariposas de mayor distribución mundial, presentes en todos los continentes excepto la Antártida, y en ocasiones cruzan mares y océanos entre ellos. El año pasado, investigadores descubrieron que una bandada de damas pintadas viajó por el viento sobre el océano Atlántico desde África Occidental hasta la costa norte de Sudamérica: el primer viaje documentado de un insecto a través de un océano.

La migración de la Dama Pintada, narrada en el nuevo libro del fotógrafo Lucas Foglia, “ Constante Bloom ”, es un poderoso recordatorio de nuestras interconexiones con la naturaleza y nuestro interés compartido en un mundo en constante cambio.
La resiliencia de las mariposas nos muestra que algunas especies son capaces de adaptarse a cambios drásticos en el clima, la disponibilidad de alimentos y el desarrollo urbano. Pero también requieren la atención humana para seguir prosperando. Si no protegemos sus zonas de reproducción y fuentes de néctar, estas mariposas podrían correr la misma suerte que muchas otras. Si bien no existen datos que muestren un cambio en la población de mariposas damas pintadas, un estudio reciente reveló que las poblaciones de mariposas estadounidenses disminuyeron un 22 % entre 2000 y 2020, en parte debido a la pérdida de hábitat, el cambio climático y el uso de insecticidas por parte de los agricultores.
La forma más hábil de adaptación de las Damas Pintadas es su solución a su necesidad de flores para obtener néctar y un lugar donde poner sus huevos. A medida que los humanos transforman los paisajes a lo largo de su ruta migratoria, los insectos se ven obligados a poner huevos en plantas cercanas a las carreteras y en la tierra removida por las construcciones. Cuando se enfrentan a sequías, las mariposas se benefician de no ser tan exigentes: pueden alimentarse de una amplia gama de plantas en flor, que hoy en día suelen encontrarse en espacios cultivados como parques, granjas y jardines. En su camino, a menudo ayudan a los humanos polinizando árboles frutales, como manzanos, cerezos y cítricos, transportando el polen de una flor a otra.
Al cruzar el Mediterráneo, que se extiende unos 800 kilómetros de norte a sur, los vientos favorables pueden ayudar a las mariposas a volar más rápido o a mayor altura. Un ciclo migratorio completo desde África central hasta el Círculo Polar Ártico y viceversa requiere hasta diez generaciones; las mariposas que salen de África no son las mismas que regresan la primavera siguiente. Imagínenselo como una carrera de relevos de mariposas.
En primavera se aparean en la región mediterránea y esa generación migra al norte de Europa a principios del verano.
Cuando regresan al sur y llegan a la sabana tropical africana —verde, exuberante y florida—, sus alas anaranjadas y negras son un poco más pálidas, con los bordes más deshilachados. Pero recuperan su fuerza tras beber néctar. Las mariposas dama pintada ponen hasta 500 huevos a la vez, así que para la primavera siguiente, sus tatarabuelos insectos se unirán al viaje hacia el norte, de vuelta a Escandinavia.
Hasta hace poco, los científicos desconocían con exactitud dónde invernaban las damas pintadas en África. En 2023, Gerard Talavera, científico del Institut Botànic de Barcelona, y sus colaboradores de seis países publicaron un artículo que detallaba su labor investigadora en la región de reproducción de las mariposas, desde Senegal, en la costa oeste de África, hasta Kenia, en la este. Descubrieron que, de septiembre a noviembre, las mariposas se asentaban en las sabanas semiáridas antes de desplazarse al sur, a sabanas más húmedas y tierras altas, de diciembre a febrero. Comprender cómo estas áreas de distribución pueden cambiar con el cambio climático es fundamental para los esfuerzos de conservación de las mariposas.
El trabajo del Dr. Talavera, que está en curso, es un recordatorio de que cuando los científicos trabajan juntos a través de las fronteras para estudiar la biodiversidad y proteger hábitats críticos, el mundo tiene más posibilidades de preservar el delicado equilibrio ecológico del que dependen estas mariposas (y el planeta).
La lección de las Damas Pintadas es esta: Aunque nuestras alas se desgasten y se deshilachen tras un largo y difícil viaje, no es tarde para encontrar nuevas maneras de perseverar. No es tarde para unirnos y abordar los problemas más urgentes de nuestro tiempo.