Con una ovación de unos 14 minutos fue como Guillermo del Toro y el elenco de su nueva película, Frankenstein, fueron recompensados al finalizar la proyección de su estreno, en el Festival de Cine de Venecia, donde el director mexicano compite por el León de Oro.

El tapatío, de 60 años, se mostró tan emocionado ante la reacción de la audiencia que casi llega a las lágrimas.

"Estoy muy conmovido, muy feliz por esta ovación", expresó mientras saludaba a la gente que llenó la Sala Grande del festival.

"¡Vámonos al Zócalo!", agregó, en tono de broma.

Su elenco, integrado por Óscar Isaac, Christoph Waltz, Mia Goth, Jacob Elordi, Felix Kammerer y el compositor Alexandre Desplat, mostró las mismas sensaciones por la respuesta del respetable. La cinta está en la competencia oficial con otros 20 filmes internacionales y hasta el momento ha recibido muy buenas críticas.

Del Toro cumplió su anhelo, de más de 25 años, de crear su propia versión de Frankenstein, su monstruo predilecto desde niño.

"He esperado todos estos años para hacer la película, que fuera el momento perfecto, y creo que este lo es", dijo, "definitivamente, es un sueño hecho realidad porque desde la infancia este era mi monstruo e historia favoritos.

"Desde niño tenía la fascinación por Frankenstein y pensaba que algún día iba a contar la historia con mi visión, pero se pudo lograr ahora. Todo lo que aprendía en mis filmes era con la intención de aplicarlo en esta película. Si no la hice hace 10-20 años fue por algo; quizás no era el momento oportuno, como ahora, pero siempre estaba en mi lista de deseos".

Desde que pisó Venecia, Del Toro ha acudido a diversas actividades de prensa y eventos sociales que le ha organizado Netflix, plataforma donde el 7 de noviembre se estrenará la película.

A cada lugar que ha ido, sus fans lo siguen y lo esperan afuera para saludarlo o tomarse la foto del recuerdo.

"Es muy lindo el recibimiento que me ha dado la gente, se lo agradezco. Se siente muy bonito que te quieran así, y por eso trato de corresponderles", compartió el también productor.

Uno de sus rasgos de carácter es que, sin importar si está cansado o no, siempre trata de atender hasta al último fan que le pide una foto o un autógrafo.

Ahora el tapatío se quedará unos días más en Venecia, donde ganó el León de Oro por La Forma del Agua en 2017, y después volará a Toronto, donde recibirá un premio por su exitosa carrera.

Para Isaac, interpretar a Victor Frankenstein fue un gran reto personal, y un orgullo añadido trabajar con el realizador mexicano.

"Aún sigo sorprendido de estar aquí, sorprendido de llegar a este momento, ya que hace dos años estábamos sentados en una mesa, comiendo comida cubana, y sólo estábamos hablando de nuestros padres, de la vida, y terminando, me dijo que quería que fuera su Victor", contó el actor.

"Es un lindo testimonio ver cuánta pasión le puso Guillermo a este personaje y cómo nosotros logramos integrarnos".

Isaac, quien nació en Guatemala, al igual que su madre, fue a Venecia acompañado por su padre, de origen cubano.

"Buscando la vida, creé la muerte", afirma en el filme el doctor Frankenstein (Isaac), creador de una criatura que, en muchos aspectos, despierta ternura.

Con una cuidada estética gótica, Del Toro trae a la pantalla una historia que habla de violencia, autoconocimiento e identidad a través de un personaje cautivador, un monstruo interpretado por Elordi, en la adaptación del relato original de Mary Shelley, de 1818.

Para Del Toro, Frankenstein "fue una religión desde que era niño. Me criaron en la (fe) católica, (pero) nunca entendí del todo a los santos. Y luego, cuando vi a Boris Karloff (el actor que hace a Frankenstein en la película de James Whale, 1931) en la pantalla, entendí cómo se veía un santo o un mesías, así que he estado siguiendo a la criatura desde que era niño", dijo.