Tatiana Schlossberg, hija de Caroline Kennedy y nieta del expresidente estadounidense John F. Kennedy, reveló que fue diagnosticada con leucemia mieloide aguda y que, en un principio, los médicos le advirtieron que podría tener un año de vida.

En un ensayo publicado en The New Yorker, Schlossberg explicó que la enfermedad fue detectada horas después de dar a luz a su segundo hijo, en mayo de 2024.

"Unas horas después, mi médico notó que mi hemograma tenía un aspecto extraño. Un recuento normal de glóbulos blancos es de entre cuatro y once mil células por microlitro. El mío era de ciento treinta y un mil células por microlitro", escribió.

Aunque en un incio se consideró que podría tratarse de un efecto relacionado con el embarazo, los médicos confirmaron que se trataba de una forma rara de la enfermedad, conocida como "Inversión 3".

Schlossberg, de 35 años, señaló que su tipo de leucemia "no se curaba con un tratamiento estándar", por lo que le fue recomendado un tratamiento intensivo que incluía meses de quimioterapia y un trasplante de médula ósea.

"No podía creer que estuvieran hablando de mí. Había nadado una milla en la piscina el día anterior, con nueve meses de embarazo. No estaba enferma. No me sentía mal. De hecho, era una de las personas más sanas que conocía", recordó.

La autora pasó cinco semanas en el Hospital Presbiteriano de Columbia antes de ser trasladada al Memorial Sloan Kettering, donde recibió el trasplante.

Posteriormente continuó la quimioterapia desde casa y, en enero, ingresó a un ensayo clínico de terapia CAR-T, una inmunoterapia experimental utilizada contra ciertos tipos de cáncer de la sangre. Sin embargo, los médicos le informaron después que su pronóstico había empeorado.

En su ensayo, Schlossberg reconoció el apoyo constante de su esposo, George Moran, quien "habló con todos los médicos y aseguradoras dormía en el suelo del hospital", mientras que sus padres y hermanos han cuidado de sus hijos y la han acompañado durante su proceso médico.

"Me han sostenido la mano con firmeza mientras he sufrido, intentando disimular su dolor y tristeza para protegerme.

"Ha sido un gran regalo, aunque siento su dolor a diario. Principalmente, intento vivir y estar con ellos ahora. Pero estar en el presente es más difícil de lo que parece, así que dejo que los recuerdos vayan y vengan", concluyó.